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Semana negra... para las mujeres
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Semana negra... para las mujeres

La ausencia de mujeres entre los nominados a los premios de la gran cita de la literatura de género en nuestro país desata la polémica

Foto: Perfil del recinto de la Semana Negra de Gijón
Perfil del recinto de la Semana Negra de Gijón

Nunca hay Semana Negra de Gijón sin tensiones y para esta edición, que se celebrará del 8 al 17 de julio, ya ha saltado la controversia. Fue durante este fin de semana, para muchos de asueto y ocio semanasantero, cuando tras el anuncio de los finalistas de los premios que este festival decano de la novela negra entrega desde hace ya 29 años, las redes comenzaron a arder incluso con amenazas de boicot. El motivo: entre los 18 finalistas no había ni una sola escritora. Ni para la mejor novela negra del año 2015 -siempre son las publicadas en el año anterior-, ni para la ópera prima, ni para la obra de no ficción, ni para la novela histórica ni para la de ciencia-ficción. Cero de 18. ¿Es la Semana Negra un festival ‘machista’? ¿No hay buenas escritoras de novela negra?

“Por si a la Semana Negra no le bastaba con las acusaciones de estar convirtiéndose en una churrería, los organizadores lo corroboran sacando de su lista de finalistas a todo aquel que no tenga un churro entre las piernas. Y este año había había mujeres a puñados para elegir”, escribía el escritor Paco Bescós en su muro de Facebook llenándose su post de ‘likes’.

Por si no les bastaba con convertirse churrería, ahora lo corroboran sacando de sus finalistas a quien no tenga un churro entre las piernas

El también autor Toni Hill, que acaba de publicar la novela gótica, ‘Los ángeles de hielo’ también se hacía eco de la noticia, pero iba más allá: “Señores y señoras del mundo negro-literario, lo de las nominaciones que comenta todo el mundo no es más que una prueba de algo que ya existía, de manera más o menos subyacente; algo a lo que nadie parecía hacer caso y que se manifestaba en mesas exclusivamente femeninas (“¿cómo matan las mujeres?”) y en un tono de camaradería, de compañerismo casi de “mili”, entre los autores varones. Y entre los editores varones. Y entre los expertos varones. La fiesta empieza de verdad cuando las chicas buenas se van a la cama. Las nominaciones, también”. Es decir, el problema no es tanto del festival sino de la estructura editorial.

El escritor, editor y periodista Milo J. Krmpotic publicaba una reflexión calmada intentando ofrecer más datos: “En las dos ediciones anteriores de la SN, la presencia de mujeres finalistas fue de 2/17 (2015, ninguna premiada) y 4/17 (2014, un premio y una mención). La "cuota" de finalistas, pues, se movía entre el 11 y el 23%; la de ganadoras, entre el 0 y el 20%. Honestamente, no recuerdo ninguna protesta al respecto”. Por tanto, para él no era un problema exclusivo de esta nueva edición, y además, incidía en un asunto particularmente importante: quién elige a los finalistas y quiénes tienen poder de decisión para programar el festival. “No enjuicio, simplemente propongo. Y propongo la idea de que la SN no es necesariamente machista, sino marcadamente masculina. De que el problema no radica en esta ausencia de finalistas, circunstancia anecdótica pese a su crudeza (insisto: 2/17 el pasado año), sino en la elección de quienes deben señalar a esos finalistas: la SN necesita más mujeres en el cargo de "consigliere".

La SN no es necesariamente machista, sino marcadamente masculina. El problema radica en la elección de quienes señalan a los finalistas

Para finalizar recalcaba que no era un festival “machista” – “he constatado su masculinidad de fondo, jamás la he percibido como machista (por el contrario, más allá del particular de los premios, la recuerdo clamando contra la violencia de género, erigiéndose en altavoz de no pocas mujeres, escritoras o no)”- aunque sí debería prestar más atención a las escritoras: “Cada año hay mujeres escribiendo muy notables obras policiacas, y que algunas de ellas merecen ser destacadas y deben ser destacadas por el festival decano del género negro en nuestro país”.

“No manipulamos los votos”

Ante tales críticas, el festival no quiso entrar en la polémica y no hizo ningún comentario en las redes sociales. Sin embargo, su director, Ángel de la Calle, sí ha dado explicaciones a este periódico: “Las novelas y libros de no ficción finalistas de la SN son elegidos por las propuestas de los escritores, críticos y lectores aficionados a la novela negra, que cada año son distintos; no hay autores que tengan novela ese año para que no exista la posibilidad de que se voten a sí mismos. Ellos proponen sus títulos preferidos, unos votan cinco, tres, siete, los que hayan leído, y sumando los votos recibidos resultan las obras finalistas, no los autores, son novelas… Ha habido otros años que tampoco ha habido ninguna mujer. Claro, podríamos haber hecho trampa y quitar finalistas para poner otros, pero nosotros no manipulamos los votos y la selección final es la que es”. De la Calle garantiza que en esta especie de comité que elige a los finalistas, y que puede rondar las 20 personas, también hay mujeres.

Uno de los escritores que ha participado en ocasiones en estos comités de selección es Marcelo Luján, que este año es finalista del Hammett con la novela 'Subsuelo' (Salto de Página) y que lleva varias ediciones acudiendo a la Semana Negra donde también ha impartido talleres de escritura. Tal y como explica a El Confidencial, “desde la dirección del festival me suelen pedir mis recomendaciones para todas las categorías. Puedo asegurarte que la seriedad y la transparencia son reales, tanto en la selección de finalistas como en los fallos de los premios (también estuve de jurado, dos veces en el Cañada y una en el Hammett)”. Por tanto, para él, el hecho de que este año no haya escritoras, ha sido “aunque suene absurdo, una casualidad”, pese a que “en lo personal, esperaba algunos libros escritos por mujeres en los distintos premios, porque (en lo personal) creo que sí había material con calidades suficientes”.

Ha sido una casualidad aunque esperaba algunos libros escritos por mujeres en los distintos premios porque creo que sí había material con calidad

Así también lo esperaba la escritora canaria Yanet Acosta, autora de novelas negras como ‘El chef ha muerto’. Para ella, que también ha participado en varias ediciones de la SN, la ausencia de mujeres, más que machista, lo que demuestra es un carácter “misógino” a la hora de seleccionar. “Se cree que la mujer no escribe buena novela del género. Quizás el jurado no ha leído ninguna, descartadas por esos prejuicios”, sostiene, y añade que, después de 28 ediciones, “la Semana Negra necesita airearse, cambiar. Y para ello, una de las cosas que tiene que hacer es entender que la mujer ha entrado de lleno en la escritura de novela negra”. Y ahí sí se pueden citar muchos nombres como los de Dolores Redondo, Berna González Harbour, Rosa Ribas, Nieves Abarca, Teresa Solana o Cristina Fallarás, sólo por nombrar a las españolas, y algunas de ellas tenían novela nueva para esta edición del festival.

Sin escritores mediáticos

Más allá de la nula presencia de finalistas femeninas, el festival sí se esforzó en dejar claro en la nota de prensa publicada el sábado cuál era su posición con respecto a las escritoras: “La aparición de últimas novelas y libros de autoras consagradas internacionalmente como Alicia Giménez Bartlett, junto a nuevos pero seguros valores como Carmen Conde, Carmen Moreno, Graziella Moreno Graupera o Susana Hernández es un buen motivo para preguntarnos si la narrativa del mejor género negro pasa por las escritoras”. Todas ellas estarán presentes en el festival.

Este posicionamiento casa a su vez con el Manifiesto Contra la Violencia de Género que hicieron público los trece festivales de novela negra de toda España el pasado mes de enero. En él se señalaba que “el verdadero centro de una historia criminal es siempre la víctima. Como lectores, cultivadores y difusores del género negro, los abajo firmantes reivindicamos el papel central que corresponde en nuestra sociedad a las mujeres que todavía hoy, entre nosotros, sufren demasiado a menudo violencia por su condición de tales” y por ello reclamaban “la necesidad de una protección efectiva, que no se quede en normas, formulismos o declaraciones bienintencionadas; que no supla con alardes legales la insuficiencia de medios policiales, materiales o de asistencia, cuando no faltan policías, ni recursos, para atender necesidades menos perentorias”. Desde los festivales se comprometían además a realizar un acto contra la violencia de género en cada una de sus ediciones.

El Manifiesto contra la Violencia de Género de los festivales de novela negra también trajo polémica: los firmantes e impulsores eran todos hombres

Sin embargo, este comunicado también trajo polémica. Los firmantes e impulsores eran todos hombres -ninguna mujer dirige uno de estos festivales- y hubo voces que se quejaron del paternalismo del texto. “Era un panfleto firmado por tíos. Creo que la mujer es algo nuevo en este mundillo y la ven en la literatura negra como a las primeras mujeres que llevaban autobuses”, admite ahora Acosta. Una muestra de que el debate .y más aún después del affaire de los finalistas- sigue candente

Sin escritores mediáticos y sin promoción

No obstante, la lista de los finalistas y de otros autores invitados al festival, entre los que destacan Leonardo Padura, Petros Markaris -ya habituales, por otra parte- y los suecos Erik Axl Sund (Jerker Eriksson y Håkan Axlander Sundquist), da lugar al planteamiento de otras preguntas: ¿por qué, por ejemplo, al festival decano de la novela negra no acuden escritores que han reventado las listas de ventas como Paula Hawking ('La chica del tren') o Nic Pizzolato, creador de 'True Detective'? ¿Por qué vienen autores apenas conocidos y que no tienen novela nueva desde 2008?

“Es una cuestión de presupuesto y de fechas. Intentamos traer a Pizzolato el año pasado, pero no podía por una cuestión de agenda. Además, nosotros celebramos el festival en julio, que no es época de promoción. Y luego hay autores que son como estrellas de Hollywood y cuestan 125.000 euros al día”, admite el director.

Y esta sea quizá la verdadera piedra de toque: el asunto monetario. El festival contará en esta edición con el mismo presupuesto que en los últimos años, el cual ronda los 600.000 euros. De ellos, el ayuntamiento de Gijón pone 100.000 euros –una cifra que ha ido bajando desde 2012, año en el que Foro llegó al gobierno de la ciudad- el Principado de Asturias, 13.000 euros, “y la gran mayoría corresponde a lo que aportan los bares. Si el festival se mantiene es porque es una fiesta popular”, sostiene De la Calle, quien indica, además, que “sólo encender las luces ya cuesta 80.000 euros”. También agradece la predisposición de otros organismos como el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Instituto Francés y algunas editoriales.

De momento, se ha hecho público el listado con el tercio de los invitados. En los próximos meses aparecerán nuevos nombres. Pero, ya ha saltado la primera chispa. Habrá que ver qué ocurre hasta el mes de julio.

Nunca hay Semana Negra de Gijón sin tensiones y para esta edición, que se celebrará del 8 al 17 de julio, ya ha saltado la controversia. Fue durante este fin de semana, para muchos de asueto y ocio semanasantero, cuando tras el anuncio de los finalistas de los premios que este festival decano de la novela negra entrega desde hace ya 29 años, las redes comenzaron a arder incluso con amenazas de boicot. El motivo: entre los 18 finalistas no había ni una sola escritora. Ni para la mejor novela negra del año 2015 -siempre son las publicadas en el año anterior-, ni para la ópera prima, ni para la obra de no ficción, ni para la novela histórica ni para la de ciencia-ficción. Cero de 18. ¿Es la Semana Negra un festival ‘machista’? ¿No hay buenas escritoras de novela negra?

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