Es noticia
Cómo convertir un desastre de prosa en un pelotazo idiota
  1. Cultura
tercera parte de 'divergente'

Cómo convertir un desastre de prosa en un pelotazo idiota

Nuevo capítulo cinematográfico de una de las sagas juveniles más exitosas

Foto: 'Leal. Divergente parte I'
'Leal. Divergente parte I'

Es posible que la palabra que mejor sirva para definir la saga 'Divergente' sea 'bah', y así queda claro de nuevo con esta tercera entrega. 'Leal-1ª parte', que adapta un pedazo del último libro de la serie literaria de Veronica Roth, sufre los mismos problemas que sus dos predecesoras: es ciencia-ficción higiénicamente empaquetada, pero -o por tanto- incapaz de generar suspense o emoción, que transcurre en un universo carente de lógica interna, que presenta personajes insulsos y acumula situaciones dramáticamente blandas El director Robert Schwentke se confirma como un narrador tosco, aunque, eso sí, no toda la culpa es suya. No hace falta más que leer un par de docenas de las páginas originales para comprender que la prosa de Roth, se mire como se mire, es un desastre.

La nueva película, además, se despoja de lo único que hasta ahora distinguía 'Divergente' de sus obvios e inconfundibles modelos -sigue siendo un misterio que los abogados de Suzanne Collins, autora de 'Los juegos del hambre', no se querellaran contra Roth-: la premisa inicial de la saga, que presentaba un universo en el que los ciudadanos han sido divididos en facciones basadas en rasgos de la personalidad, era amorfa como alegoría política y estúpida como reflexión sociológica, pero sin duda tenía gancho dramático. Eliminadas las facciones, en 'Leal-1ª parte' se nos presenta un escenario distópico al uso, en el que una heroína adolescente lucha contra un imperio villano que trata de convertir a los humanos en marionetas.

Tráiler

Por supuesto, una descripción rigurosa de lo que aquí sucede requeriría varios párrafos más, pero en realidad no va a hacer falta entrar en detalles porque buena parte de los hilos argumentales que Schwentke abre no conducen a ningún lado y porque la narrativa en su conjunto está plaga de boquetes más grandes que algunos países, y porque en cualquier caso basta con saber que la historia en todo momento avanza de forma predecible y ajustándose a los clichés de la ficción YA.

En ese sentido, resulta irónico que una película que saca tanto pecho por la rebeldía de su heroína tenga luego tan poca sangre en las venas, y que reivindique el inconformismo para luego contentarse con ser estrictamente convencional. Peor aún, nominalmente, 'Divergente' es la historia de una paria, pero por otra parte no tiene ningún interés en explorar lo que significa ser un inadaptado; y su mensaje inconformista no convence porque Tris (Shailene Woodley) en realidad sí conforma con las normas sociales.

La saga 'Divergente' es ciencia-ficción higiénicamente empaquetada, pero -o por tanto- incapaz de generar suspense o emoción

De hecho, según nos informa esta tercera entrega, no es más especial que ninguno de nosotros, y quizá sea por eso que el relato la aparta descaradamente a un lado y la convierte en figurante de su propia película. Durante buena parte de las escenas no hace más que deambular por estancias que parecen sacadas de una clínica dental. Eso, en otras palabras, significa que la audiencia no tiene a ningún personaje en particular con el que identificarse. Porque por un lado Four (Theo James) posee todo el carisma y la personalidad de un armario ropero y por otro, en la piel de Peter, Miles Teller se muestra simplemente avergonzado de seguir vinculado a esta saga cuando podría dedicarse a cosas más serias.

En realidad, todos los intérpretes parecen estar en la película con la misma actitud con la que estarían en una mesa electoral: no pudieron negarse. Y se entiende porque ninguno de ellos tiene un verdadero personaje que desarrollar, ni un drama sustancioso que escenificar, ni centro emocional alguno que representar. Y aun así, esas carencias tal vez serían menos llamativas si 'Leal-1ª parte' no se tomara a sí misma tan en serio. Pero es una película incapaz de disfrutar de su propia estupidez, a pesar de que por otra parte nos llame permanentemente la atención sobre ella.

Es posible que la palabra que mejor sirva para definir la saga 'Divergente' sea 'bah', y así queda claro de nuevo con esta tercera entrega. 'Leal-1ª parte', que adapta un pedazo del último libro de la serie literaria de Veronica Roth, sufre los mismos problemas que sus dos predecesoras: es ciencia-ficción higiénicamente empaquetada, pero -o por tanto- incapaz de generar suspense o emoción, que transcurre en un universo carente de lógica interna, que presenta personajes insulsos y acumula situaciones dramáticamente blandas El director Robert Schwentke se confirma como un narrador tosco, aunque, eso sí, no toda la culpa es suya. No hace falta más que leer un par de docenas de las páginas originales para comprender que la prosa de Roth, se mire como se mire, es un desastre.

Críticas de cine
El redactor recomienda