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Día internacional de la mujer: humor y acción directa en el feminismo pop
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Día internacional de la mujer: humor y acción directa en el feminismo pop

La activista Laura Sales responde a la oleada de polémicas protagonizadas por Lena Dunham, Eva Amaral, Ke$ha…

Foto: Pitbull canta "Timber" con Ke$ha en Los Ángeles
Pitbull canta "Timber" con Ke$ha en Los Ángeles

El debate de género en la cultura pop está cada vez más caliente. Un día Beyoncé se declara feminista, otra Eva Amaral contesta a un fan que la llama “zorra” y el siguiente Taylor Swift, princesa pop presuntamente manufacturada, avergüenza a los directivos de Apple. Por eso pedimos una entrevista con Laura Sales, activista del feminismo, investigadora de la Fundación Surt y colaboradora de Ladyfest. También fue una de las firmantes del polémico artículo “Machismo gafapasta”. ¿Cuál será el próximo conflicto pop sobre la dominación de género?

Pregunta. Esta semana Lena Dunham contestó al suplemento Tentaciones por usar el photoshop en una de sus portadas (en realidad, el adelgazamiento fue obra del fotógrafo). ¿Estamos ante un caso aislado o las celebridades femeninas cada vez contestan más a la manipulación de los medios?

Respuesta. Hay algunos casos, pero muy pocos aún. La postura de Dunham es excepcional porque su trabajo parte precisamente de la reivindicación de un cuerpo que no se adapta a los cánones (aunque tampoco se aparta demasiado). Otras celebridades no denuncian siempre estos casos, ni están tan posicionadas políticamente. A veces en estas reivindicaciones se cruzan también intereses empresariales, como hacen las marcas de moda o cosméticos que venden una supuesta “belleza real”, que no es tan real ni diversa, para lucrarse con la sensibilidad feminista más o menos explícita que tenemos muchas mujeres. En cualquier caso, me parece importante que critiquen el uso de Photoshop y que los medios de comunicación se hagan eco y se genere debate sobre las imágenes de las mujeres en los medios.

P. ¿Qué medidas prácticas se podrían adoptar?

R. Por ejemplo, desarrollar herramientas para combatir el retoque fotográfico como forma de publicidad engañosa. Con esto no quiero decir que la gente sea idiota y no sepa separar la realidad de la ficción, ni que las imágenes tengan un impacto directo en los comportamientos. Pero éticamente el engaño no puede defenderse.

P. Otro incidente muy comentado: hace unos días, un chico llamó “zorra” a Eva Amaral cuando estaba tocando en una fiesta de Radio 3. Ella contestó que “sí, macizorra”. ¿El humor, en vez de la confrontación directa, te parece buen recurso para enfrentarse a este tipo de machismo?

R. Depende. El humor es un recurso más. Cuando la agresión es directa es más efectiva la confrontación directa. El humor puede trivializar esa agresión. También hay que tener en cuenta que negarle a las feministas el derecho a enfadarse es una forma de machismo. Y el humor también es en sí mismo una forma de subvertir la feminidad tradicional. Hay pocas mujeres humoristas aún.

P. Subiendo un nivel de hostilidad, está el juicio por abuso de Ke$ha contra Dr. Luke, que la prensa británica está describiendo como una trinchera central de la lucha feminista. ¿Hasta qué punto estás de acuerdo?

R: Decir “trinchera central” es mucho decir. En los feminismos tenemos muchos frentes abiertos y si por algo se distinguen los feminismos es por su descentralización y diversidad. Los casos mediáticos de abusos sexuales ayudan a visibilizar la lucha contra la cultura de la violación, que sigue responsabilizando de los abusos a quién los sufre, e impregna también la administración de justicia. Además, el caso es relevante para las luchas feministas en otros sentidos. Por ejemplo, muestra que los abusos afectan a mujeres de diversas clases sociales, etnias, procedencias, etcétera. Toca a la industria musical, como mecanismo capitalista que sostiene el control patriarcal. Y al ser Ke$ha la afectada, sitúa en el centro del debate la relación entre las representaciones culturales sexistas y las violencias machistas.

P. En este caso, no solo parece importante la reacción de Ke$ha, sino la empatía que ha despertado, con Adele dedicándole un Grammy y Taylor Swift donando 250.000 dólares para gastos legales. ¿Crees que, en los últimos años, ha crecido la solidaridad entre estrellas femeninas del espectáculo? ¿Se te ocurren otros ejemplos?

R. Hay algunos ejemplos, pero no conozco suficientemente la cuestión. La sororidad entre mujeres siempre ha ocurrido, más de lo que la gente piensa, en el espectáculo y fuera del espectáculo.

P. La palabra “feminismo” está siendo cada vez más reivindicada por celebridades como Beyoncé, la periodista Caitlin Moran o la escritora Chimamanda Ngozi Adichie. ¿Dirías que vivimos un renacer feminista o es un espejismo? Pregunto esto último porque en las encuestas del CIS -barómetro de enero 2015- solo un 1,5 por ciento de la población se define como feminista.

R. El feminismo lleva muy vivo varios siglos y en muchos ámbitos sociales y culturales; no necesita renacer. Hay activismo feminista en todo el mundo, en todo tipo de organizaciones, en las instituciones y en grupos informales, y no todos utilizan el término “feminismo”. Es de un reduccionismo extremo que los medios de comunicación sitúen la lucha feminista únicamente en lo que dicen las estrellas del espectáculo: éste es sólo uno de los ámbitos de prácticas feministas. Dicho esto, me parece bien que en la cultura popular mercantilizada y más multitudinaria se vuelva a decir “feminismo”, porque genera debate social, pero dentro de ese debate se tiene que considerar también que cuando Beyoncé habla de feminismo, lo hace con muchos problemas y contradicciones. Si se obvia ese matiz, existe el riesgo de invisibilizar y trivializar las luchas feministas que se dan sobre el terreno en todo el mundo. El barómetro de opinión del CIS no sirve para analizar la extensión social del feminismo, porque lo que valora es la autodefinición de las personas como feministas y no sus prácticas cotidianas de acuerdo con los valores de la equidad de género. Hay quien se refiere a este fenómeno como “feminismo difuso”.

P. ¿Qué proyectos te parecen interesantes para fomentar la igualdad de género?

R. Hay muchas iniciativas, por suerte, en muchas ciudades de España. Por ejemplo colectivos como Sisterhood en Madrid y muchísimos más, gran cantidad de fanzines, festivales como ‘Princesas y Darth Vaders’ y todos los Ladyfest y festivales afines. Son iniciativas culturales que entienden la cultura como política y que están en conexión con el activismo feminista en las calles. Yo estoy participando ahora en Ladyfest Barcelona (23-26 de junio), que quiere tejer redes con muchos de estos proyectos. Es un festival de música y arte concebido desde los feminismos, autogestionado y anticapitalista, que pretende visibilizar y poner en valor las prácticas artísticas de mujeres, lesbianas y trans, combatir las actitudes machistas, promover la autoorganización y el activismo feminista, y crear más espacios festivos seguros y libres de agresiones. ¡Entre otras cosas! Haremos lo que podamos y lo pasaremos bien.

El debate de género en la cultura pop está cada vez más caliente. Un día Beyoncé se declara feminista, otra Eva Amaral contesta a un fan que la llama “zorra” y el siguiente Taylor Swift, princesa pop presuntamente manufacturada, avergüenza a los directivos de Apple. Por eso pedimos una entrevista con Laura Sales, activista del feminismo, investigadora de la Fundación Surt y colaboradora de Ladyfest. También fue una de las firmantes del polémico artículo “Machismo gafapasta”. ¿Cuál será el próximo conflicto pop sobre la dominación de género?

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