Triángulo de Amor Bizarro: "El indie hoy es una etiqueta vacía"

Triángulo de Amor Bizarro lleva superándose desde que sacó su primer trabajo en 2007. Corren riesgos, sorprenden y en su nuevo disco, 'Salve discordia' que sale a la venta este viernes, siguen dejando patente su personalidad sin dejar de explorar nuevos sonidos. La conjunción de las voces de Rodrigo e Isa, en la parte más acelerada y la más 'íntima' o pop, esos temas cañeros que han grabado hasta a 200 BPM y el riesgo hacen de este trabajo uno de los lanzamientos del este arranque de año.

'Salve discordia' es uno de sus trabajos más heterogéneos. Inspirado en el mundo digital, la teoría del caos y donde no faltan retazos políticos, el disco del cuartero gallego toma el nombre del discordianismo y The KLF. Rodrigo (letrista y voz) explica a El Confidencial que realmente con este título buscan ensalzar lo que les interesa de la música: "lo no académico, el error y el fallo, lo que puedes hacer no sabiendo tocar y esa falta de miedo, la disonancia". "Es básicamente lo que no puede explicar la ciencia o hacer un ordenador, algo que siempre se va a escapar del conocimiento científico que intenta cuantificarlo todo y que es lo que diferencia al final al ser humano. Es lo que siempre nos interesó: el fallo. No puedes controlarlo todo y ahí llega la magia".

P: Dicen desde la compañía que con este cuarto disco poco les falta por demostrar...

R: (Risas) Nosotros estamos tocando y siempre queremos ver dónde podemos llegar. Realmente aún estamos empezando, casi como el primer día. Hemos aprendido un poco más y tenemos cuatro discos, pero nos queda mucho por descubrir. Hay tal cantidad de música y tantas posibilidades que siempre hay algo por descubrir y por hacer. Cuanto más metido estás en el mundo de la música, más ves que tiende a infinito.

P: Lo decía más bien en el sentido de que este 'Salve Discordia', una vez escuchado, es uno de sus trabajos más libres por la experimentación y los palos que tocan, a los que antes no se habían acercado.

R: Con los otros discos conseguimos que la gente nos identificara con un sonido determinado y con un discurso. Ahora tenemos la oportunidad, al partir de un punto nuevo, de añadir música de todo tipo que siempre hemos escuchado. No es que que de repente hayamos descubierto algo nuevo. Al contrario. Introducimos músicas que escuchábamos de adolescentes y ahora retomamos. Nos liberamos un poco de las ataduras del pop más de género y probamos hasta dónde podemos llegar en cualquier género, sin plantearnos si es uno u otro. Nos sentimos muy seguros en este disco porque sabemos diferenciar lo que suena a nosotros de lo que no, y eso nos permite añadir muchas cosas que están presentes en otros discos pero de forma más pequeña.

P: He leído en alguna entrevista que en este disco se han querido alejar conscientemente de la etiqueta 'indie'. E incluso que esa etiqueta en sí les parece "un error en los tiempos actuales".

R: Ahora alguien cree que le gusta el indie pero ese sonido está muy alejado de lo que era. Hoy es una etiqueta vacía porque ahora engloba todo tipo de cosas que nada tienen que ver con sus orígenes. Cuando una etiqueta engloba todo no tiene sentido. Lo que ahora se llaman grupos indies… Para mí indie erna Los Planetas en España, por ejemplo. Aludía más a la forma de hacer las cosas, música atrevida y de vanguardia. Ahora se utiliza para todo lo contrario. La etiqueta hoy no significa nada.

P: Nunca terminaron de encajar ahí realmente.

R: No, la verdad. A mí los grupos que me gustaban, con esa etiqueta, eran precisamente los que no terminaban de encajar en ella. Las influencias originales siguen estando ahí, no las dejamos. Los grupos que ahora llaman indies acaban siendo grupos publicitados por grandes corporaciones y no tienen nada que ver con lo que yo escuchaba cuando era joven. Tenías una cinta de Los Ramones, una de David Black y eso se llamaba indie para diferenciarlo del rock megalómano de la época. Por eso ahora digo que, si eso es indie, yo ahí no me englobo. Sí en lo de antes.

P: 'Salve discordia' es un disco de sonido muy heterogéneo y muy cañero. Creo que, de hecho, lo grabaron a 200 BPM. Hay temas como 'Gallo negro se levanta' o 'Luz del alba' que no sé cómo los abordarán en directo...

Creo que ahora en España estamos en un momento político estupendo. Esa incertidumbre que tanto preocupa me parece que es buena

R: Otra de las diferencias de este disco respecto a los anteriores es que antes componíamos las canciones con un tempo determinado y, después, en directo acabábamos tocando más rápido. Aquí el punto de partida fue coger el beat que tenemos en directo, que suele ser a esas velocidades, y componer desde ahí, porque cuando afrontas una canción como el 'Himno de la bala', de nuestro primer disco, que tiene un tiempo medio y en directo la tocamos al doble, ves que realmente va rápida para la armonía que tiene. En este disco hemos partido de nuestro beat natural y hemos hecho las canciones a esa velocidad para no tener que acelerarlas en directo. Esa es nuestra velocidad. Es una locura, sí (risas), pero es la velocidad de crucero de nuestro directo.

P: Siempre han hecho muchas referencias políticas en sus letras. En este trabajo se ven en temas como 'Euromaquia' o 'Desmadre estigio', con ese “no voy a ser esclavo a los pies de nadie' o 'no permitas que te engañen con costumbre de la Edad Media'. Siempre estuvieron ahí pero llaman más la atención en el panorama actual.

R: Lo tuvimos presente desde el primer disco, pero ahora explotó la crisis y andamos todos alerta. Realmente el grupo empezó porque no había oportunidades. Habíamos acabado la carrera y era, en teoría, una época de bonanza y en la que gobernaba la izquierda, pero te encontrabas lo mismo que se ha explotado después a todo el mundo. Teníamos 23 años, aún no había crisis pero las oportunidades eran mínimas. Y eso se refleja en las canciones. Nunca hemos querido hacer discos políticos al 100% pero sí es un tema importante que rige nuestra vida. No es premeditado pero sale porque no soy capaz de diferenciar la parte política de la más personal porque realmente para mí es todo uno. Cada uno interpreta lo que ve, y el cuerpo hace de filtro y cambia todo. De repente, lo que piensas y produces es de tu entorno y es imposible que no te afecte. No tenemos en toda la discografía una canción estrictamente política, pero está impregnado en todo. Al final es nuestra actitud y nuestra interpretación del mundo que nos rodea.

P: “Europa es una zorra y está matando a su juventud”. 'Euromaquia' es quizás una de las más directas en este sentido y trae un punto de vista no tan local como es habitual.

R: La historia de Europa prácticamente fue eso. Nos llevamos matando 2000 años y ahora nos tenemos que agarrar a que llevamos 60 o 70 años sin una guerra en Europa, pero eso también es a la vez como muy triste. Esta canción habla de que ahora es el momento en el que se puede hacer algo y la gente al menos puede pronunciarse. Creo que ahora en España estamos en un momento político estupendo porque todo el mundo tiene que hablar sí o sí y esa incertidumbre que tanto preocupa, me parece que es buena. Nuestra generación por fin está llegando al Congreso de los Diputados, donde hasta ahora -que éramos la generación más preparada- nunca tuvo representación. Es una época por fin llena de oportunidades. Por una vez puede haber alternativas y el hecho de que nadie sepa qué va a pasar, creo que va a permitir que pase algo.

P: Ha dicho antes que el grupo nace en parte motivado por esa falta de oportunidades que vivieron entonces. ¿Ha sido fácil en estos años vivir de la música?

En cuanto a música, es una época dorada para España. Hay más grupos que nunca

R: No ha sido fácil para nada. El resumen es mucho trabajo. Nosotros cuando empezamos con el primer disco abandonamos todo, aunque realmente tampoco teníamos tanto que abandonar: trabajos precarios, sin contrato o trabajos de camarero un día y por nada. De repente te ves con veintipico años, cuando en teoría se debe demostrar eso de las oportunidades y ves que en realidad no es así y no existe. Salió el primer disco y empezamos a hacer conciertos y ganábamos más o menos lo mismo, que era muy poco, pero al menos hacíamos lo que nos gustaba. Hemos trabajado muchísimo pero por lo menos estamos viviendo de lo que trabajamos.

P: A su favor, siempre han concitado el apoyo de la crítica del público, prácticamente desde el primer momento.

R: Está claro. Somos un grupo que depende del boca-boca y de las críticas, no somos un grupo para tener una campaña detrás porque tampoco funcionaría. Nosotros funcionamos porque la gente nos va viendo y se vio algo reflejado en nosotros. Por un lado tuvimos suerte, pero por otro trabajamos muchísimo. Para nosotros hacer cada canción de un disco supone un esfuerzo porque nos ponemos siempre al límite y eso la gente lo escucha y lo ve. No somos un grupo que puede llegar a determinados mercados pero tampoco es la meta.

P: Al hilo de estos inicios y de la situación actual, ¿cómo cree que está el panorama musical en España? ¿Hay oportunidades para que salgan grupos y puedan vivir de la música?

R: Hay más grupos que nunca. Nosotros empezamos en una época a caballo de lo analógico. Estábamos a punto de sacar el primer disco cuando Myspace empezó a hacerse popular. Ahora veo que están muy separados los grupos de mucho éxito y que a los pequeños les cuesta mucho despegar cuando realmente hay más propuestas buenas y nuevas que nunca. Lo que sí noto, por ejemplo en Galicia, es que salen muchos grupos que pueden llegar a ser grandes pero el salto a la gran liga o al gran público es más difícil. No sé por qué, pero internet y las redes sociales son muy buenas para promocionarte pero también ocurre lo que pasa en la naturaleza, que el pez grande se come al pequeño y es muy difícil competir. Pero en cuanto a música, es una época dorada para España. Hay más grupos que nunca… aunque eso no se refleja en público.

P: Habla de Myspace y precisamente creo que algo que articula este 'Salve discordia' es precisamente esa presión 2.0 que vivimos en la actualidad.

R: Es uno de los componentes. Hay canciones que hablan de esto porque nosotros somos la última generación que nació en el mundo antiguo y maduró en el nuevo. Las nuevas generaciones nacieron ya existiendo internet. Yo lo comparo al decir que la red social más grande del mundo siempre fueron los curas, por ejemplo. Yo soy de un pueblo y de niño tenía que ir a misa o catequesis y te lavaban el cerebro, pero cuando salía no estaban ahí. Ahora con internet la presión que recibe por el ordenador o el móvil cualquier ser humano es continua y no se puede escapar. Eso lo cambia todo. Te da mucha libertad pero a la vez la presión social no te deja escapatoria salvo que apagues la luz.