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Chocolate, orina y libertad. El cine de Almodóvar según Almodóvar
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Chocolate, orina y libertad. El cine de Almodóvar según Almodóvar

El realizador, a punto de estrenar su nueva película 'Julieta', dio una clase magistral en la que desveló las claves de sus películas y sus influencias

Foto: Pedro Almodóvar en el Círculo de Bellas Artes (EFE)
Pedro Almodóvar en el Círculo de Bellas Artes (EFE)

La vida de Pedro Almodóvar comienza empapada de pis. Nada más nacer, tras un parto de tres días, lo primero que hizo el pequeño Pedro fue “echar una meada que llegó hasta las cortinas”. Lo contaba ayer el director, recordando las palabras de su madre, en el marco de la 'masterclass' que ofreció la Escuela SUR en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Almodóvar llegó con aura de estrella de rock. La cola para disfrutar de su charla se perdía en el infinito y cuando apareció en el escenario los aplausos y vítores fueron ensordecedores. La multitud estaba entregada al manchego, tanto que incluso se tuvo que habilitar otra sala con televisiones para que entrara más gente.

El director, que el 8 de abril estrenará su nueva película 'Julieta', disfrutó de su baño de masas y hasta besó en la boca a una fan que aprovechó para pedirle un papelito en el futuro. Y entre tanto también desveló las claves de su cine, sus influencias y lo que opina de la industria actual. Almodóvar según Almodóvar, que ya desde muy pequeño tenía claro que “quería pertenecer al mundo del cine”. Su primer contacto con el séptimo arte fue “untuoso y grasiento”, y se lo debe al chocolate, a las onzas que merendaba como tantos niños en la España de los años 50 y que venían con cromos de artistas de Hollywood.

Las primeras películas llegaron con ocho añitos, en un cine de verano de Extremadura con una pantalla que era un muro pintado de blanco y a cuyos lados orinaban los niños y las niñas sin perder detalle de lo que ocurría en aquella pared. “La untuosidad del chocolate, el olor a orina y la magnitud de la pantalla mientras estaba meando me hicieron soñar con pertenecer a ese universo”, contó entre las risas del público.

Los primeros títulos que recuerda son 'spaghetti western', pero también las películas de Buñuel que descubrió muy pronto, así como 'El manantial y la doncella'. Todavía no sabía que detrás de todo aquello estaba la mirada demiurga de un director que controlaba cada aspecto de las películas. Fue cuando lo descubrió cuando entendió que ese era su lugar. Por ello quiso entrar en la Escuela de Cine cuando llegó a Madrid, “pero Franco tuvo el detalle de cerrarla un poco antes”. Ante sus ojos empezaron a aparecer Orson Welles, Antonioni y Fellini, pero también el cine underground de los 70 en EEUU, el pop inglés más frívolo y “el padre del cine”: Alfred Hitchcock. “Todos los directores sin querer le debemos algo, o muchísimo. Buñuel y Berlanga fueron también mis maestros”, confesó Almodóvar que también quiso reivindicar el cine español de los 60, una época en la que “vivíamos secuestrados por el dictador”.

Escribo como si no hubiéramos vivido 40 años de dictadura. Es mi modo de vengarme de la memoria de Franco

No fue la única referencia a Franco que hubo en su discurso. El realizador explicó que nunca ha tenido interés en hablar de la realidad social en sus filmes, y que incluso en sus primeras películas se impuso sólo una norma al escribir sus guiones: hacerlo como si el dictador nunca hubiera existido. “Escribo como si no hubiéramos vivido esos 40 años, como si no hubieran dejado recuerdos, sombras ni fantasmas. Es mi modo de vengarme de la memoria de Franco”, zanjó.

Almodóvar también abordó cuestiones políticas, y dejó claro que sabe “a quién defiendo y por qué, a quién no y a quién evito”. Sus manifestaciones políticas le han llevado a convertirse en la “bestia negra de la derecha”, como él mismo recordó. Todo esto se remonta al año 2004, cuando el estreno de 'La mala educación' coincidió con el cambio de gobierno tras los atentados de Madrid del 11M. El director canceló la premiere, pero en el primer pase que hubo saludó al nuevo presidente del PSOE. “Durante los meses que se hacía la transferencia de poderes o como se llame, tuvimos que cerrar la sede de El deseo porque jóvenes de ultraderechas después de ir a Génova iban allí a hacernos una visita. Estábamos viviendo como en los más violentos años 70”, explicó el director.

Libertad y autonomía moral

Pedro Almodóvar atribuyó a su cine dos características principales: “Libertad y autonomía moral”. También destacó sus personajes femeninos, que siempre son dolientes y extrovertidos, a los que “ayuda a sobrevivir”. “El de director es el trabajo con más poder de todas las profesiones, porque no hay mayor poder que montar tus propias fantasías. Dentro de ese poder he empatizado con mis heroínas, que nunca han sido virtuosas. He tratado de acompañarlas hasta el final, incluso si han cometido un crimen”, subrayó.

placeholder Fotograma de 'Silencio', la nueva película de Pedro Almodóvar
Fotograma de 'Silencio', la nueva película de Pedro Almodóvar

Otra de sus señas es el color, que aunque en los últimos años se ha ensombrecido, siempre es “brillante”. Un color que viene dado por la pasión de Almodóvar por el tecnicolor. “Por eso mi firma siempre va en tonos tan saturados, vivos y chirriantes”.

El director es el trabajo con más poder de todas las profesiones, porque no hay mayor poder que montar tus propias fantasías

El método Almodóvar para escribir un guion es fácil: estar despierto y registrar lo que pasa alrededor. “A veces es un suceso de un periódico, a veces algo que ves en la televisión, la inspiración viene de todos los lados, pero siempre es la realidad. La realidad te da la primera línea, si te interesa tienes que escribir la segunda, y después las que vienen”, analizó.

A 'Julieta', su nueva película, la describe con un sentimiento, el dolor, pero también la superación de ese dolor “que nunca es absoluta”. Con los años se ha ido depurando, y ahora parece imposible que en sus filmes haya una escena como la de la lluvia dorada de 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón', un momento para la historia del cine español en el que la orina volvió cobrar importancia en la vida de Pedro Almodóvar.

La vida de Pedro Almodóvar comienza empapada de pis. Nada más nacer, tras un parto de tres días, lo primero que hizo el pequeño Pedro fue “echar una meada que llegó hasta las cortinas”. Lo contaba ayer el director, recordando las palabras de su madre, en el marco de la 'masterclass' que ofreció la Escuela SUR en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Almodóvar llegó con aura de estrella de rock. La cola para disfrutar de su charla se perdía en el infinito y cuando apareció en el escenario los aplausos y vítores fueron ensordecedores. La multitud estaba entregada al manchego, tanto que incluso se tuvo que habilitar otra sala con televisiones para que entrara más gente.

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