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Un filme sobre James Dean con menos vida que su protagonista
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'Life'

Un filme sobre James Dean con menos vida que su protagonista

'Lif'e no profundiza en el trabajo del fotógrafo ni en por qué nos atraen tanto las fotos de celebridades, tampoco da gran importancia a la capacidad de una buena instantánea para penetrar en la psique

Foto: Fotograma de 'life', de anton corbijn
Fotograma de 'life', de anton corbijn

Es lógico que un director como Anton Corbijn quisiera hacer una película como 'Life'. Es un relato sobre los fotógrafos y la fotografía, un asunto del que el holandés sabe más que ningún otro cineasta actual. A lo largo de su carrera, ha retratado a incontables personalidades del mundo de la música, de los Rolling Stones a Joy Division –su líder, Ian Curtis, fue objeto de estudio de 'Control' (2007), el debut fílmico de Corbijn--. Y, después de todo, podría decirse que James Dean fue la primera rockstar del cine americano. Y, como Curtis, el desencadenante de un icono, casi un mito, que trasciende una obra artística más bien escueta. Por tanto, era de esperar que la narrativa de 'Lif'e apostara como lo hizo la de 'Control' por una actitud desmitificadora.

'Life' cubre un breve lapso durante 1955, esencial en la carrera de Dean: su primera película, 'Al este del Edén', estaba a punto de estrenarse; la segunda, 'Rebelde sin causa', a punto de empezar a rodarse; y él mismo, pues, a punto de convertirse en estrella. En ese contexto, el joven escapó de Hollywood rumbo a las calles de Nueva York, primero, y a la granja de su familia en un pueblo de Indiana, después. En el camino llevó a cuestas a Dennis Stock, un fotógrafo que también trataba de hacer carrera y que vio algo único en Dean antes de que lo hiciera el resto del mundo.

El resultado de ese viaje fue un reportaje fotográfico publicado en la revista 'Life Magazine' en marzo de 1955 que acabaría influyendo en la poderosa presencia de Dean en la cultura pop mucho más que las tres películas que protagonizó antes de quedar aplastado dentro de un Porsche el 30 de septiembre de ese mismo año. Con el tiempo, la instantánea del actor caminando hacia la cámara, pitillo en la boca, encogido dentro de un abrigo negro bajo la lluvia en Times Square, ha llegado a ser tan reconocible como la de la tenista que enseña el culo.

Connotaciones homoeróticas

Corbijn se centra en la, teóricamente compleja, relación entre Dean y Stock, dos hombres que intentan crear arte valioso en el seno de una cultura cada vez más frívola. A uno de ellos la fama le fue arrojada a la cara, y el otro alimentó esa fama. La desesperación de uno por hacer el trabajo y las evasivas del otro -a menudo, el fotógrafo echa a perder los intentos del actor de conectar sacando la cámara- apuntan a una interesante dinámica de poder que la película no explora más que anecdóticamente. Asimismo, a Corbijn parecen no interesarle las connotaciones homoeróticas de la relación. Y, que conste, es del todo respetable que 'Life' no dé importancia a las preferencias sexuales de James Dean, pero es una pena que toda la miga de la relación sean los intentos de conseguir una buena foto.

Es respetable que a 'Life' no le importe la sexualidad de Dean, pero es una pena que toda la miga de la relación pase por conseguir una buena foto

Pese a que celebrar el arte del retrato tiene mucho sentido en una era en la que su valor ha quedado enterrado bajo toneladas de selfies, no está claro a qué exactamente atribuye Corbijn ese valor. 'Lif'e no profundiza en el trabajo del fotógrafo ni en por qué nos atraen tanto las fotos de celebridades, tampoco da gran importancia a la capacidad de una buena instantánea para penetrar en una psique o configurar nuestra percepción. Si a ello le sumamos la falta de tensión dramática que -de forma algo pedante- Corbijn ha convertido en sello, el resultado es una película muy segura de que tiene algo importante que decir pero incapaz de especificar qué es.

¿Y qué hay en concreto del retrato de Dean? 'Life' identifica una contradicción consustancial a su figura: el actor era un genuino inconformista, y se convirtió en auténtica voz de una juventud descontenta y dispuesta a destruir la estructura social tradicional para convertirse en fuerza cultural, pero ese estatus fue cuidadosamente diseñado y vendido por Hollywood. Lo que no logra la película mientras trata de trascender esa fachada es reconocer los mitos culturales que el actor llegó a personificar. En otras palabras, cómo es posible, en última instancia, que alguien como James Dean inspirara a alguien como James Deen.

Un niñato petulante

En cambio, el Dean aquí retratado es menos un icónico iconoclasta que un niñato petulante, cuyo desprecio por el entorno no parece ser una actitud vital sino mera desidia. Parece ser, ojo, que en efecto el actor era un tipo no siempre fácil de soportar, pero el muchacho tenía carisma para aburrir, y el único recurso del actor Dane DeHaan para comunicar atributos como la vulnerabilidad tapada de insolencia, la torpeza social y la dulzura subyacente es mirar y moverse como si la almorrana lo estuviera matando.

El único recurso del actor para comunicar la vulnerabilidad la torpeza social y la dulzura es mirar y moverse como si la almorrana lo estuviera matando

Es esta falta de matices lo que acaba dando a la película el último empujoncito hacia el pozo de la irrelevancia. Tiene guasa, y discúlpese el juego de palabras facilón, que una película como 'Life' tenga tan poca vida. Corbijn parece más interesado en las imágenes que trata de recrear –los claroscuros, la composición, los escenarios, los vestuarios— que en las emociones que deberían latir bajo ellas. En lugar de capturar la energía que situó a James Dean en el centro de la conversación cultural en su época y en todas las épocas posteriores, se limita a rememorar una larga y tediosa sesión fotográfica. Y, como decíamos, por sí solas las fotos ya no valen gran cosa hoy día.

Es lógico que un director como Anton Corbijn quisiera hacer una película como 'Life'. Es un relato sobre los fotógrafos y la fotografía, un asunto del que el holandés sabe más que ningún otro cineasta actual. A lo largo de su carrera, ha retratado a incontables personalidades del mundo de la música, de los Rolling Stones a Joy Division –su líder, Ian Curtis, fue objeto de estudio de 'Control' (2007), el debut fílmico de Corbijn--. Y, después de todo, podría decirse que James Dean fue la primera rockstar del cine americano. Y, como Curtis, el desencadenante de un icono, casi un mito, que trasciende una obra artística más bien escueta. Por tanto, era de esperar que la narrativa de 'Lif'e apostara como lo hizo la de 'Control' por una actitud desmitificadora.

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