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Carlos Saura: “Todo el mundo estaba en mi contra porque yo me consideraba un autor”
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el director estrenó 'zonda' en seminci

Carlos Saura: “Todo el mundo estaba en mi contra porque yo me consideraba un autor”

El mítico realizador, autor de obras maestras como "La caza" o "Cría Cuervos" analiza su nueva película musical, dedicada al folclore argentino, y el estado del cine contemporáneo

Foto: Carlos saura en la 60 semana internacional de cine de valladolid (seminci)
Carlos saura en la 60 semana internacional de cine de valladolid (seminci)

83 años, un premio Bafta, un Oso de Oro en el Festival de Berlín, dos Goya, un Gran Premio del Jurado en Cannes y las mismas ganas de contar historias, de hacer cine. Carlos Saura es incombustible. Ahora vuelve con 'Zonda: folclore argentino', una de sus películas musicales. Esta vez dedicada a la música popular de Argentina tras haber pasado por el flamenco, el tango y los fados. El director acudió a Valladolid para presentar el filme en una de esas jornadas maratonianas de promoción que tan poco le gustan, pero sin perder la sonrisa y siempre acompañado de su cámara de fotos, “una mala costumbre que tengo, como yo era fotógrafo...”, cuenta riendo. Tirando de prejuicios me imagino que su cámara tendrá decenas de años, que portará un carrete y que hasta las revelará en su casa. Craso error.

PREGUNTA. ¿La cámara será analógica?

RESPUESTA. Qué va, para nada. Yo soy un gran defensor de las cámaras digitales. Es una maravilla, ya era hora de que se acabara la película.

P. Pues justo ahora hay un movimiento que busca recuperar el celuloide, lo apoyan directores como Tarantino, Paul Thomas Anderson…

R. Deja, deja, para ellos. Me acuerdo de un comentario estúpido de Truffaut, que merece todos mis respetos como director de cine, que dijo que la banda magnética de sonido era un desastre porque a él le gustaba tocar la emulsión, una tontería. Yo soy muy pro-avance de la técnica. La gente se olvida que el cine es un invento científico, sin conocimientos científicos no hubiera existido el cine, ni la fotografía, dependemos de eso y hay que aceptarlo. Al que pinta y al que escribe les vale con un lápiz y un papel, pero nosotros necesitamos un soporte técnico y ahora es una maravilla, es un sueño.

P. Vuelve a sus películas musicales, ahora ha tocado el folclore argentino.

R. Yo detesto la palabra folclore, es un error. Se mantienen las formas antiguas, las vestimentas, los detalles... Pero a mí lo que me gusta es actualizarlo, que los bailarines puedan salir con un pantalón vaquero, una camisa y una chaqueta. Se puede contar de otra manera que no sea sólo con el sombrero gaucho, de una forma más natural y accesible. Ahora estoy haciendo 'La jota' y quiero que no sea sólo el cachirulo.

P. ¿Y cómo consigue que eso sea atractivo cinematográficamente?

R. Pues es intuición, cada película es una aventura y no sabes cómo va salir. En este primer caso seleccioné los números más obvios que tenía que haber, y luego, hasta que no vas a empezar a rodar, no te das cuenta, todo es teoría. Después hay que colocar los números en la película, porque he intentado ponerlos de otra manera y no funcionan. La luz también es muy importante, me gusta que amanezca, que pase el día, llegue la noche… y trato de explicarle al director de fotografía que tiene que existir ese arco.

Decían que ser autor era una cosa muy elitista, que había que hacer un cine popular. Yo creo que no hay una contradicción entre las dos cosas

P. La primera escena muestra una cámara de cine frente a un espejo, toda una declaración de intenciones.

R. Yo no quiero engañar a nadie, se ve que es un teatro, se ve cómo se cierran las ventanas y aparece la cámara. Y ya después un pianista tocando 'El bailecito', que me encanta porque lo tocaba mi madre, es precioso.

P. También incluye un emotivo homenaje a Mercedes Sosa.

R. Es una maravilla, hubiera puesto cuatro o o cinco temas más, y es que la letra es tan actual.

P. Incluso política

R. Claro, y lo sigue siendo. Es filosófica aunque no lo parezca, es preciosa.

P. Durante muchos años le pusieron a su cine la etiqueta de experimental, ¿le molesta?

R. Me encanta. A mí me han reprochado de todo. Todo el mundo estaba en contra mía porque yo me consideraba un autor y ahora mira este festival (la Seminci incluye la leyenda 'Cine de autor' en su logo). Todo el mundo decía: “este imbécil que se considera un autor”, así que fíjate cómo cambia todo. Decían que eso era una cosa muy elitista, que había que hacer un cine popular para todo el mundo y yo creo que no hay una contradicción entre las dos cosas.

P. Ahora directores jóvenes como Carlos Vermut o Bong Joon-ho se declaran seguidores de su cine.

R. Y hasta Spielberg lo dijo en algún momento. Siento que me respetan mucho más ahora. Hay un reconocimiento mucho más grande, no sé cuál es el motivo. Vermut me lo dijo en persona y se lo agradezco mucho, en Francia ha tenido éxito la película, aquí no tanto. Yo reconozco que me gusta mucho cuando la gente acepta mi mirada o influencia. Por ejemplo Sara Baras me dijo: 'yo te he copiado la escenografía de tu película 'Flamenco' para mis espectáculos' y da gusto, no me gusta cuando no me lo dicen.

P. ¿Para cuando 'Los 33 días', su proyecto sobre Picasso?

R. Sigue en marcha, pero ya no se llama así. El productor vasco se fue al garete y hay un lío judicial, así que ahora se llama 'Picasso-Guernica'. Es otro guion, que he escrito junto a Ray Loriga. Antonio Banderas sigue como protagonista y es una coproducción con Francia.

P. Otra de esas biografías que tanto le atraen.

R. Yo los llamo ensayos sobre personajes que me gustan mucho. He hecho a Lope de Aguirre, a Buñuel, Goya, Don Giovanni y me quedaba Picasso. Y tengo algun otro que todavía no he podido hacer, quiero hacer un Felipe II. Tengo un guion muy duro, muy fuerte, y tengo otro también, que fue un encargo que me hicieron los italianos y que no se ha hecho, que es sobre Miguel Ángel. Un personaje fantástico.

A mí ahora se me respeta mucho más que antes, pero ha habido películas mías que han tenido mucho éxito fuera y en España no ha visto casi nadie

P. Me cuesta creer que un director con su trayectoria tenga problemas para financiar sus proyectos.

R. Es que pasas de Montpellier a España y todo cambia. Mira, a mí ahora se me respeta mucho más que antes, será para ver si desaparezco, pero es muy duro. Ha habido películas mías que han tenido mucho éxito fuera y en España no ha visto casi nadie. Por ejemplo, 'Cría Cuervos' si no fuera por el premio en Cannes y la locura que se montó… Aquí hubo un crítico muy conocido que la destrozó. Luego en Venecia fue 'La caza' y dijeron que era mi mejor película, que yo no lo creo, pero al salir de la premiere un crítico español me dijo: 'vaya mierda que has hecho'.

P. Siempre nos comparamos con Francia.

R. Es que no hay nada que hacer, yo lo siento mucho. El amor a la cultura, el respeto por las cosas... Allí hay un canal de televisión llamado Mezzo solo musical que es una maravilla. Me preocupa de España que todo se está diluyendo. En la televisión sólo hay gente que se pega y se grita, todo es estrambótico, No sé si la vida es así, pero a mí esa vida no me interesa. Me da pena que no haya más programas culturales en todos los sentidos, y que la gente se involucre en eso. Pero me imagino que los ve poca gente.

P. ¿El cine español está en crisis o siempre ha estado así?

R. Lleva en crisis toda la vida, y mientras no haya una defensa fuerte seguirá así. Pero no hay que olvidar que el cine ha cambiado y va a cambiar más, porque una cosa es hacer películas y otra es dónde se van a ver esas películas. Ahora cualquiera puede ver una película estupenda en un televisor en su casa o en otro sitio. Y si quiere ver una película norteamericana con mucho ruido pues tendrá que ir al cine.

P. ¿Entonces usted cree en el fin del cine en las salas?

R. Cuidado, que yo fui a un festival y pusieron una película de Bergman en el teatro y eso era una maravilla. Pero es verdad que hay un cine que se está haciendo hoy que me da mucho miedo, con la cámara en la mano, eso es un mareo espantoso, es un cine de reportaje. Eso de poner la cámara en mano para dar la sensación de que estás ahí es una tontería, yo estoy en contra de eso.

Mi sueño dorado es tener un cine en casa, con una pantalla sensacional, un sonido estupendo y que no me moleste nadie

P. ¿Y de poder ver las películas de estreno en internet?

R. A mí me parece muy bien, yo creo que deberías ver la película en casa si quieres. A mí me da igual. Mi sueño dorado es tener un cine en casa, con una pantalla sensacional, un sonido estupendo y que no me moleste nadie, pero no todo el mundo piensa así.

P. ¿Hay algún cineasta actual que le llame la atención?

R. Veo muy pocas películas actuales, no tengo mucho tiempo y lo que hago es rever muchas. Todos los días veo una película pero no suelen ser contemporáneas, y eso que recibo todas las películas de la Academia de Hollywood (Carlos Saura es miembro de la institución), pero no puedo. Tendría que dedicarme a ver cine y no a trabajar, así que decidí no verlas.

83 años, un premio Bafta, un Oso de Oro en el Festival de Berlín, dos Goya, un Gran Premio del Jurado en Cannes y las mismas ganas de contar historias, de hacer cine. Carlos Saura es incombustible. Ahora vuelve con 'Zonda: folclore argentino', una de sus películas musicales. Esta vez dedicada a la música popular de Argentina tras haber pasado por el flamenco, el tango y los fados. El director acudió a Valladolid para presentar el filme en una de esas jornadas maratonianas de promoción que tan poco le gustan, pero sin perder la sonrisa y siempre acompañado de su cámara de fotos, “una mala costumbre que tengo, como yo era fotógrafo...”, cuenta riendo. Tirando de prejuicios me imagino que su cámara tendrá decenas de años, que portará un carrete y que hasta las revelará en su casa. Craso error.

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