Una obra para una sola persona: el teatro cita a ciegas al espectador

El encuentro tiene algo de cita a ciegas: un toque clandestino, mucha intriga y una dosis de nervios mezclados con timidez. Verá una obra de teatro y usted será el único espectador. Tiene media hora por delante y aguarda la aparición del actor o la actriz en el punto de la cita. En nuestro caso, en la entrada de artistas del Teatro María Guerrero.

Las instrucciones son precisas: "Acuda a la localización solo, sin ningún tipo de acompañante y apague su teléfono móvil"; "Llegue a la hora indicada en su ticket. Ni antes ni después"; "Imprima este cupón de confirmación y sosténgalo visible (al esperar en la localización)". Con estas simples directrices empieza TeatroSOLO, una rompedora y arriesgada propuesta teatral que llega a Madrid este viernes y hasta el 24 de enero. Son cinco montajes, que se podrán ver o -mejor dicho- vivir, en el María Guerrero, el Museo Reina Sofía, la plaza de Lavapiés, el metro y un apartamento. Ocho pases de viernes a domingo, cada uno de media hora de duración, protagonizados por un actor y para un único espectador. A modo de 'spoiler' solo añadiremos que aquí decir que se trata de una experiencia única e irrepetible cobra todo el sentido. Literalmente.

Esperábamos con nuestro papel bien visible en la puerta del María Guerrero. De repente, una joven -a la que ya has visto paseando por la acera- tropieza frente a ti y el tocho de folios que lleva en la mano se desparrama a tus pies. ¿Ayudas? ¿Ha empezado ya la obra o esto es una casualidad? Y cuando te agachas, sonriendo, para ayudar a la chica nerviosa y avergonzada, sabes que la función acaba de comenzar. Toca dejarse llevar y jugar.

Poco más se puede contar de esta obra llamada 'Amnesia' porque la destriparíamos y liquidaríamos la intimidad y la emoción que seguro le va a provocar. Quizás, como mucho, podamos añadir que usted se convertirá en el acompañante y el encargado de templar los nervios de esta joven actriz (María Hervás borda un difícil papel en ese tú a tú) mientras recorre el teatro como nunca antes lo ha visto y va escuchando una historia que su cicerone entrelaza con los recuerdos de su juventud y que no le dejará indiferente.

Matías Umpierrez es el creador de esta performance que juega en el cuerpo a cuerpo. TeatroSOLO (LONEtheater) empezó en 2013 en Buenos Aires y Graus (Pirineos), el año pasado pasó por Nueva York y Sao Paulo y este ha llegado San Sebastián y Madrid. "Me interesaba recuperar lo que se refiere al cuerpo del otro, meter al espectador a una experiencia que le acerque al otro de una forma individual y a un espacio, en cierto modo, sagrado referido a la interpretación", explica a El Confidencial.

"TeatroSOLO viene a configurar ese espacio como el de lo sagrado, pero en vez de una forma colectiva yendo un poco más atrás y hablando de esos rituales que pueden suceder en cualquier encuentro en el que una persona construye una ficción y otra la cree. Y, como toda ficción, sostiene una extraña comunión", analiza.

La clave, prosigue Umpierrez, es "acercar al espectador a la representación desde un lugar nuevo". "Generalmente se le trata más como una persona en una platea, como un punto de rating o un seguidor de Twitter, pero siempre dentro del grupo. Para mí era necesario trabajar lo individual, cómo aparece el otro y los dos construyen un trabajo juntos".

Fabio Castro, Sauce Ena, Isabel Gálvez, Olalla Hernández, ​Chema Tena y María Hervás son los actores encargados de introducirles en este juego escénico que elimina todas las paredes y muros teatrales posibles. Junto a ellos, en 'Éxodo' se convertirán en voyeurs que se cuelan en el apartamento de una familia que trata de reconstruirse tras una tragedia; en 'Testigo' descubrirán, resguardados en su anonimato, que en el metro hay más historias que tienen que ver con la suya; en 'Lejos' se irán a la plaza de Lavapiés para, desde un punto de vista más político, hablar de refugiados y memoria, y en 'Retrato' será un cuadro del Reina Sofía el que se convierta en el espejo de la ficción. Y en todos estos escenarios, usted -el público- es también el protagonista.

Entrar en su obra de teatro (la suya y única de cada espectador) no es embarazoso ni forzado. Todo sucede de una forma muy natural pese a lo inesperado. Esa es una de las claves para que la performance funcione y, sobre todo, se convierta en algo más. "Buscamos que la ficción aparezca en la vida del espectador de una forma casi mágica", cuenta Umpierrez.

Para ello, prosigue, "los intérpretes se muestran en un estado profundamente frágil. Ellos necesitan tu ayuda para algo específico que inicia la función, pero también para que la función exista". Y el público responde. "He dirigido 30 piezas [únicamente se repiten en todas las ciudades 'Amnesia' y 'Éxodo'], han pasado miles de espectadores y lo interesente es que la gente se implica. La gente celebra ese encuentro cuando ve a un intérprete en ese grado de fragilidad y terminan muy enamorados del encuentro con el otro. Te das cuenta de que en soledad la gente es profundamente maravillosa".

Al final, esa incertidumbre que sentía mientra sostenía su papel se habrá desprendido de usted. Será un personaje más de la función o se dará cuenta de que la mentira ha mutado en verdad. Y eso desconcierta... y le pondrá los pelos de punta. Y le dejará con ganas de más.