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Idris Elba: "A veces he llegado a sentirme como un Dios"
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'Beast of no Nation'

Idris Elba: "A veces he llegado a sentirme como un Dios"

El actor más cool del mundo encarna a un señor de la guerra africano en la última película de Cary Fukunaga, la primera estrenada internacionalmente en Netflix, la plataforma que hoy llega a España

Foto: Idris Elba en Cannes en abril de 2015 (EFE/Olivier Anrigo)
Idris Elba en Cannes en abril de 2015 (EFE/Olivier Anrigo)

Si a día de hoy se celebrara un combate por el título de 'Actor más Cool del Mundo', Idris Elba tumbaría a Ryan Gosling de una manopla. Y no solo porque su chulería luce más genuina; también porque es su carrera la que está ahora mismo en la cresta de la ola: tras ganar el Globo de Oro por su trabajo en 'Mandela: del mito al hombre' (2013) y antes de que lo veamos en la piel del villano de una nueva entrega de Star Trek, Elba sin duda pateará unas cuantas alfombras rojas gracias a la nueva película de Cary Fukunaga, 'Beasts Of No Nation', en la que da vida al aterradoramente carismático comandante de un ejército de niños soldado en África. Recién estrenada internacionalmente a través de Netflix, la película llega mañana a España coincidiendo con el desembarco en nuestro país de la plataforma de streaming.

Parece confirmado que finalmente el actor, aún en parte recordado por su memorable trabajo en la mítica teleserie 'The Wire', no reemplazará a Daniel Craig en la piel de James Bond. Y tiene sentido. De nuestro encuentro con él en el pasado Festival de Toronto se deduce que se siente menos cómodo luciendo trajes cortados en Savile Row y trasegando martinis en un casino de Montecarlo que sudando una camiseta sin tirantes mientras da sorbos a un botellín de agua en medio de la apoteosis de una rave clandestina.

PREGUNTA. ¿Es cierto que durante el rodaje de 'Beasts Of No Nation' estuvo a punto de morir?

RESPUESTA. No fue para tanto. Estábamos en Ghana, rodando a través de un sendero estrechísimo que bordeaba un precipicio. No sé a cuántos metros de altura nos encontrábamos. Durante un descanso, me paré a fumarme un pitillo y, sin darme cuenta, al retroceder tropecé con una roca y perdí el equilibrio. Traté de sujetarme a un árbol que resultó ser solo un arbusto y que a punto estuvo de ceder ante mi peso. Pensé: “Maldita sea, Idris, vas a palmarla”. Créeme, habría sido una forma realmente espectacular de morir.

P. 'Beasts Of No Nation' es la primera película de la historia estrenada internacionalmente a través de Netflix. ¿Qué opinas al respecto?

R. Me parece revolucionario, sin duda va a cambiar el modo en que este negocio funciona. De todos modos, Netflix solo responde a nuestras nuevas necesidades a la hora de consumir ficción. No creo que la experiencia cinematográfica tradicional vaya a perderse, pero sin duda esto expande nuestras opciones. Y también las de todos esos cineastas que tienen muchas ideas pero no siempre la oportunidad de expresarlas a través de los canales habituales.

Netflix solo responde a nuestras nuevas necesidades a la hora de consumir ficción. No creo que la experiencia cinematográfica tradicional vaya a perderse, pero esto expande nuestras opciones

P. En todo caso, ¿no prefieres la pantalla grande?

R. Todo el mundo la prefiere. Pero, para serte sincero, hace dos años que no voy al cine.

P. ¿Dirías que tu herencia africana da a tu participación en 'Beasts Of No Nation' una significancia añadida?

R. Sin duda. Mi padre provenía de Sierra Leona, un país completamente devastado. Y mi madre nació en Ghana, y para ella fue un orgullo verme rodar una película allí. Me siento orgulloso de mis orígenes, y siento que puedo usar mis habilidades como actor para contar historias africanas. Es algo que aprendí tras rodar Mandela: el camino a la libertad.

Había un anuncio de la lotería en el que el cielo se abría, una mano aparecía entre las nubes y señalaba a un fulano. Así me sentí yo al interpretar a Mandela“

P. ¿Es el papel más importante de tu carrera?

R. Creo que sí. En Gran Bretaña había un anuncio de la lotería muy famoso en el que el cielo se abría y entonces una mano aparecía entre las nubes y señalaba a un fulano. Así es exactamente como yo me sentí. Y fue el papel más difícil que jamás he interpretado, porque Mandela era un hombre a quien admiraba y a quien, por otra parte, no me parecía en nada.

P. Y el rodaje de Beasts Of No Nation, ¿cómo lo recuerdas?

R. Muy loco. Permanecí en la piel del personaje durante todo el rodaje. Tenía que asegurarme de imponer respeto a los 200 niños que dan vida a mi ejército. Si al verme cada mañana hubieran pensado, “mira, es el pavo de The Wire disfrazado de comandante africano”, no habría habido manera de sacar la película adelante. Por eso nos aseguramos de establecer una gran disciplina. Al final, los chavales llegaron a funcionar como un ejército. Hasta me saludaban en plan militar.

P. ¿Te tenían miedo?

R. No, a mí no. En la película hay un actor que va todo el rato desnudo, con todo colgando, y da vida a un personaje llamado Trípode. Muy apropiado. El tipo es predicador, pero en su día trabajó para el dictador Charles Taylor en Liberia. En otras palabras, sabe perfectamente cómo llamar al orden a la gente. Él sí los tenía a todos acojonados. Los primeros días, cuando yo llegaba al set y veía que todo el mundo se ponía firme, pensaba que me tenían un enorme respeto. Hasta que comprendí que era él a quien se lo tenían. Todo mi ego se fue al traste.

P. ¿Te costó liberarte del personaje al acabar el rodaje?

R. En absoluto. Justo después de acabar el rodaje volé a Ibiza para pinchar en Pachá al lado de Bob Sinclair, y fue increíble. A la mañana siguiente, el comandante africano había desaparecido.

P. Llevas actuando como dj desde hace años. ¿Crees que tu público acude a tus sesiones por tu música o porque eres un actor famoso?

R. Hay gente de todo tipo. Sobre todo cuando estuve en el Festival de Glastonbury pude sentir cómo, al principio del set, la gente me miraba con escepticismo, como pensando: “Ya verás el actorcillo este qué birria de sesión se va a marcar”. El problema es que me gusta hablar de ello y todo el mundo lo sabe, y entonces las expectativas son muy altas. Siento que si una noche no estoy a la altura en la cabina, mi carrera como actor estará acabada.

P. ¿Eres un dj caro? ¿Pinchas en bodas?

R. Me pagan, aunque no lo hago por dinero. Y, lo creas o no, pinché en bodas y bautizos. Cuando tenía unos 12 años acompañaba a mi tío. Cuando él bebía demasiado, yo le reemplazaba.

P. La conexión con el público que estableces como dj, ¿es muy distinta a la que creas como actor?

R. De entrada, es más instantánea. Pongo un disco y logro que todo el mundo que está en el recinto se ponga en situación. Es increíble. Pero no solo eso. Como actor puedes lograr que la gente ría, o llore, o se cabree. Pero con la música puedes llegar a su alma, tío. Puedes hipnotizarlos. A veces, en la cabina, he llegado a sentirme como un mago. He llegado a sentirme como un Dios.

P. Hablando de forma más prosaica, un dj puede crear drama o suspense con su música. Es lo que hace un directorde cine.

R. En efecto. Vas haciendo que la música descienda gradualmente hasta casi el silencio, y luego, de repente, el subidón. La gente se vuelve loca. En todo caso, que conste que soy mucho peor como dj que como actor.

P. Pronto te veremos dando vida al malo de Star Trek. ¿En qué medida conecta interpretar un papel como ese con el niño que llevas dentro?

R. Sin duda lo hace, aunque confieso que nunca fui un trekkie. Particularmente cuando interpretas un personaje como este, que exige mucho maquillaje y mucha prótesis… Uy, creo que acabo de meter la pata, no me está permitido decir eso… Bueno, ya está hecho. Lo que quiero decir es que un personaje así tiene mucho de muñequito Action Man, y ahí precisamente está el origen de mi ilusión por ser actor: los juguetes, la fantasía, la imaginación. Jugar a policías y ladrones. Volver a ser un niño.

Si a día de hoy se celebrara un combate por el título de 'Actor más Cool del Mundo', Idris Elba tumbaría a Ryan Gosling de una manopla. Y no solo porque su chulería luce más genuina; también porque es su carrera la que está ahora mismo en la cresta de la ola: tras ganar el Globo de Oro por su trabajo en 'Mandela: del mito al hombre' (2013) y antes de que lo veamos en la piel del villano de una nueva entrega de Star Trek, Elba sin duda pateará unas cuantas alfombras rojas gracias a la nueva película de Cary Fukunaga, 'Beasts Of No Nation', en la que da vida al aterradoramente carismático comandante de un ejército de niños soldado en África. Recién estrenada internacionalmente a través de Netflix, la película llega mañana a España coincidiendo con el desembarco en nuestro país de la plataforma de streaming.

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