¡Eh, que Woody Allen sigue aquí!

'Irrational Man', la nueva película de Woody Allen, es magnífica. En los últimos diez o quince años el cineasta ha rodado películas buenas y películas regulares. Nunca estrepitosamente malas (quizá la única que se acerque a eso sea 'A Roma con amor'). Pero hasta en las más discretas hay brillos. No son filmes perfectos, pero si vinieran firmados por autores menos conocidos y consagrados, incluso imitadores suyos, seguro que llamarían muchísimo más la atención (esta cosa de exigirle a los maestros siempre obras extraordinarias). Su nuevo filme, sin embargo, es de los incontestables: Allen firma su mejor trabajo desde la soberbia 'Match Point' (2005).

La historia de Abe Lucas (Joaquin Phoenix), un profesor de filosofía sumido en un tormento de postín y tentado por la juventud y el asesinato, da pie al director a firmar una comedia dramática en la que reincide con inspiración en sus temas clave y vuelve al elemento criminal, presente en parte de su filmografía ('Delitos y faltas', 'Misterioso asesinato en Manhattan' o la citada 'Match Point'), desde un ángulo distinto. Allen se despereza, esquiva la tentación del piloto automático, y regresa con energías renovadas a los asuntos que siempre le han interesado.

En 'Irrational Man' se solapan con acierto, abordados con lucidez e indiscutible gracia, sus temas de cabecera, algunos ausentes en el último tramo de su filmografía: las crisis de edad, las dudas existenciales, el romance como entretenimiento para no encarar asuntos más complejos, la inteligencia como arma de doble filo, el sentido de la vida o la excesiva consciencia de uno mismo. También la casualidad y las jugadas aparentemente insignificantes pero decisivas del destino, aquí introducidas con un inspirado humor negro.

'Irrational Man' es de una precisión admirable. Aun respondiendo a patrones comunes en la obra de Allen, sus personajes, encarnados por actores magníficos (Emma Stone, en la piel de la alumna que seduce a Abe, cada día es más buena) van más allá del pálido reflejo de los hombres y mujeres de las mejores películas del director. Complejos y contradictorios, el protagonista y su alumna tienen sombras de otras parejas míticas de la filmografía del cineasta (en especial la formada por el propio Allen y Juliette Lewis en 'Maridos y mujeres'), pero cobran matices nuevos y actualizados.

Los diálogos funcionan como un tiro, rápidos, con réplicas ingeniosas y llenos de detalles y dobleces. En relación a esto, qué bien jugadas están las referencias intelectuales que manejan los personajes (Dostoievski, Heidegger, Simone de Beauvoir), deliberadas y perversamente obvias.

Lo realmente atractivo de 'Irrational Man', película que destila un interés por los mecanismos de las historias poco común en el cine contemporáneo, es la deriva que toma en ella el elemento criminal. Si en los anteriores flirteos de Woody Allen con el thriller el crimen era el resultado de un acto radicalmente egoísta (personajes dispuestos a esconder sus errores para salvarse o coronarse), aquí es producto de una acción altruista y romántica. En 'Irrational Man' el asesinato surge de un romántico arrebato justiciero que permite al director rizar, con mucha gracia y aun más ingenio, el rizo de la moral.