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Un drama lésbico para ver tirado en el sofá
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'Freeheld'

Un drama lésbico para ver tirado en el sofá

Un filme de Julianne Moore y Ellen Page revisa un caso real que agitó la lucha del colectivo LGTB

Foto: Julianne Moore y Ellen Page en 'Freeheld'
Julianne Moore y Ellen Page en 'Freeheld'

Verdades humanas: La cabra tira al monte… y los melodramas basados en hechos reales al telefilme. Es difícil de explicar por qué, pero es así. Uno lee una sinopsis del tipo “madre soltera se enfrenta a turbia petrolera por despido improcedente y vertido pestilente” y no puede evitar verse así mismo disfrutando de la película en la tele, un domingo, desplomado en el sofá.

En efecto, la cosa tiene algo de maldición cultural: por más que Hollywood ponga pasta y actores de prestigio en el intento, dichos mimbres mutan con frecuencia en la típica película que echaría Antena 3 un sábado por la tarde, quizá porque las convenciones del subgénero David contra Goliat en la sobremesa son recias y hay que echarle muchas ganas y pericia para burlar los clichés.

Ahora bien: tampoco pasa nada por ver un telefilme a la semana, ¿no?

Agitación y llanto

Y en esas llegó Freeheld a la sección oficial del Festival de San Sebastián. Película basada, ¡ay!, en un caso real: a una agente de policía de Nueva Jersey le diagnostican un cáncer terminal (2006) y quiere traspasar su pensión a su pareja (otra mujer). Pero ni la burocracia ni la justicia están por la labor, así que habrá que liarla un poquillo para hacerles entrar en razón. Resumiendo: Una historia de amor lésbico, enfermedades chungas y lucha por la justicia en el marco de los derechos del colectivo LGTB en EEUU.

La película, dirigida por Peter Sollett y protagonizada por Julianne Moore y Ellen Page, no pasará a la historia del cine precisamente, pero quizá sí a la de los telefilmes despendolados, además de cumplir su propósito de agitar la conciencia del mainstream estadounidense, aunque sea a costa de aporrear al espectador con no pocos golpes bajos emocionales.

Pero no nos soliviantemos. Basta con que uno se abstraiga del contexto –competición de festival internacional de prestigio-, y se imagine viendo Freeheld en su sofá, para que todo fluya y surja el llanto a moco tendido ante el vil atropello al que sometieron a esta pareja de lesbianas.

Ellen Page, convertida en icono lésbico en EEU, afirmó lo siguiente en rueda de prensa al ser preguntada si Hollywood la miraba de otra manera (es decir, peor que antes) desde que salió del armario: “Ya veremos… Aún es pronto para saberlo”. También dijo sentirse tan “emocionada” como al principio de su carrera desde que hizo pública su condición sexual: “Todo ha sido positivo desde entonces. Estoy encantada de ser quien soy y de poder llamar a las cosas por su nombre”.

Estoy encantada de ser quien soy y de poder llamar a las cosas por su nombre

“Rodar una drama como Freeheld siempre tiene un componente emocional extra, porque el dolor y la tristeza de mi personaje es real y siempre lo llevará consigo”, contó sobre el rodaje del filme.

“Es difícil ponerme en su situación, pero me gustaría pensar que yo hubiera actuado igual que ellas si me hubiera pasado lo mismo; es decir, luchando para cambiar las cosas”, zanjó Page.

Por cierto: un corto documental sobre este mismo caso -Freeheld- ganó el Oscar en 2007, por si quieren ustedes echarle un ojo:

Verdades humanas: La cabra tira al monte… y los melodramas basados en hechos reales al telefilme. Es difícil de explicar por qué, pero es así. Uno lee una sinopsis del tipo “madre soltera se enfrenta a turbia petrolera por despido improcedente y vertido pestilente” y no puede evitar verse así mismo disfrutando de la película en la tele, un domingo, desplomado en el sofá.

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