Es noticia
Sadomasoquismo como forma de autoconocimiento
  1. Cultura
  2. Cine
estreno de 'la camarera lynn'

Sadomasoquismo como forma de autoconocimiento

LLega a las salas la daptación de la novela del mismo nombre de Markus Orths editada en español por Seix Barral y cargada de erotismo

Foto:

Entre los pequeños placeres que le alegran la vida a Lynn se encuentra esconderse todos los miércoles debajo de las camas del hotel donde trabaja para espiar a los huéspedes en sus rutinas cotidianas. Lynn es una camarera que lleva a cabo su labor con una pulcritud total y absoluta. La higiene y el orden son dos obsesiones compulsivas que comparte con su madre, en estos momentos enferma en un hospital. Además de su empleo, Lynn mantiene una relación sexual más bien aburrida con su jefe que no parece afectarla a nivel sentimental y asiste a una terapia psicológica los lunes por razones que no se nos revelan. Parece cómoda instalada en un día a día que, sin depararle grandes emociones, tampoco la trastorna. La repetición pautada de los acontecimientos le confiere seguridad.

Hasta que un día se fija en Chiara, una rubia de pelo corto y platino que merodea por el hotel. Ni corta ni perezosa, la protagonista se desliza bajo la cama de la habitación donde se aloja para descubrir que Chiara es una dominatrix que lleva a cabo allí sus sesiones de sadomasoquismo.

En 'La camarera Lynn', adaptación de la novela del mismo nombre de Markus Orths editada en español por Seix Barral, el director Ingo Haeb adopta el punto de vista del personaje principal. En un principio, esto contribuye a subrayar tanto la vertiente fetichista y escopofílica de su concepción del erotismo como la perspectiva desdramatizada del asunto. El ángulo de visión desde debajo de la cama apenas le permite a Lynn ver los rostros de las personas a quienes espía. Sus ojos se fijan en los pies y sobre todo en las piernas: de Chiara contempla sus zapatos de tacones afilados y sus largas piernas enfundadas en medias de seda.

Apenas se ve nada cuando la pareja se acomoda sobre la cama. Solo se oye. Y lo que escucha Lynn y el espectador no invita a imaginarse una sesión sofisticada y contorsionista de BDSM sino más bien un trabajo que le sale rentable a la dominatrix por lo acelerado de la respuesta de su cliente. A Lynn le fascina igualmente el personaje de Chiara y decide llamarla. A partir de ahora, la meticulosa protagonista también marca en su agenda como ocupados todos los sábados.

Pero 'La camarera Lynn' poco tiene que ver con otros films donde la sexualidad se expresa a través del sadomasoquismo. No desarrolla la relación entre las protagonistas a partir de su implicación en los códigos del BDSM como se lleva a cabo en la muy reivindicable 'Secretary' de Steven Shainberg. Tampoco presenta a un personaje que decide explorar los límites de su propia sexualidad a manera de via crucis espiritual y existencial como Charlotte Gainsbourg en 'Nymphomaniac' de Lars von Trier. Y se sitúa en las antípodas del uso del sadomasoquismo como un gancho para explotar por enésima vez la vertiente más rosa y conservadora del romanticismo como sucede con '50 sombras de Grey'.

Para Lynn, el descubrimiento de otra sexualidad no supone una forma de transgresión ni de radicalidad, ni tan siquiera una puerta abierta a un supuesto lado oscuro de su propio yo. Es simplemente una forma de autoconocimiento. 'La camarera Lynn' es, ante todo, un estudio íntimo de un personaje en su proceso de despertar sexual y emocional. Haeb nos presenta al principio de la película una mujer que apenas se comunica verbal o emocionalmente con otras personas. Una mujer a quien el sexo no despierta ningún tipo especial de sensación. Las dos parafilias que practica Lynn, el fetichismo y el voyeurismo, no son más que su forma de articular una relación vicaria con el mundo a falta de poder desarrollarla de otra manera más directa por causas que desconocemos. Gracias a su trabajo entra en contacto con la intimidad de otras personas a través de intermediaciones como tocar sus objetos personales o espiar su cotidianidad.

'La camarera Lynn' poco tiene que ver con otros films donde la sexualidad se expresa a través del sadomasoquismo como '50 sombras de Grey'

La retraída Lynn consigue abrirse emocionalmente a través de su relación con Chiara, que representa todo lo que ella no es: segura de sí misma, anárquica en sus horarios, desapegada de las emociones ajenas, que se mueve por su propia voluntad y no por lo que considera su deber. El director mantiene en todo momento un tono de intimidad que evita cualquier explotación morbosa de la sexualidad de las protagonistas. Si la primera relación sadomasoquista queda fuera de campo al mostrarse a través del punto de vista tangencial de Lynn, en el primer encuentro entre esta y Chiara en cambio la película se centra en transmitir las emociones que se despiertan en una protagonista con ansias de amar que hasta el momento no había encontrado a la persona adecuada en quien volcarlas.

Sobria y al mismo tiempo cercana en su exploración de las emociones más íntimas de la protagonista, 'La camarera Lynn' es un buen ejemplo de película que se aproxima a formas heterodoxas de vivir la sexualidad sin necesidad de estigmatizarlas, sobreexplotarlas o por el contrario 'glamurizarlas'. Para Lynn el descubrimiento del sadomasoquismo a través de Chiara no es más que el inesperado camino para reencontrarse a sí misma.

Entre los pequeños placeres que le alegran la vida a Lynn se encuentra esconderse todos los miércoles debajo de las camas del hotel donde trabaja para espiar a los huéspedes en sus rutinas cotidianas. Lynn es una camarera que lleva a cabo su labor con una pulcritud total y absoluta. La higiene y el orden son dos obsesiones compulsivas que comparte con su madre, en estos momentos enferma en un hospital. Además de su empleo, Lynn mantiene una relación sexual más bien aburrida con su jefe que no parece afectarla a nivel sentimental y asiste a una terapia psicológica los lunes por razones que no se nos revelan. Parece cómoda instalada en un día a día que, sin depararle grandes emociones, tampoco la trastorna. La repetición pautada de los acontecimientos le confiere seguridad.

Críticas de cine
El redactor recomienda