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Alejandro Amenábar: "No soy tan creativo como pensaba"
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el director ha inaugurado el zinemaldia

Alejandro Amenábar: "No soy tan creativo como pensaba"

Con 'Regresión' el realizador vuelve al terror y da el pistoletazo de salida al Festival de Cine de San Sebastián, que ha recibido de forma fría su vuelta a los cines tras seis años de parón

Foto: Alejandro Amenábar junto a Ethan Hawke en el rodaje de 'Regresión'. (EFE)
Alejandro Amenábar junto a Ethan Hawke en el rodaje de 'Regresión'. (EFE)

Hace 20 años un chaval que acababa de rodar su primera película vino de visita al Festival de Cine de San Sebastián. Ni siquiera presentaba su obra en el Zinemaldia, venía a comer pintxos y a pasarlo bien. Resultado: volver a casa como una cuba, haciendo eses y romper la llave dentro de la cerradura de la señora que le hospedaba. El jovencito se llamaba Alejandro Amenábar, y la dueña del piso era la suegra de José Luis Cuerda, que acababa de producir su ópera prima Tesis, que meses después reventaría la taquilla y los Goya y daría a conocer al director, que con sus siguientes títulos alcanzó ese difícil equilibrio entre crítica y público.

Nadie hubiera dicho a aquel joven Amenábar que veinte años después inauguraría el mismo festival con su útima película, Regresión, que para colmo es una vuelta a sus orígenes. Al suspense, al miedo como instinto primario. El director ha presentado la película em San Sebastián sin la compañía de sus actores, Emma Watson y Ethan Hawke, y ha aprovechado para echar la vista atrás y valorar su filmografía. La primera palabra que sale de su boca es “afortunado” por haber podido contar “las historias que he querido”, aunque pronto se da cuenta de que en dos décadas de profesión sólo ha dirigido seis películas. “Me ha sorprendido que estoy haciendo menos películas de las que pensaba que haría, no soy tan creativo como pensaba”, cuenta riendo a El Confidencial.

placeholder Alejandro Amenábar, en el Festival de Cine de San Sebastián. (Reuters)
Alejandro Amenábar, en el Festival de Cine de San Sebastián. (Reuters)

Amenábar confiesa que a pesar de que siempre existen miedos se siente “querido” por el público, y cree que hay expectación por el filme, que llega a las salas el próximo dos de octubre. Él ve cada película como un examen. “Me gusta pensar que lo estudiamos en la preproducción, y creo que hemos estudiado razonablemente bien. Luego está el examen y apruebas o no apruebas, pero eso ya no depende de ti”, analiza. Pocos minutos después de su encuentro con los medios la gente que había acudido al primer pase del filme hablaba en las redes sociales, y su veredicto no era bueno. El público ha recibido de manera fría una película que habla de sectas satánicas, de la sugestión y de la religión, un tema que ha estado muy presente en todos sus títulos.

Me eduqué en un colegio católico durante diez años y nunca pensé que la religión iba a ocupar un espacio importante en mis películas

“Me eduqué en un colegio católico durante diez años y nunca pensé que iba a ocupar un espacio importante en mis películas, pero voy viendo que sí”, analiza Alejandro Amenábar que confiesa que uno de sus miedos es el “integrismo islámico” y el “fanatismo”.

Para Regresión se ha inspirado en el thriller y el terror de los años 70, en los títulos de Alan J. Pakula, Coppola o Polanski, que tenían “un estilo narrativo que ahora no vemos en el cine de género”.

Mejor España que Hollywood

Amenábar vuelve a rodar en inglés y con actores extranjeros, pero como ya ocurriera en Los Otros, Regresión es una película española (con participación extranjera). El director tiene claro que, pese a que podía haber dado el salto a Hollywood, y que en algún momento le pareciera tentador, siempre intentará producir sus filmes aquí. “No me arrepiento de no haberme ido. Mientras pueda seguir contando las historias que quiero aquí, estaré satisfecho. Hubo un momento en que sentías más presión para irte y estoy seguro de que es un viaje muy estimulante, pero mientras consiga financiación para mis películas seguiré aquí”, zanja.

La película tenía fijada su fecha de estreno en EEUU para el pasado agosto, pero los poderosos hermanos Weinstein cambiaron 'sine die' la fecha alimentando su fama de meticones y los rumores de que pedían un remontaje de la película. Amenábar quita hierro al asunto y explica que “de momento” tienen una relación cordial aunque siguen esperando una nueva fecha de estreno. "Nosotros ya les conocemos y sabemos cómo son y saben vender muy bien las películas y a veces aportan cosas muy buenas. Ellos opinan y dicen lo que piensan, pero yo soy receptor y más si es un distribuidor tan importante”, continúa.

No sé qué me asombra más del ser humano, si la capacidad de mentir o la pasmosa capacidad de creérnoslo

Muchos han visto en esta vuelta al thriller una forma de enmendar los excesos de ambición de una película como Ágora, que pese a triunfar en nuestro país se estrelló fuera. Algo que Alejandro Amenabar rechaza tajantemente asegurando que en este tiempo siempre tuvo claro que “quería hacer una película de terror y sobre el diablo”, aunque se retrasó porque "no encontraba un enfoque lo suficientemente interesante”. Y es que para él rodar no es sólo una forma de ganarse la vida, sino de “expresarme”.

En Regresión vuelve también a sus famosos giros y piruetas argumentales con los que asombrar al espectador, algo que cobra sentido cuando le escuchas decir que comienza sus películas por el final. En esta ocasión Amenábar juega a hipnotizar al espectador y a sugestionarle, ya que tiene claro que estamos hechos para ser engañados: “No sé que me asombra más si la capacidad de mentir o la pasmosa capacidad de creérnoslo”.

Hace 20 años un chaval que acababa de rodar su primera película vino de visita al Festival de Cine de San Sebastián. Ni siquiera presentaba su obra en el Zinemaldia, venía a comer pintxos y a pasarlo bien. Resultado: volver a casa como una cuba, haciendo eses y romper la llave dentro de la cerradura de la señora que le hospedaba. El jovencito se llamaba Alejandro Amenábar, y la dueña del piso era la suegra de José Luis Cuerda, que acababa de producir su ópera prima Tesis, que meses después reventaría la taquilla y los Goya y daría a conocer al director, que con sus siguientes títulos alcanzó ese difícil equilibrio entre crítica y público.

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