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Van Gogh y Gauguin: una oreja y un musical
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estreno de 'van gogh, el musical'

Van Gogh y Gauguin: una oreja y un musical

El Teatre del Raval de Barcelona pone en escena una obra que recrea en clave de comedia los dos meses que ambos pintores pasaron juntos en Arles

Foto: 'Van Gogh, el musical' llega en septiembre al Teatre del Raval
'Van Gogh, el musical' llega en septiembre al Teatre del Raval

Fueron nueve semanaslas que pasaron VicentVan Gogh y Paul Gauguin juntosen Arles. Una breve perointensa convivencia la de los dos genios que acabó con tormenta y tintes de tragedia, además de mutuas influencias. En febrero de 1988, el pintor holandés se instaló en La casa amarilla y comenzó a cartearse con Gauguin. Éste llegaría en octubre y esos dos meses que pasaron juntos se convirtieron en un duelo artístico que terminó con unVan Gogh sin oreja y camino de una institución psiquiátrica y con Gauguin alejándose aTahití en busca de inspiración.

Mucho se ha escrito sobre esta reunión de ambos pintores y más misterio envuelve aún la mutilación del holandés. ¿Se cortó el mismo la oreja o lo hizo Gauguin en una pelea? Pero también en Arles, donde Van Gogh pintó sus celebérrimos Girasoles, pudieron pasar más cosas. Van Gogh, el musical se encarga de ponerle el humor a este encuentro artístico a partir del 12 de septiembre en el Teatre del Raval de Barcelona.

La idea, cuenta Joan Olivé, dramaturgo y director del montaje junto a Roc Olivé,surgió hace 10 u 11 añosy se ha materializado este año con motivo del 125 aniversario de la muerte del pintor holandés. "La obra está basada en la realidad pero, con toda la pachorra, nos hemos inventado la mitad. Esto es spoiler porque lo decimos al final", explica entre risas. "Nos gusta el humor surrealista y hemos hecho nuestra esta historia para contar el encuentro de esta extraña pareja y desmitificar y reírnos un poco de la vida del artista y la bohemia".

Protagonizada por Roger Pera (Van Gogh), Mingo Ràfols (Gauguin)y Miquel Marilach (la prostituta),este musical se centra en los problemas de convivencia de Van Gogh y Gauguin en Arles, arropados por música rock que tocarán tres músicosdirecto. "Gauguin está en una etapa de poca inspiración mientras que Van Gogh, hasta ahora marchante de arte, ha decidido ser pintor y está pletórico. Entonces, tenemos a uno harto de la monotonía de la pintura y al ilusionado en sus inicios. Las cosas se precipitan cuando llega la puta del pueblo, Úrsula Layer, que siempre ha querido ser 'pintada y fornicada' por Gauguin, pero él la odia a muerte. Van Gogh se enamora de ella y...", deja en el aire Olivé.

Lo que sí deja claro el director es que no es un musical al uso sino "una obra de texto con canciones". "Cada una es una broma. Nos reímos de esos musicales en los que cantan cuando menos toca. Hemos hecho una composición con guitarra acústica, eléctrica y violín y aunque la idea era hacer música pop-rock, el violín le da un cierto toque celta también", asegura en plena grabación del disco que acompaña a la obra de teatro.

Olivé añade que lo que les fascinó de la figura de Van Gogh es el misterio que le rodeó tanto en su vida como después (su muerte todavíasigue generando múltiples teorías). "Lo más triste de Van Gogh es que no se hizo famoso hasta después de muerto. Por eso, su historia es más enigmática", afirmacomparando su musical con la película Amadeus y la relación que plantea entre Mozart y Salieri.

Arte y teatro, una relación fugaz

"¿Cómo puede ser que no exista un musical sobre Van Gogh? Hay algunapelícula [la más célebre es la Vicente Minelli], una opereta y una serie de Tim Roth pero es curioso que nunca nadie lo haya llevado al teatro. Nos sorprende bastante. Quizás nos digan que cómo nos reímos con Van Gogh con la vida tan tormentosa que tuvo, pero el humor sirve también para esto", añade Olivé.

Lo cierto es que cualquiera podría pensar que el mundo del arte es un campo tanfecundo que podría inspirar grandes obras de teatro: personajes metódicos, misteriosos, maniáticos, bohemia, horas de estudio... Sin embargo, la relación del arte y el teatro sigue siendo fugaz. Pocos son los montajes que han llevado a los escenarios el mundo del arte,a pintores o escultores. El caso más célebre es Arte, la obra de Yasmina Reza (estrenada en 1994 en París, en 1996 en Londres y en 1998 en Nueva York y Madrid)que enfrentaba a tres amigos a un lienzo en blanco que acaba de comprar uno de ellospara diseccionar el arte contemporáneo y su valor en el mercado. ¿Era una "mierda blanca" o una "obra sublime"como decían dos de los protagonistas?

Las mismas preguntas se hacía la temporada pasada Mierda de artista, un satírico musical de Kaktus Music queponía en tela de juicio la bohemia y la mercantilización del arte a través de Piero Manzoni, un pintor italianoque harto de que nadie hicieracaso a su obra 'real' decidióen 1961 cagarse literlamente (y en 90 latas, cada una con 30 gramos de sus excrementos, algunas expuestas en el MoMA, el Pompidou o la Tate) en el sistema artístico.

Centrado en las tribulaciones de los artistas, en2002 se estrenó Gaudí, el musical de Barcelona, de Jordi Garcelán y Albert Guinovart,una superproducción centradaen los tres últimos días de vida del arquitecto modernista a través de su relación con las mujeres de su vida. La temporada pasada Fernando Arrabal enfrentó a Dalí versus Picasso en una batalla dialéctica con la Guerra Civil y sus obras Premonición de la Guerra Civil y El Guernica en primer plano.

Algo similar hizo John Logan (guionista de Spectre,Gladiator, El último samurai, El aviador o La invención deHugo y que ahora prepara una serie sobre Patti Smith para Showtime)con Mark Rothko en Red, una obra de teatro que se estrenó en 2009 en Londres -ganadora de seis premios Tony- que desmenuza la vida del pintor, su concepción del arte y los límites éticos frente al mercadoa raíz del encargo de pintar unos murales en el exclusivo hotel Four Seasons de Nueva York.

Fueron nueve semanaslas que pasaron VicentVan Gogh y Paul Gauguin juntosen Arles. Una breve perointensa convivencia la de los dos genios que acabó con tormenta y tintes de tragedia, además de mutuas influencias. En febrero de 1988, el pintor holandés se instaló en La casa amarilla y comenzó a cartearse con Gauguin. Éste llegaría en octubre y esos dos meses que pasaron juntos se convirtieron en un duelo artístico que terminó con unVan Gogh sin oreja y camino de una institución psiquiátrica y con Gauguin alejándose aTahití en busca de inspiración.

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