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Don Winslow le abre la puerta al Chapo
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Fuga entre comillas

Don Winslow le abre la puerta al Chapo

El novelista estadounidense, que ha retratado al narcotraficante en novelas icónicas como 'El poder del perro', pone en duda las teorías oficiales sobre su fuga

Foto: Arely Gómez, titular de la Procuraduría General mexicana, muestra una foto del Chapo (EFE)
Arely Gómez, titular de la Procuraduría General mexicana, muestra una foto del Chapo (EFE)

Ser una persona de carne y hueso salva al Chapo Guzmánde ser tomado a risa. Porque si fuera un personaje de ficción, nos lo tomaríamos a cachondeo al leer sus tribulaciones. “¡Si, hombre!, ¡Ya, claaaaro!”, como si elnovelista que lo creó se hubiera pasado de rosca con la trama.

Por si no fuera suficiente con que el preso más vigilado del mundoescape andando de una prisión de máxima de seguridadvía túnel de 1.500 metros con luz eléctrica y ventilación (es decir, prácticamente bajo palio), el Chapo ya había dinamitado antes las distancias entre ficción y realidad. En 2014, días antes de ser detenido, escapó de las fuerzas de seguridad mexicanas a lo malvado de la sagaJames Bond: asaltaron su casa de Culiacán y se toparon con una puerta de blindaje hidráulico. Mientrasintentaban tirarla abajo, el narco entró en el baño, apretó un botón y la bañera se elevó para dejar paso a un túnel que conducía a las alcantarillas de la ciudad (conectadas, a su vez, con otras siete casas del capo). Superen eso.

La guerra se pone cruda

El Chapo, por tanto, parece más materia de novelistas que de periodistas, así que bienvenida sea la opinión sobre su fuga del escritor estadounidense Don Winslow, que en 2005retrató al Chapo y a otros narcos mexicanos en una de las novelas negras fundamentales de lo que va de siglo, El poder del perro, o la guerra contra las drogas a ambos lados de la frontera.

Por una de esas casualidades astrales, Winslow acaba de publicar en el mundo anglosajón la secuela de El poder del perro, The Cartel, donde, entre otras cosas, narra la primera fuga carcelaria del Chapo (enero de 2011, cárcel de Puente Grande, Jalisco).

“El mayor traficante de drogas del mundo se ha escapado de una prisión de máxima de seguridad. Por segunda vez. Olviden todas las caricaturas que hayan oído sobre reyes de la droga. Joaquín 'Chapo' Guzmán Loera, jefe del dominante Cártelde Sinaloa, es un brillante y despiadado empresario multimillonario cuyo negocio resultan ser las drogas”. Así arranca el artículo que ha escrito Winslow en la CNN para analizar la fuga del Chapo.

Winslow, que se encuentra en plena promoción de The Cartel, ha hablado estos días de las diferencias entre El poder del perro (2005) y el nuevo libro, ficciones basadas en una profunda labor de investigación.

“Cuando escribí El poder del perropensé que había escrito las peores cosasposibles. Me equivoqué. Probablemente lospeores incidentes narrados en el libro ni siquiera hubieran sido noticia en 2010 y 2011”, ha explicado Winslowal Seattle Times. Se refiere a la brutal escalada de violencia vivida en México desde la mitad de la pasada década,con los cárteles enfrentados en una guerra salvajey el gobierno mexicano tomando la controvertida decisión de militarizar el conflicto.

'Cuando escribí 'El poder del perro' pensé que había escrito las peores cosas posibles. Me equivoqué'

La realidad, por tanto, adelantó por la izquierda a las peores pesadillas plasmadas en El poder del perro, así queles avisamos que The Cartel viene cargadito. El propio Winslow, de hecho, viene cargadito.

En efecto, del mismo modo que el Chapo parecedispuestoa triturar cualquierficción por disparatadaque sea, Winslow parece dispuesto a triturar cualquierrealidad por descabelladaque sea. De ahí que en su artículo de la CNN lance todo tipo deteorías alternativas sobre la fuga del Chapo. Atentos:

“Mi apuesta que es que salió por la puerta principal de la prisión y que el túnel no fue más que un modo desalvar el prestigio de los agentes mexicanos”.

El escritor, de hecho, no habla de la fuga del Chapo, sino de lafuga del Chapo(siempre entre comillas).

Pero no se vayan todavía: aún hay más.

“Los periodistas que cubren a los cárteles llevan tiempo manejando la teoría de que el Gobierno de México favoreció al Cártel de Sinaloa en la guerra entre organizaciones de traficantes. No ya es que los cárteles sobornaran a funcionarios gubernamentales y oficiales de policía, es que se veía alChapo y su socio-Ismael “Mayo” Zambada-como a personasmás razonables que el resto de líderes del narco… Comparados con los hiperviolentos Zetas o los cárteles homicidas de Tijuana, Juárez y el Golfo, el Gobierno veía a los sinaloas como la 'menos mala'de las opciones. Chapo y sus gentes son indudablemente culpables de asesinatos en masa, pero también han cooperado para acabar con los secuestros, el tráfico de personas y la extorsión. Dicha teoría señalaque el Gobierno decidió'elegir a un ganador': el Cártelde Sinaloa. El menor número de arrestos e incautaciones entre los sinaloas, comparado con los otros cárteles, sustenta con fuerza esta teoría. La muy cacareada detención deGuzmán la contradijo, aunque quizá no tantosi se amañóqueel Chapo saliera de prisión poco más de un año después…”, escribe Winslow.

'Los periodistas que cubren a los cárteles manejan la teoría de que el gobierno favoreció al Cártel de Sinaloa en la guerra entre bandas de traficantes'

El escritor sostiene que la situación se ha "pacificado" bastante desde el triunfo delCártel de Sinaloa, dejando atrás laodiosa ola de violencia que "se cobró al menos 100.000 vidas". Peroen los últimos tiempos una nueva organización -el Cártel de Jalisco Nueva Generación-parecedispuesta a "desafiar el poder" de Sinaloay el Chapo con nuevas dosis de ultraviolencia.

“El Gobierno de México está comprensiblemente desesperado por mantener la 'paz narcótica'… Es posible que el Chapo Guzmán, con su influencia y prestigio, sea más útil al Gobierno fuera que dentro...Fuera como fuese, el Chapo ya está fuera. Otra vez”, zanja Winslow.

Ser una persona de carne y hueso salva al Chapo Guzmánde ser tomado a risa. Porque si fuera un personaje de ficción, nos lo tomaríamos a cachondeo al leer sus tribulaciones. “¡Si, hombre!, ¡Ya, claaaaro!”, como si elnovelista que lo creó se hubiera pasado de rosca con la trama.

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