Es noticia
Muere Javier Krahe, el cantautor que apostó por el humor
  1. Cultura
A LOS 71 AÑOS EN SU CASA DE ZAHARA DE LOS ATUNES

Muere Javier Krahe, el cantautor que apostó por el humor

Durante más de treinta años mantuvo el interés del público y se ganó el respeto de destacados compañeros

Foto: El cantautor Javier Krahe . (EFE)
El cantautor Javier Krahe . (EFE)

Nacido en 1944, el prolífico Javier Krahe fue durante varias décadas un cantautor popular en España, incluso entre quienes no habían escuchado nunca ninguno de sus discos o acudido a sus numerosos conciertos. Sumayor pico de fama fue el disco La Mandrágora(1981), con Alberto Pérez y Joaquín Sabina, donde quedaba claro que había asimilado con total naturalidad las lecciones del cantautor antiautoriatrio francés Georges Brassens. Fuera de la industria musical, Krahe era famosopor el culebrón del juicio por blasfemia que sufrió el cortometraje Instrucciones para hervir un Cristo(1977). El cantante falleció a las 05:00 de este domingo, a causa de un infarto, en su casa de Zahara de los Atunes.

Influencia intergeneracional

¿Cuál fue su principal contribución musical? La defensa del humor dentro de la canción popular. La inmensa mayoría de cantautores españoles optan por un registro solemne, acorde a las circunstancias políticas del país, pero él siempre prefirió desdramatizar los conflictos de la vida cotidiana. Sobre política con mayúsculas escribía más bien poco, pero fue capaz de misiones casi imposibles, como hacer reír con un himno contra la pena de muerte, como demuestra su pieza La Hoguera (1988). ¿Un ejemplo de su influencia en las generaciones más jóvenes? Su bolero Paréntesis fue una inspiración directa de El bar de la esquina, una de las mejores canciones del iconoclasta Albert Pla.

El enorme cariño que despertaba su figura queda claro en el homenaje Y todo es vanidad (2004), un disco doble de versiones que celebraba sus veinticinco años encima de un escenario. En él participaron estrellas de todo pelaje, entre ellas Alejandro Sanz, Enrique Morente, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina o Iñaki Gabilondo, entre muchos otros.

Ritmo propio

Su otra gran contribución es haber labrado una carrera al margen de las reglas de la industria. Publicaba álbumes a su ritmo y actuaba con frecuencia en pequeños clubes de la capital. Se calcula que ofreció unos 1.500 recitales a lo largo de su carrera. En 1999 contribuyó a crear la discográfica 18 Chulos, junto con sus colegas Santiago Segura, El Gran Wyoming, Carlos Faemino, Pepín Tre y Pablo Carbonell.

Su principal aportación fue la defensa del humor dentro de la canción popular, a diferencia del registro solemne de los cantautores españoles

No consideraba que funcionar con su propia discográfica fuera algo heroico. "No sé muy bien lo que es la independencia, me suena a guerra contra Napoleón", te soltaba con total naturalidad durante una entrevista. Asistir a uno de sus conciertos era la mejor forma de comprobar la intensa relación de complicidad que había establecido con su público, mezcla de 'progres' hedonistas, 'rojos' desencantados y universitarios adictos al humor de bar. Krahe se alegraba de que gran parte de su público se había mantenido entre los veinte y los treinta años. "Alguno de dieciocho también viene, aunque no escriba canciones para ellos", comentaba.

La censura del PSOE

Su último paso por las noticias tuvo que ver con Pablo Iglesias. El pasado 14 de noviembre, el secretario general de Podemos subió con él al escenario de la sala Galileo Galilei (Madrid) para cantar Cuervo Ingenuo, la canción con la que Krahe criticaba deriva autoritaria del presidente Felipe González. La letra ataca duramente la apuesta del líder socialista por la reconversión industrial, su cambio de postura sobre el ingreso en la OTAN y el mantenimiento de la estructura policial del franquismo. Televisión Española censuró en 1986 la emisión de este himno anti-González, incluido dentro de un concierto de Sabina (que había insistido a su amigo para que apareciera como invitado).

Labró su carrera al margen de las reglas de la industria y se calcula que ofreció 1.500 conciertos en todo tipo de locales

"En aquella época los ayuntamientos contrataban mucho y a mí los del PSOE me dejaron de contratar, e incluso anularon conciertos ya firmados", explicaba el propio afectado hace menos de un año. Todo un desafío a la historia oficial, que retrata los años ochenta como un explosión de libertades en España. "Me contaron que Felipe González estaba enfadadísimo conmigo y que había dicho unas cosas de mí que no se atrevían reproducir. Eso me hizo sentir importante", reconocía.

Traidor de clase

En el mismo noviembre de 2014, Iglesias le dedicó una de las entregas de su programa de entrevistas Otra vuelta de tuerka. La biografía de Javier Krahe responde en gran parte al arquetipo del bohemio renegado de la clase alta. Criado en el madrileño barrio de Salamanca, estudió en el colegio del Pilar, centro de educación de referencia entre las élites españolas. Aguantó solo un año en la facultad de Económicas, para lanzarse luego de cabeza al artisteo, encontrado finalmente su sitio en ambientes musicales. Su carrera desafiaba el concepto de evolución, dedicado a la más modesta tarea de señalar las pequeñas disfunciones diarias. Que su público no se aburriera de él en treinta y cinco años es uno de los mejores elogios que se puede hacer a un compositor de canciones.

Nacido en 1944, el prolífico Javier Krahe fue durante varias décadas un cantautor popular en España, incluso entre quienes no habían escuchado nunca ninguno de sus discos o acudido a sus numerosos conciertos. Sumayor pico de fama fue el disco La Mandrágora(1981), con Alberto Pérez y Joaquín Sabina, donde quedaba claro que había asimilado con total naturalidad las lecciones del cantautor antiautoriatrio francés Georges Brassens. Fuera de la industria musical, Krahe era famosopor el culebrón del juicio por blasfemia que sufrió el cortometraje Instrucciones para hervir un Cristo(1977). El cantante falleció a las 05:00 de este domingo, a causa de un infarto, en su casa de Zahara de los Atunes.

El redactor recomienda