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Víctimas y etarras se reúnen en el teatro
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Víctimas y etarras se reúnen en el teatro

'La mirada del otro' recrea en la Sala Cuarta Pared de Madrid los encuentros producidos en la cárcel de Nanclares de Oca en 2011 entre víctimas de la banda terrorista y disidentes

Foto: 'La mirada del otro' se puede ver en la Sala Cuarta Pared (Alba Muñoz)
'La mirada del otro' se puede ver en la Sala Cuarta Pared (Alba Muñoz)

¿Por qué? y ¿cómo? Son las preguntas recurrentes que no han dejado de resonar en la cabeza de Estibaliz durante 14 años. Ha pasado casi media vida repitiéndose esos dos interrogantes desde que su padre, concejal de un pueblo del País Vasco, fuera asesinado por ETA de un tiro en la nuca. Aitor entonces tenía 23 años. Recibió un cuaderno rudimentario con unas pocas instrucciones. No sabía quién era su víctima. Disparó como le habían dicho. Antes se jugó a cara o cruz con su compañero quién pulsaría el gatillo.

¿Sabían quién era mi padre? ¿Cómo fuisteis hasta el pueblo? ¿Por qué eligieron ese día y no otro? ¿Pudieron dormir después? “Son preguntas muy básicas. Cómo y por qué son las dos grandes preguntas. No es necesario ir más allá. Son preguntas que necesitan tener una respuesta porque llevan años planteándoselas: por qué y cómo alguien como tú puede llegar a matar”, asegura María de Miguel, creadora del Proyecto 43-2 y dramaturga de La mirada del otro junto a Chani Martín, que también dirige el montaje.

Con su primera obra, Proyecto 43-2, abordaron una cena familiar en el décimo aniversario del asesinato del padre (se pudo ver en marzo en la Sala Mirador), y ahora con La mirada del otro recrean los encuentros entre víctimas y exetarras que tuvieron lugar en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava). La obra se estrenó el pasado 24 de abril en Eibar con la presencia de víctimas como Maixabel Lasa, viuda de Juan María Jáuregui, asesinado a manos de ETA, junto a los etarras arrepentidos,Ibon Etxezarreta, que fue condenado por su participación en el asesinato de Jáuregui, Urrusolo SistiagaoLuis Carrasco. Ahora se puede ver la Sala Cuarta Pared de Madrid hasta el sábado.

Tres sillas y dos mesas. Es la única escenografía necesaria para una obra directa y cruda, que no juzga y documenta una realidad que merece la pena ser escuchada yque nace de un proyecto de investigación a partir de entrevistas con víctimas y exmiembros de ETA que participaron en estos históricos encuentros, propiciados en 2011por Instituciones Penitenciarias, dentro de la llamada vía Nanclares. “Estibaliz y Aitor no están basados en una víctima concreta sino que sintetizan varias de las historias que hemos escuchando”, cuenta la creadora del Proyecto 43-2, llamado así porque son las coordenadas geográficas del árbol de Guernika.

“El proyecto nace a finales de 2010. Tenía que hacer una tesina final del máster y decido hacerla sobre el teatro como herramienta pedagógica y de memoria y aplicarlo al caso vasco”, explica. Su relación con el socialista Eduardo Madina, con quien coincidió en la facultad, y su amigaEstibaliz Curiel, de Guipuzkoa, terminó por determinar la necesidad de hablar sobre el conflicto vasco. Es así, como tras el primer montaje de esta trilogía, se ponen en contacto el año pasado con Txema Urkijo, que por entonces era adjunto a la dirección de Atencióna las Víctimas e impulsor de los encuentros entre víctimas y exetarras en Nanclares.

“Txema nos dio acceso a las víctimas, a los disidentes y al equipo de mediación que trabajaron con ellos antes de los encuentros. Entre noviembre y enero nos reunimos con ellos. Para mí era muy importante que todo el elenco [Ruth Cabeza, Pablo Rodríguez y ella misma] participara en los encuentros porque había algo muy potente. Ha sido una experiencia vital que nos ha cambiado personalmente y ha dotado a la obra de mayor veracidad”, prosigue. En el montaje también aparece el trabajo del equipo de mediación que trabajaron para que estos encuentros vieran la luz.

En esas reuniones estuvieron con disidentes como Fernando deLuis Astarloa, que fue el primer preso al que se le aplicó la Doctrina Parot,así comoentrevistas con víctimas como María Isabel Lasa, Iñaki García Arrzabalaga, Jaime Arrese o Carmen Hernández, además de con Mercedes Gallizo, entonces directora de Instituciones Penitenciarias; Xabier Etxebarria, uno de los impulsores de los encuentros, y Esther Pascual, diseñadora del programa de mediación.

“Queríamos conocer su trayectoria antes y después del atentado y su evolución hasta que deciden participar en estos encuentros con exterroristas, que es una experiencia de un valor y una generosidad brutal. Si algo tienen todas las víctimas en común es su creencia en el ser humano y la defensa radical de la segunda oportunidad. Ahí radica su ejemplo. Son un ejemplo para toda la sociedad porque las primeras personas que han sufrido este daño son las que dan un paso adelante y demuestran que se puede convivir.Admiro su calidad humana, son un ejemplo de vida. Precisamente por eso quisimos ponerlo en escena, porque son un ejemplo que debe ser conocido y, curiosamente, mucha gente no lo conoce”, asegura María de Miguel.

'Si algo tienen todas las víctimas en común es su creencia en el ser humano y la defensa radical de la segunda oportunidad. Ahí radica su ejemplo'

Los victimarios "nos contaban que decidían a veces a cara o cruz, que recibían las instrucciones de una forma muy rudimentaria en un cuaderno, que noconocían a sus víctimas y que actuaban como soldados de un cuerpo militar sin plantearse nada más. No entienden ahora cómo pudieron ser así", continúa aludiendo a testimonios muy similares como los recogido en la entrevista realizada en Salvados a Iñaki Rekarte, con quien también contactaron.

El tema, sin duda, no es fácil. Lo han comprobado porque con el primer espectáculo tuvieron problemas para cerrar funciones. "Más que problemas, tuvimos una especie de rechazo por lo delicado y político que lo consideran los programadores a pesar de que, al igual que enLa mirada del otro, hablamos de personas y no de partidos políticos", señala. Con esta segunda obra, matiza, han encontrado más interés por parte de los programadores de los teatros, aunque tras las funciones en Madrid aún no tienen más funciones cerradas.

Estos encuentros, prosigue De Miguel, “hablan de que hay ganas de hablar y de convivir” y defiende la necesidad de que se vuelvan a poner en marcha. “Está claro que hay víctimas y exterroristas que tienen esta necesidad y otros que no. Yo no sé si podría hacerlo. Pero si esa necesidad existe, el Estado de Derecho tiene que trabajar para que se vea cumplida, al igual que respetar a quien no quiera participar”.

El último capítulo de la trilogía hablará sobre el arraigo y el desarraigo en Euskadi. “Entiendo que es la raíz del problema: la necesidad de sentirse arraigado y el desprecio por el arraigo del otro. Es la realidad común. Vivimos en un país con una identidad muy compleja que nunca se ha respetado. Siempre hemos despreciado la complejidad de la identidad y de nuestra memoria”. El montaje también saldrá de entrevistas y un proceso de investigación similar al llevado a cabo en los otros dos montajespara seguir haciendo de este teatro documentalun lugar honesto, de diálogo y convivencia.

¿Por qué? y ¿cómo? Son las preguntas recurrentes que no han dejado de resonar en la cabeza de Estibaliz durante 14 años. Ha pasado casi media vida repitiéndose esos dos interrogantes desde que su padre, concejal de un pueblo del País Vasco, fuera asesinado por ETA de un tiro en la nuca. Aitor entonces tenía 23 años. Recibió un cuaderno rudimentario con unas pocas instrucciones. No sabía quién era su víctima. Disparó como le habían dicho. Antes se jugó a cara o cruz con su compañero quién pulsaría el gatillo.

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