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¿Fiesta del cine? No, gracias
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un 3% de salas hacen sus propios descuentos

¿Fiesta del cine? No, gracias

Hay salas que prefieren ir por su cuenta ir bajan el precio sin adherirse a la Federación de Exhibidores Cinematográficos (FECE). Muestran su descontento y críticas con el evento

Foto: Colas en la Fiesta del cine del año pasado (EFE)
Colas en la Fiesta del cine del año pasado (EFE)

Ya está aquí La fiesta del cine. Entradas tiradas de precio, colas kilométricos, datos de asistencia estratosféricos y casi todo el mundo contento. Y es que no todos los cines participan en esta iniciativa. Un escaso 4% se han mantenido al margen y han optado por hacer su propia celebración. Ellos deciden si bajan la entrada y hasta qué precio, sin indicaciones externas.

Una de las cadenas que no se ha adherido a la promoción es la de los cines Verdi, con salas en Madrid y Barcelona. Su dueño, Enrique Pérez, aclara a El Confidencial que ellos han creado su propia celebración “La fiesta del Verdi con las entradas a 3 euros”, aunque no se muestra a favor de estas medidas. “Nosotros bajamos el precio por deferencia al espectador, pero La fiesta del cine es una falta de respeto para ellos, ponen la entrada a 2,90 y se generan colas kilométricas. Nosotros hemos optado por un precio redondo para que al menos desde la taquilla se puedan evitar esas colas”, cuenta Pérez.

'Quizás en grandes cadenas cuyo negocio es la venta de coca cola y palomitas sí que sea rentable, pero nosotros bajamos el precio por no quedarnos aislados. No nos sale rentable'

A pesar de la euforia de otros años cuando se publican los resultados de afluencia, desde los cines Verdi opinan que “no es sostenible”. “Quizás en grandes cadenas cuyo negocio es la venta de coca cola y palomitas sí, pero nosotros bajamos el precio por no quedarnos aislados. No nos sale rentable. Nosotros no hacemos ni un 10% en venta de esos productos de lo que hacen otros cines, es una cifra testimonial”, añade.

El responsable de los cines Verdi analiza las anteriores convocatorias y no cree que haya generado un nuevo espectador fiel que le compense la bajada de los precios, incluso explica que muchos de los clientes habituales prefieren ir otros días más tranquilos sin espectadores que hablen en medio de la proyección. “Respeto estas medidas, pero no creo que sirvan de nada, que vaya gente 7 u 8 días al año no vale mientras hay un IVA al 21% destruyendo el cine, la danza y el teatro”, continúa.

placeholder Guerra de precios en las salas de cine

Enrique Pérez cuenta que hace su propia fiesta al no pertenecer a la Federación de Exhibidores Cinematográficos (FECE), que marca unas pautas rígidas y cuyas políticas no comparte, a pesar de que estuvo dentro muchos años. “Los que estamos fuera es porque en algún momento se nos ha maltratado, esto es como en todos los negocios, se favorece a las grandes superficies y se perjudica a los pequeños comercios”, zanja.

Cree que además desde FECE hay una rivalidad que ha hecho que este año añadan un día extra a la Fiesta del cine (el jueves), una medida que aplicaba los Verdi y que ahora han copiado en el evento ‘oficial’.

Clientes fieles pese al dinero

Los cines Paz son otros de los pocos que no participan en la Fiesta del Cine, aunque como los Verdi optan por poner su propio descuento. En esta ocasión la entrada vale cuatro euros en vez de 2,90. Los taquilleros de la sala cuentan a este medio que a pesar de que hay gente que se va cuando ven que no están adscritos a la promoción sí que notan mucha más afluencia durante estos días.

“A primera sesión no, pero a las 19:00 sí que se nota. En la última edición, por ejemplo, el primer día no se notó mucho, pero el martes y miércoles hubo mucha más gente que los mismos días de semanas anteriores”, explican.

'Aquí viene sobre todo mucha gente mayor que no saben cómo hay que registarse ni que hay qué hacer, así que por un euro más vienen y se quitan de problemas'

El perfil de público de los Paz y de las películas que proyectan contribuye a que haya una audiencia muy fiel y cinéfila que sigue apostando por estas salas. Sólo había que pegar la oreja a la taquilla de al lado para escuchar a un joven que quería disfrutar de A esmorga, un filme gallego que sólo se puede disfrutar en muy pocas salas de Madrid, y ninguna de ellas está en los grandes complejos que se llenan estos días.

Para las señoras que acuden semana tras semana la diferencia de precio no es importante, y prefieren quitarse el “engorro” de registrarse, entrar en internet etcétera. Son fieles a sus salas y celebran el descuento respecto al precio original en vez de lamentarse porque no tengan el mismo precio reducido que otros cines de la ciudad.

“Aquí viene sobre todo mucha gente mayor que no saben cómo hay que registarse ni qué hay que hacer, así que por un euro más vienen y se quitan de problemas”, añaden desde la taquilla. Y es que para los amantes del séptimo arte todos los días son La fiesta del cine, aunque de vez en cuando haya que recordárselo a la gente.

Ya está aquí La fiesta del cine. Entradas tiradas de precio, colas kilométricos, datos de asistencia estratosféricos y casi todo el mundo contento. Y es que no todos los cines participan en esta iniciativa. Un escaso 4% se han mantenido al margen y han optado por hacer su propia celebración. Ellos deciden si bajan la entrada y hasta qué precio, sin indicaciones externas.

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