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El cine israelí se ríe de la eutanasia
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estreno de 'la fiesta de despedida'

El cine israelí se ríe de la eutanasia

Llega a los cines la películas que ganó en la Seminci y el premio del público en Venecia. Un canto a la muerte digna en una residencia de ancianos

Foto: Fotograma del filme israelí que ganó la Espiga de Oro en la Seminci
Fotograma del filme israelí que ganó la Espiga de Oro en la Seminci

Reírse de la muerte, un asunto peliagudo. El tema asusta. No es fácil hacer bromas sobre algo que suele ser tratado de manera solemne y dramática. Hay que recurrir al humor negro para salir victorioso. Si al tema 'muerte' le añadimos el adjetivo 'digna' todo se complica. Reírse de la eutanasia, y hacerlo mientras a la vez clamas por el derecho de la gente a decidir si quiere, o no, terminar con su vida.

Ese es el reto que se propusieron los directores israelíes TalGranit y Sharon Maymon. Carcajearse de la muerte en su cara. Lo han logrado con La fiesta de despedida, una comedia tan negra como amable, sobre un grupo de ancianos en una residencia de Jerusalén que crean una máquina para que sus compañeros puedan ir muriendo antes de que su vida se vea convertida en un infierno. La película se estrena hoy.

Un peculiar escuadrón de la muerte octogenario en el que encontraremos sexo, desnudos, porros, homosexualidad y, sobre todo, mucha emotividad. Los directores han optado por envolver lo negro de sus bromas en un contexto entrañable de ancianos que todo el mundo querría como abuelos.

Los propios realizadores contarona El Confidencial durante la Seminci, en la que se llevaron el premio gordo,que no se plantearon el filme en otro tono que no fuera la comedia negra: "Es el estilo que tenemos en nuestras películas, nos gusta hablar de temas sociales y reírnos de ello usando el humor negro, porque nos facilita tratar el tema", explicaron.

Granit y Maymon recordaroncómo en Israel la eutanasia es ilegal, aunque sí que se permite firmar un documento para no conectar a los enfermos y mantenerles con vida artificialmente, aunque también confiesan que en los últimos años, a pesar de que no exista un marco legal, hay una "zona gris". "Hay doctores que ayudan a pacientes en sus últimos días, pero solo cuando saben que son los últimos", añadieron.

Ambos directores quitaronpeso al tema de la muerte y reinciden en que es un filme sobre la "amistad y sobre la solidaridad".

Una cara amable que les ha permitido ir arrasando con el premio del público en cada festival al que van, el penúltimo en Venecia dentro de la sección 'Venice Days'.

La fiesta de despedida surge de una experiencia real de Tal Granit, que vio cómo la abuela de su exnovio, tras darle medicamentos para paliar su dolor y poder morir a gusto, fue "resucitada" por los paramédicos, algo que el realizador define como una "situación absurda" que le dio pie para realizar el filme.

Reírse de la muerte, un asunto peliagudo. El tema asusta. No es fácil hacer bromas sobre algo que suele ser tratado de manera solemne y dramática. Hay que recurrir al humor negro para salir victorioso. Si al tema 'muerte' le añadimos el adjetivo 'digna' todo se complica. Reírse de la eutanasia, y hacerlo mientras a la vez clamas por el derecho de la gente a decidir si quiere, o no, terminar con su vida.

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