Es noticia
Guitarra, hoz y martillo
  1. Cultura
el rock que acabó con la urss

Guitarra, hoz y martillo

El historiador y crítico musical Artemy Troitsky analiza la importancia de la música y de los movimientos contraculturales en la caída de la Unión Soviética

Foto: La estatua del fundador de la KGB, Félix Dzerzhinski, es derribada en 1991
La estatua del fundador de la KGB, Félix Dzerzhinski, es derribada en 1991

Si alguien menciona dice Pussy Riot todo el mundo piensa inmediatamente en el colectivo punk ruso que en 2012 puso en jaque al gobierno de Putin tras ser arrestadas y acusas de vandalismo por dar un concierto sin el permiso oficial. Su estética y su lucha en contra de la actual situación de represión en su país calaron en la sociedad internacionale incluso organizaciones como Amnistía Internacional apoyaron públicamente al grupo en lo que calificaron como “un golpe amargo contra la libertad de expresión”.

Sin embargo muy pocos conocena grupos de rock como Kino, Aquarium, DDT, Nautilus Pompilius o Televizor. Lo irónico es que si ellos no hubieran abierto el camino es probable que las Pussy Riot no existieran. Estas bandas surgieron en los 80, con todo el sistema comunista soviético tambaleándose y sin que Internet y las nuevas tecnologías permitieran que sus actos tuvieran repercusión internacional. Eran la llamada contracultura soviética, el underground de la música que con sus canciones ayudaron al cambio que culminó con el desmantelamiento de la URSS en 1991.

Para recordar su importancia La casa encendida ha dedicado un ciclo que se extenderá durante todo el mes de abril y en el que se analizará la disidencia cultural cuando se cumplen 30 años del nombramiento de Mijaíl Gorbachov como secretario general del Partido Comunista. Para inaugurarlo han contado con Artemyi Troitsky, periodista y crítico musical, que ha analizado el auge y posterior caída de estas bandas de rock durante la década de los 80 y principios de los 90.

El nacimiento de este movimiento underground vinomotivado por la profunda crisis en la que estaba sumida la URSS en aquella década, como explica Troitsky a El Confidencial. “Es lo que ocurre con todos los países en crisis, la gente buscaba una forma de cambio y de salir de esta situación, por lo que surge una corriente cultural que pedía este cambio, de hecho en muchas formas los 80 en la URSS fueron muy parecidos a los 70 en España, con dos mitades muy diferenciadas, de 1980 a 1985, que fue una parte muy oscura y después la llegada de la Perestroika y el cambio”, analiza.

Una de las creencias en torno a la contracultura de la época es que sus contenidos eran muy políticos, algo que Troitskydescarta, ya que no estaban “articulados” y no hablaban de "críticas al partido o a la KGB". “Lo que hacían era decir la verdad sobre lo que pasaba. Contaban cómo era la vida en la Unión Soviéticay esto era inaceptable por la doctrina inexistente, ya que la cultura oficial soviética estaba cargada ideológicamente y decía que todo iba bien. Fue un movimiento más realista que político”, añade.

Este realismo termina con la Perestroika, cuando la comunidad internacional empieza a prestar atención. “Se empieza a hablar de la caída del telón de acero, de los crímenes en tiempos de Stalin, y entonces sí que hubo un mayor compromiso político, especialmente en el cine, aunquetambién en la música con canciones como Your dad is a fascist de Televizor, pero eran excepciones".

Este auge del rock underground dura una década, hasta que cae el sistema y las bandas se quedan sin inspiración.Ya no hay contra qué protestar.No hay Partido Comunista, ni KGB.Las musas desaparecieron. Otro de los motivos que propiciaron la desaparición de estos grupos fue que fracasaron en sus ansias de conquistar otros mercados. “No consiguieron impresionar a la audiencia occidental, muchos firmaron por grandes empresas británicas y de EEUU, pero ninguno tuvo éxito fuera de la Unión Soviética, así que a los comienzos de los 90 esta escena musical estaba acabada”, recuerda el crítico y profesor, que cree que la cultura de estos años se volvió materialista y burguesa, además de estar “dirigida por la mafia criminal y los traficantes de droga”.

Un presente sin futuro

En un país en el que la censura y la represión campan a sus anchas uno pensaría que es más probable el nacimiento de un nuevo movimiento contracultural que pida un cambio a sus gobernantes. Sin embargo Pussy Riot o Voina son excepciones que tuvieron su boom en 2012, cuando Putin vivió sus horas más bajas, pero que ya están olvidadas.

Hay millones de personas que quieren destruir Ucrania, y ese entusiasmo militar me recuerda a lo que ocurrió antes de la Primera y la Segunda Guerra Mundial

“Actualmente la cultura está muy confundida. La situación en el último año ha empeorado mucho por la guerra con Ucrania. La comunidad se ha dividido en torno a los que están en contra y los que están a favor porque piensan que es patriótico. Es una situación muy triste, porque estamos invadiendo a un país muy cercano a nosotros, es como si España invadiera Portugal. No entiendo cómo esto puede ser tolerado. Hay millones de personas que quieren destruir Ucrania, y ese entusiasmo militar me recuerda a lo que ocurrió antes de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. No esperaba que mis compatriotas fueran tan fácilmente engañados por la propaganda”, crítica Artemyi Troitsky que espera que haya un cambio, aunque no crea que sea provocado por la cultura, cuyo consumo cada vez es menor.

Ni siquiera la vuelta de aquellos grupos rock de los 80 provocaron una revuelta social. En 2012, con todo el fenómeno de las Pussy Riot en plena ebullición muchos de los héroes de los 80 desempolvaron sus guitarras en conciertos especiales, pero la tónica dominante sigue siendo “la propaganda de estadoa favor de la guerra, del gobierno yde la religión”.

“En Rusia actualmente existen dos culturas, la oficial y la alternativa que existe en internet y en pequeños clubes, la atmosfera es muy diferente porque antes al menos había esperanza, ahora no la hay, la cultura es pesimista, oscura, piensan que no hay futuro, así que hay poca diversión”, comenta apenado el crítico que ha visto como toda la lucha de los 80 se ha perdido por el camino.

Si alguien menciona dice Pussy Riot todo el mundo piensa inmediatamente en el colectivo punk ruso que en 2012 puso en jaque al gobierno de Putin tras ser arrestadas y acusas de vandalismo por dar un concierto sin el permiso oficial. Su estética y su lucha en contra de la actual situación de represión en su país calaron en la sociedad internacionale incluso organizaciones como Amnistía Internacional apoyaron públicamente al grupo en lo que calificaron como “un golpe amargo contra la libertad de expresión”.

Unión Soviética (URSS) Música
El redactor recomienda