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"Ya que no sabemos quiénes somos ni a dónde vamos, entreguémonos al sexo"
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entrevista a christina rosenvinge

"Ya que no sabemos quiénes somos ni a dónde vamos, entreguémonos al sexo"

La cantante publica 'Lo nuestro', un nuevo álbum que habla del paso del tiempo, la crisis y apela a la responsabilidad colectiva explorando sonidos electrónicos y desconocidos registros vocales

Foto: La cantante Christina Rosenvinge (Víctor Garrido)
La cantante Christina Rosenvinge (Víctor Garrido)

Louis Bourgeois, Yoko Ono, Luis Cernuda o Franco Battiato pululan, acompañados de sintetizadores y bases, junto a la crisis, el paso del tiempo o la igualdad de la mujer reunidos por Christina Rosenvinge. La cantante danesa-española vuelve con Lo nuestro, un disco producto del momento actual, en temáticas y producción, que apela a la conciencia colectiva y reivindica eloptimismo frente al paso del tiempo.

En este trabajo, Rosenvinge sigue explorando nuevos caminos y vuelve a demostrar su madurez lírica y melódica, pero sorprendiendo con desconocidas tesituras vocales y un sonido más eléctrico y fuerte. Buena ‘culpa’ de esto lo tiene el hecho de que lo ha compuesto sin prisas (terminó la grabación en 2013) en su iPad “buscando algo más cuadriculado y maquinal donde encajar después una letras más poéticas”.

P: Lo nuestro supone un nuevo registro, con más presencia de bases y electrónica,sorprendente respecto al resto de tus trabajos. ¿Es premeditado o viene dado por el momento?

R: Cambian las circunstancias, cambian las herramientas, cambian los tiempos y, al final, el trabajo de un artista es esto: intentar empaparse del espíritu de los tiempos, simplificarlo y traducirlo a una canción o un texto. Para ello, hay que ser permeable a todo lo que está ocurriendo. Para mí es, además, la única manera de hacer cosas interesantes porque si no te quedas anquilosado en el mismo sitio y escribiendo la misma canción que ya habías hecho.

P: ¿A eso responde ese interés que plasmas por la situación política y social y la necesidad de una conciencia colectiva?

R: Totalmente. La gente a veces utiliza el término reinventarse y a mí no me gusta porque me parece muy onanista. Es adaptarse y ser permeable a los demás. Cuando lo eres, escuchas, empatizas y comprendes. Y, al mismo tiempo, tus herramientas son cada vez más precarias, igual que las de todo el mundo. Yo tengo un presupuesto para grabar hoy que es cinco veces inferior al que tenía antes (ríe). Todo es un espejo. Antes podía para pagar a cinco músicos y ahora lo tengo que hacer yo todo sola. Esa multifuncionalidad es muy solitaria.¿Y qué pasa? Pues que nos hemos convertido en monoempresas precarias. Nos pasa a los músicos igual que a cualquier autónomo o persona por la calle.

P: ¿Es imposible ser impermeable hoy a la crisis?

R: No es una cuestión de que la crisis esté de moda, que me parece una cosa tan frívola decir eso, simplemente los temas se meten en tu casa. Estas escribiendo canciones sobre lo que crees que ocurre y evidentemente la crisis se mete en tu casa y en tus canciones.

P: Lógicamente es un tema hoy más recurrente, comohemos visto en los últimos discos de Vetusta Morla o Amaralpor ejemplo, aunque imagino que lo difícil será no caer en los clichés de la canción protesta.

R: Es inevitable hacer estas canciones y cada uno las hace como puede, pero es muy jodido y complicado. Yo he intentado infinidad de veces en mi carrera escribir canciones sobre injusticias y es muy difícil encontrar el lenguaje y hacerlo de una forma estética con un léxico bonito, sonando bien y haciendo algo que permanezca. No es un tema agradecido mientras que hablar del amor, que es otro tema universal, es un muy plástico y adaptable. Hablar de la injusticia social es muy desagradecido y hacerlo de una manera bonita, dificilísimo.

P: Si Alguien tendrá la culpa es la canción más ‘protesta’, en Balada obscena también aprecio esos tintes de crítica social en la contraposición que haces de la lucidez frente a la debilidad o revelarse frente a la liviandad.

R: Es una canción muy abierta. Para mí es una canción que se enfrenta al tiempo y a la hora. Habla de vivir el momento y de entregarse al cuerpo. Después de haber dado tantas vueltas paranoicas en el disco, la canción que concluía tenía que decir que yaque no sabemos quiénes somos, dónde vamos ni qué vamos a hacer, entreguémonos al sexo que es el bálsamo que sirve para todo (risas). Esa es para mí la conclusión, además de que es lo único que sigue siendo gratis y no se puede manejar.

P: También sorprende en este disco con una voz más susurrada, más rota e incluso fraseada en canciones como La muy puta, además de la presencia importantede gritos y gemidos.

R: Sale de una mezcla de intuición y necesidad. La cuestión de empezar a gritar salió en un concierto en Perú. Empezamos a improvisar y salió esta parte muy hipnótica en la que yo ya no tenía ganas de decir nada sino de pegar gritos. Ahí se definió un nuevo camino. Y empecé a investigarlo por casualidad. También viene degrabar en casa sola, porque muchos arreglos musicales nacen como vocales primero. Algunos me hacían más gracia gritados o cantados y eso que he quitado un montón…

P: Con el que acabas La Tejedora en directo puede ser un problemón…

R: Ese fue como una revelación. Estaba en la exposición de Yoko Ono oyéndola y pensé lo incomprendida que fue su relación con los gritos, cuánto sentido tienen y cómo conectan con la naturaleza femenina. El grito femenino es la mezcla de resistencia, histeria y felicidad y hay que reivindicarlo.

P: En La muy puta abordas el paso del tiempo, ¿miras atrás con nostalgia?

R: Es una canción conectada con el hecho de cumplir 50 años y el miedo que daba la cifra. Habla de ser perseguida por el fantasma del tiempo y de la decrepitud, pero también nace de un sueño que tuve –es que tengo unos sueños flipantes- y en el que estaba bailando en un cementerio lisérgico y maravilloso. En muchos de mis sueños voy desnudasiempre. Lo unítodo ysalió esa canción. Pero lo importante que quiero transmitir es un mensaje positivo a los que vienen detrás y están aterrados con el paso de la edad:esa idea de que los años te amansan, te quitan energía y te dan amargura es mentira. La percepción del tiempo como un enemigo y que los cumpleaños son una losa es mentira.

P: También el feminismo y la reivindicación de la mujer están muy presentes en toda tu carrera y aquí enLa Tejedora. ¿Notas que han cambiado las cosas?

R: Quiero transmitir un poco de optimismo. Da la sensación de que no se avanza, pero porque la gente ahora es mucho más consciente. Cosas que antes no tenían nombre como los malos tratos, el techo de cristal o el empoderamiento, ahora son palabras que están en boca de todo el mundo. Y eso, en realidad, son avances. Hace 10 o 15 años cuando una se declaraba feminista la gente te miraba con media sonrisita y sin saber de qué coño estabas hablando y de qué te quejabas. Ahora hay mucha más consciencia y el tema está en la mesa porque finalmente ha llegado el momento de reflexionar sobre él. Y no hay vuelta a atrás, pero también es verdad que el neomachismo existe, es palpable y se manifiesta en los lugares más increíbles.

P: Has pasado de Warner a El Segell del Primavera [el sello del Primavera Sound]y compuestoel disco con tu iPad y grabado junto a Raül Fernández, Refree. ¿Es producto también de estos tiempos y del descalabro de la industriamusical?

R:Es cierto, pero en esto hay un proceso de reflexión que no está haciendo con rigor. El que uno lo pueda hacer todo supone, a su vez, un drama. Hay un montón de músicos que aportan su trabajo y tienen que tener su sueldo y trabajar. Hay toda una industria, más allá del que hace una canción, demúsicos, técnicos de sonido, los que hacen la promo o diseñan que hacen un trabajo muy bueno en la sombra. En la música hay todo un ecosistema en peligro ahora mismo. Yo voy a seguir haciendo música como sea,aunque la grabe en el teléfono y se la mande uno a uno a la gente,pero la cultura gratis lleva a que muchos trabajadores tienen que trabajar gratis y es muy injusto.

P: Pero es cierto que el sector, ya sea por la suma de la piratería, el cambio del tipo de consumo y otros males endémicos, está muy tocado.

R:La industriamusical está en guerra con la tecnológica porque ésta ha robado directamente a la musical. En esta guerra de dinosaurios, el público y los artistas estamos atrapados en medio. Por un lado, al público se le hace sentir culpable por escuchar música gratis y,por otro lado, a los artistas nos dicen que vivamosdel directo y no da para ello. Es una guerra a gran escala entre Silicon Valley y las majors y es porque legalmente uno le ha podido birlar el negocio al otro. El contenedor, que es el teléfono, el ordenador o la tableta, se ha comido al contenido. Ahora la gente se gasta el dinero en el teléfono o el wifi que antes invertía en una entrada o un disco. Pero no hay que culpabilizar al que abre internet y escucha una canción o ve un titular gratis, alos que se tiene que culpabilizar y tienen que solucionar el problema es aApple, Telefónica y demás, que son los que han creado un sistema que se nutre del trabajo de otras industrias como la musical,han creado el medio que proporciona contenidos de manera gratuita y las soluciones a las que han llegado dejan fuera a los sellos independientes.

P: ¿Con esta situación se ha terminado por convertir en España a la cultura como sinónimo de rentabilidad?

R:La cultura ha caído en el pozo del entretenimiento. Entiendo que es difícil discernir qué es cultura y qué entretenimiento, pero al final es fundamental hacerlo porque la cultura es parte de la identidad de un país. La cultura es parte del ADN, permanece en el tiempo mientras queel entretenimiento nace, explota y muere. Y el IVA es la respuesta a pensar que la cultura es entretenimiento. Los libros tienen otro tipo de IVA y el Auditorio Nacional tiene otro tipo de IVA. Por ser música clásicase cree que hay que favorecer la creación de ese tipo decultura, pero la música pop se considera un artículo de lujo,algo prescindible y frívolo, pero no lo es.

Louis Bourgeois, Yoko Ono, Luis Cernuda o Franco Battiato pululan, acompañados de sintetizadores y bases, junto a la crisis, el paso del tiempo o la igualdad de la mujer reunidos por Christina Rosenvinge. La cantante danesa-española vuelve con Lo nuestro, un disco producto del momento actual, en temáticas y producción, que apela a la conciencia colectiva y reivindica eloptimismo frente al paso del tiempo.

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