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La verdadera Helen Keller era francesa
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entrevista con el director de 'marie heurtin'

La verdadera Helen Keller era francesa

Jean-Pierre Améris estrena su último filme en España, una historia sobre una chica asalvajada, sorda y ciega, que es su proyecto más personal hasta la fecha

Foto: Fotograma de 'La historia de Marie Heurtin', de Jean Pierre Améris
Fotograma de 'La historia de Marie Heurtin', de Jean Pierre Améris

En 1962 Arthur Penn estrenaba El milagro de Ana Sullivan. Una conmovedora película que ganó dos Oscar y dio a conocer al mundo la historia real de Helen Keller y de su cuidadora, la Ana Sullivan del título. Keller, una niña sorda, ciega y rebelde, se convirtió en un icono de la lucha de las personas discapacitadas por comunicarse y ser tratados con normalidad.

Lo que poca gente sabe es que años antes de Helen Keller hubo otra chica en una situación similar, que también peleó contra una sociedad que no la entendía y la relegaba al aislamiento. Para solucionar esta deuda histórica el director francés Jean Pierre Améris estrena ahoraLa historia de Marie Heurtin.

“Cuando era adolescente me encanto la película de Arthur Penn. Siempre me había conmovido esta historia de una chica sorda y ciega a la que salva su asistenta. Había leído ya mucho sobre el tema, perohace más o menos diez años encontré la historia de Marie Heurtiny me enteré de que había ocurrido 15 años antes de Helen Keller, en 1895, y lo curioso es que ella es famosa y Marie y Marguerite no, así quetuve ganas de sacar a la luz esta historia”, cuenta Améris a El Confidencial.

A pesar de las similitudes con la historia de Keller, el realizador francés cree que también tiene muchos elementos que las diferencian y que hacen que la odisea de la monja Marguerite por enseñar a esta joven a comunicarse sea igualmente sorprendente y esperanzadora. “Lo que quería enseñar es que el ser humano es tan maravilloso que hasta se puede inventar otro medio de comunicación cuando no tiene los habituales. Mostrar al espectador que no sólo existe la palabra”, explica. Por ello su filme se arriesga al incluir muy pocos diálogos y apostartodo por el lenguaje de signos, potenciado por una fotografía que ensalza lo sensorial y la naturaleza.

Para que el centro de la historia, la difícil relación entre la monja y Marie, funcionara Améris tenía claro que necesitaba dos actrices en las que confiar el peso de la película. Para Marguerite lo tuvo fácil, Isabelle Carré, una de sus actrices fetiche que reunía la candidez y la fuerza de este personaje. “Es la tercera vez que trabajo con ella. Pensaba en ella cuando estaba escribiendo el papel, y se emocionó mucho por tener que usar el lenguaje de signos, por no tener que usar la palabra como medio, sino su cuerpo entero. Ha trabajado mucho con sordos y ciegos reales, viendo cómo expresaban su ira y su ternura con su propio cuerpo”, cuenta Améris sobre Carré.

Para Marie el director quería a una joven sorda y ciega, pero no la encontró, por lo que limitó su búsqueda a una chica sorda que se comunicara con lengua de signos. Tras buscar por todos los institutos para adolescentes con este problema encontró a Ariana Riviere, que no tenía en mente convertirse en actriz. Desde que la vio el realizador “sintió que era perfecta para el papel”. “Cuando la conocí me confesó que de pequeña era como Marie, tenía un deseo muy fuerte de comunicarse pero estaba muy frustrada porque nadie hablaba el lenguaje de signosy estaba enfadada por ello”, confiesa Jean Pierre Améris.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentó el director francés fue encontrar la subvención para la película, ya que su temática y su uso del lenguaje de signos en vez de la palabra echabapara atrás a los inversores. “Fue difícil conseguir el dinero porque a la gente una historia de ciegos y sordos le parece horrible, pero eso me estimuló más, porque yo conocía sus logros. Cómo son capaces de usar el ordenador, de hacer deporte, de baile… quería enseñar que no era horrible, que ser ciego o sordo no es el final de la vida, sino que hay un montón de posibilidades”, recuerda el francés.

En 1962 Arthur Penn estrenaba El milagro de Ana Sullivan. Una conmovedora película que ganó dos Oscar y dio a conocer al mundo la historia real de Helen Keller y de su cuidadora, la Ana Sullivan del título. Keller, una niña sorda, ciega y rebelde, se convirtió en un icono de la lucha de las personas discapacitadas por comunicarse y ser tratados con normalidad.

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