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Más de 50 formas cultas de decir 'puta'
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'palabrotalogía' analiza el origen de los tacos

Más de 50 formas cultas de decir 'puta'

Virgilio Ortega explica en 'Palabrotalogía' la etimología de los tacos. Un viaje por la historia de los insultos

Foto: Julia Roberts en 'Pretty Woman'
Julia Roberts en 'Pretty Woman'

Las primeras palabras que todos miramos en el diccionario cuando somos pequeños suelen ser las mismas: caca, culo, pedo, pis y puta. Puede que haya alguna variación, pero siempre dentro del extenso campo semántico de las palabrotas.

La fijación por los tacos continúa cuando uno crece, lo primero que uno aprende de otro idioma es siempre lo mismo, insultos y palabras ‘guarras’. Casi todo el mundo sabrá el significado de términos como fuck o bitch, aunque sus conocimientos de la lengua de Shakespeare sean muy limitados.

Y deesta obsesión nace un libro como Palabrotalogía, de Virgilio Ortega (editorial Crítica), un ensayo sobre la etimología de los vocablos más soeces. De coño a cojón, pasando por, cómo no, puta. El libro pronto da un dato muy revelador: en latín había más de 50 sinónimos para decir la misma palabra. Lupa (loba), spurca (puerca), excetra (víbora), película (pelleja), a las que hay que añadir otras míticas como meretriz, etc.

“El judaísmo necesitaba una moral, era un pueblo errante, iban vagando. Un pueblo que es nómada tiene que asegurar la prole, tener descendencia, y para ello tienes que tener a tu mujer y ella sólo puede yacer contigo porque así aseguras que el hijo es tuyo y le protegerás y sobrevivirá. Esa moral necesaria, se impuso como moral de comportamiento. Por eso tenemos una conciencia de pecadoque no hay en otras culturas”, explica Ortega a El Confidencial.

Otras sociedades han vivido sin el peso de la moral, tanto en su lengua como en su arte. Es el caso de Egipto, que en 3.000 años no ha tenido pornografía: “Los egipcios no tenían esa moral, veían la sexualidad como una cosa natural. En Grecia la prostitución era sagrada e incluso la sexualidad se consideraba acto religioso”, cuenta el autor.

Virgilio Ortega no es un novato en esto de la etimología. Licenciado en filosofía y Letras, su anterior obra, Palabralogía, en la que ya indagaba en el origen de cientos de términos, fue un éxito editorial en España y en Latinoamérica; de hecho, en Colombia se convirtió en el libro de no ficción más vendido del año.

Esto demuestra que hay un interés en descubrir el origen de nuestras palabras, que no es más que nuestra propia historia. En el caso de los tacos nadie se había detenido a estudiarlos y analizarlos, algo que Virgilio Ortega valora positivamente, ya que le han dejado a él todo el material.

La palabrota como forma de enganchar, como excusa para promover el conocimiento de nuestra lengua y la lectura. Pero no vale con escandalizar y no ofrecer nada más, hay que ser “guarro”, pero también “entretenido” y “culto”. Sólo así uno podrá disfrutar del placer de saber el origen del término meretriz, de cunnilingus o de fornicar.

Esta filosofía ya se encuentra en las primeras líneas de Palabrotalogía, cuando Virgilio Ortega recoge unas líneas de Catulo (que el autor explica complacido que significa ‘el Cachondo’) que dicen lo siguiente:

“El poeta bueno debe ser casto en su persona, pero no es necesario que lo sean sus versos, pues estos sólo tienen gracia si son algo voluptuosos y poco decentes”.

Las primeras palabras que todos miramos en el diccionario cuando somos pequeños suelen ser las mismas: caca, culo, pedo, pis y puta. Puede que haya alguna variación, pero siempre dentro del extenso campo semántico de las palabrotas.

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