Cinco papeles para recordar a Amparo Baró

Todos la recordarán como Sole, la madre de Javier Cámara en 7 vidas. Sus collejas hicieron historia en la televisión, igual que su carácter antes había encandilado al mundo del teatro. A pesar de que su carrera en el mundo del cine no fue tan amplia como en los otros medios, Amparo Baró participó en un puñado de películas que son historia del cine español.

Hasta ocho veces rodó a las órdenes de su amigo Jaime de Armiñán, que fue uno de sus padrinos teatrales, pero también cinematográficos. En su juventud fue secundariade lujo enese cine en el que estrellas como Marisol o Rocío Jurado eran las grandes protagonistas. Pero ella siguió aportando su oficio fuera el papel que fuera.

Su carrera pudo ser diferente si hubiera aceptado el papel que Pedro Almodóvar le ofreció en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Fue cuando vio el resultado y se partió de risa, cuando se dio cuenta de que siempre se arrepentiría de rechazarlo.

Aun asíllegaron títulos como El bosque animado, Las cosas del querer, Boca a Boca o 7 mesas de billar francés, con el que sus compañeros de profesión se rindieron a sus pies dándoleel Premio Goya. Su última aparición sería en el corto Eutanas, de Víctor Nores, demostrando que no había papel pequeño para esta gran dama de la escena española.

Amparo Baró seleccionaba muy bien sus papeles, que a menudo eran con sus directores fetiches del teatro. Especialmente con Jaime de Armiñán, con quien rodó ocho películas. Entre ellas títulos como Carola de día, Carola de noche acompañando a una ya crecida Marisol, o En septiembre.

La década de los 60 fue en la que más se dejó ver la actriz en la gran pantalla. Una Amparo Baró de apenas 30 años hacía sus pinitos en un cine de puro entretenimiento en filmes como La banda del pecas, de Jesús Pascual. Allí se encontró con un Quique San Francisco, miembro de este grupo de chavales dispuestos a encontrar un tesoro en la playa donde veranean.

Amparo Baró también aportó su carácter a una de las películas más emblemáticas de la historia del cine español: El bosque animado, de José Luis Cuerda. Todos recuerdan la fantástica interpretación de Alfredo Landa al frente de esta adaptación de la novela de Wenceslao Fernández Flórez, pero pocos se acuerdan de los grandes secundarios que contribuyeron a crear este filme.

A pesar de no haber sido un rostro habitual en la gran pantalla, Baró se volcaba en los proyectos que elegía. Pero los premios se resistían. Gracia Querejeta le dio la oportunidad perfecta para llevarse a casa un Goya gracias a 7 mesas de billar francés. Sus compañeros de la Academia no pudieron resistirse ante su conmovedora actuación, una de las últimas que pudimos disfrutar en cine.

La última vez que Amparo Baró estrenó una película fue Maktub. Una comedia agridulce en la que le reservaron el papel de abuela, acompañada de otra de las grandes, Mariví Bilbao. El público pudo disfrutar del talento de estas dos actrices. Ambas con una cosa en común: fue la televisión las que le granjeó la popularidad en una etapa tardía de su carrera a pesar de todo el trabajo previo.