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Las 25 canciones de 2014
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repaso sonoro a lo mejor del año

Las 25 canciones de 2014

Que el 'Happy' de Pharrell es uno de los temas del año, aunque sea por su sobreexposición, es indiscutible pero hay mucho más: Cohen, Sia o Manos de Topo

En 2014, la inescapable "Happy" de Pharrell sirvió de banda sonora para miles de lip dubs y reemplazó a la absurda pero estrictamente pautada coreografía de "Gangnam Style" por una invitación al baile más libre y heterodoxa. Su saldo creativo para los anales de la danza es dudoso, pero su condición de canción del año, aunque sea por sobreexposición, resulta indiscutible.

Pero, aunque ninguna canción ha hecho sombra a un Pharrell resguardado de todos modos del sol bajo el ala de su extravagante sombrero de scout, ni en número de reproducciones ni en desgaste de la suela de la bamba colectiva, el playlist de 2014 merece otras entradas por genio, contexto o machaconería.

Hoy en El Confidencial sugerimos 25, presentadas a continuación en estricto orden alfabético y disponibles en nuestra lista en Spotify:

"Our Basement (Ed)",de Ambrose Akinmusire (featuring Becca Stevens)

El segundo álbum de Akinmusire para el prestigioso sello Blue Note, The Imagined Savior Is Far Easier to Paint, logra el hito de elevar su sublime interpretación a la trompeta –a la que a estas alturas resulta irrelevante relacionar con el hard o el post bop– por encima del excelente concurso de sus colaboradores: en esta ocasión, un quinteto en estado de gracia, el cuarteto de cuerda OSSO y una nómina de vocalistas en que brilla especialmente Becca Stevens.

"Break Free",de Ariana Grande

En un año en que el pop mainstream ha estado representado por primeras espadas como Beyoncé o Taylor Swift, el segundo álbum de la exestrella infantil Ariana Grande no sólo no ha sido la nota a pie que cabía esperar, sino que ha suscitado un consenso transversal en el amplísimo espectro que va del hipster desacomplejado al concursante de reality. Su "Break Free" ha permitido quemar toneladas métricas de calorías a pertinaces adeptos al spinning de todo el mundo y es una de las pocas hibridaciones de pop y EDM que justifica una mezcla predominantemente indigesta.

"Superpower",de Beyoncé

El quinto trabajo de estudio de Beyoncé es un álbum paradójico. Se trata quizás de la mejor colección de canciones de la exintegrante de Destiny’s Childy, sin embargo, no incorpora a su canon un nuevo éxito de la talla de "Crazy in Love" o "Single Ladies". La madurez de la mujer mejor pagada de la industria musical en 2014 según Forbes compensala ausencia de un single rotundoy queda patente en album tracks como "Superpower", una letanía doo-wop asistida por Frank Ocean.

La amortización por partida doble de esta versión de Robert Palmer en los trabajos de 2014 de sus dos perpetradores, Bryan Ferry y Todd Terje, da pistas sobre su rotundo acierto. Si la original era un medio tiempo technopop con poca enjundia, la adaptación del ex-Roxy Music y el productor noruego se erige en digna continuadora –y versión senior citizen– del intoxicante romanticismo de "Avalon", "More than this" o "Slave to Love".

"Can't Do Without You",de Caribou

La asimilación de la música de baile por el mainstream estadounidense ha colmado de argumentos a quienes le han negado siempre las sutilezas y han circunscrito su ámbito al alcance de los reflejos de la bola de espejos. Por suerte, hay quien opone todavía al trazo grueso de los Skrillex, Avicii y compañía caligrafías finas, sutiles y románticas como la de este "Can't Do Without You" de Caribou, alias del canadiense Dan Snaith.

"Sue (Or In A Season Of Crime)",de David Bowie

Aunque sirve en bandeja la enésima oportunidad de incurrir en el lugar común de que Bowie es un camaleón, "Sue (Or In A Season Of Crime)" tiene precedentes en la producción del genio británico: el jazz ya asomó en su "Bring Me the Disco King" de 2003 o en la atinada inclusión de la trompeta de Lester Bowie en varios pasajes de "Black Tie White Noise" (1993). Pero ni ese matiz ni las deudas que contrae con Scott Walker por su desgarradora interpretación vocal evitan que Bowie entregue con esta nueva composición una de las mejores canciones del año.

"Two weeks",de FKA Twigs

Tahliah Barnett, alias FKA Twigs, se ha aupado a la primera fila de la parrilla de lo mejor del año con un debut que denota sobre todo el don de la oportunidad de la exmodelo. Su R&B onírico y sensual, apoyado en una interpretación vocal sobresaliente y en una producción austera e imaginativa, evoluciona la trilogía de trabajos con que The Weeknd se dio a conocer en 2010 y la complementa con unos vídeos de factura exquisita. "Two Weeks" es hasta la fecha su más inspirada combinación de continente y contenido.

"Never Catch Me",de Flying Lotus (featuring Kendrick Lamar)

Steven Ellison vuelve cada vez más necesaria en la glosa de su trayectoria ascendente la referencia a su relación de parentesco con Alice Coltrane, la superdotada intérprete y compositora de cumbres del jazz de vanguardia como Universal Consciousness(1971). En "Never Catch Me", el mejor pasaje de su You're Dead!de 2014, permuta con precisión quirúrgica free jazz, electrónica y las rimas sincopadas del mejor rapero del momento, Kendrick Lamar.

"Seasons (Waiting on You)",de Future Islands

"Seasons (Waiting on You)" es una de esas canciones en que el potencial de una banda se realiza en todo su esplendor. Mientras el bajo y el sintetizador mantienen un duelo de guante blanco por la melodía más rotunda de las muchas que se superponen en sus cuatro minutos de duración, el vocalista Samuel T. Herring conjura una épica que coloca el centro de la gravedad de la canción en un punto medio entre los pies y el corazón.

"Almost Like the Blues",de Leonard Cohen

Desde I'm Your Man(1988), la producción discográfica de Cohen se ha caracterizado por una cierta dejadez en el envoltorio que ha afectado la justa ponderación del contenido de álbumes con títulos tan poco estimulantes como Ten New Songs(2001) u Old Ideas(2012). Su Popular Problemsde 2014 perpetra un nuevo crimen contra el diseño gráfico en su portada, pero vuelve a premiar una perseverancia que a estas alturas sólo conservan los muy fans. "Almost Like the Blues" es probablemente su rodaja más reivindicable.

"Bragas Bandera",de Manos de Topo

La excéntrica entonación de Miguel Ángel Blanca sigue siendo el elemento que imparte la divisoria entre los fans y detractores de Manos de Topo, pero en su Caminitos del deseode 2014 brindan más argumentos musicales que nunca para vencer los apriorismos con los que este segundo colectivo sigue enfrentándose a la banda de Barcelona. "Bragas de bandera" es su mejor composición hasta la fecha: un medio tiempo torrencial con una estrofa demoledora (“Dicen que el futuro pasó por aquí / no le invitaste a la fiesta”).

"Salvadora Robot",de Meridian Brothers

Meridian Brothers es el vehículo creativo de Eblis Álvarez, compositor, multiinstrumentista y heterodoxo reivindicador de tradiciones musicales latinoamericanas con poco cartel entre la modernez (cumbia, puya, champete, merengue...). El tema homónimo de su álbum de 2014, "Salvador Robot", añade a su caleidoscopio tropical piedrecitas de pura psicodelia.

"Dinero fácil",de Musicólogo (featuring El Mayor Clásico)

El dembow, una combinación de reggaetón y bass music de origen dominicano, nació en la década de 1990, pero, gracias a uno de los fenómenos virales del año, se ha destapado en 2014 como la banda sonora de las sesiones matinales de una serie de discotecas en que los post-millennials reinventan la pirámide social a golpe de Like. El "Dinero fácil" de Musicólogo y El Mayor Clásico resume en cuatro minutos las coordenadas de un género que equipara a bailes prohibidos pretéritos como la Lambada con el recato del vals vienés.

"I Am Not Afraid",de Owen Pallett

Con una formación clásica que se remonta a sus primeros trasteos con el violín a los tres años, Owen Pallett ha compuesto arreglos orquestales para grupos como Arcade Fire, Grizzly Bear o The National y ha sido nominado a un Oscar por su trabajo junto a William Butler en el score de la película Her(2013). Además de protagonizar el mejor concierto del año a su paso por Barcelona en el mes de diciembre, en su cuarto trabajo en solitario ha contado con el concurso de Brian Eno y ha entregado joyas de pop orquestal como "I Am Not Afraid", una melancólica reflexión sobre la paternidad.

"Tutti a Casa",de Paolo Conte

Paolo Conte acreditó su fiabilidad brillando en 2010 con un álbum dedicado al fallecimiento de su perro Nelson que confirmó además que su trayectoria durante la década de 2000 resulta mucho más reivindicable que sus desiguales noventa. Su Snobde 2014 confirma la continuidad de ese estado de gracia y entrega algunas composiciones a la altura de sus grandes clásicos, como la romántica "Tutti a Casa".

"Happy",de Pharrell

Pharell Williams repite hasta en 56 ocasiones la palabra happy a lo largo del escueto minutaje de la canción del año –publicada paradójicamente en el estertor de 2013–, y quizás es la pura reiteración la que arranca una sonrisa hasta al oyente más escéptico. La única inmunidad conocida fue la de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que prefirieron distinguir con un Oscar al tema central de la película animada Frozen.

"The Gold Standard",de Prince

Aunque el regreso por partida doble de Prince tras cuatro años de ausencia no entregó el par de obras maestras que había prometido el engranaje promocional de Warner, el Príncipe de Minneapolis sí intercaló entre algunas medianías composiciones de muchos quilates. "The Gold Standard" en concreto recuerda a las jams más inspiradas del Prince ya en retirada de principios de la década de 1990, pero hasta la reivindicación de ese trance de su trayectoria resulta mejor que la papilla que venía sirviéndonos desde 1999.

"Talking Backwards",de Real Estate

Real Estate dieron en 2014 un paso de gigante con el disimulo y sigilo habituales de una banda a la que prácticamente se escucha respirar en los intersticios entre canciones. Atlasno difiere de sus anteriores trabajos en un sonido que combina melodía y repetición con el acierto de las bandas neozelandesas englobadas en el Dunedin sound de la década de 1980, pero el renovado élan vital de su líder, Martin Courtney, tras su paternidad dobla la credibilidad e impacto del poso melancólico y costumbrista que siempre les ha caracterizado.

"Close Your Eyes (And Count to Fuck)",de Run the Jewels

El hip hop más interesante de 2014 ha venido paradójicamente de la mano de un subgénero a priori tan amortizado como el boom bap, por el que transitan con intermitencias el Piñatade Freddie Gibbs y Madlib y Run the Jewels 2, segundo álbum del proyecto homónimo del productor El-P y el rapero Killer Mike y disco del año para publicaciones como Pitchfork. En un año que Estados Unidos culmina con un meritorio ejercicio de autocrítica por los reiterados casos de violencia policial, Run the Jewels sirven la mejor banda sonora posible: fiera, militante pero con un punto saludable de parodia y hedonismo.

"Martinete",de Salao

El martinete con el que Salao –nom de guerre de José Antonio Martín– cierra su debut, Jara en el Camino, es una proeza que justifica la terra incognita en que el crítico Luis Troquel sitúa al cantaor de L’Hospitalet en el mapa flamenco actual. Con dos décadas de trayectoria a sus espaldas, el álbum de Salao tiene esa virtud esquiva a muchos estrenos de presentar a un artista en plenitud de facultades y con un discurso propio, que camaronea cuando toca pero mantiene siempre un pie firme en la ortodoxia.

"Chandelier",de Sia

El chorro de voz de la australiana Sia ha suscitado en torno a su "Chandelier" uno de los consensos más firmes de 2014 sobre que aquí hay unhitde los que ingresaran para siempre en la rotación de las radiofórmulas. Su impactante vídeo suple con acierto la poca fotogenia de una artista que bordea unos saludables pero visibles cuarenta en una época en que lastorch songsparecen un coto exclusivo de explosivas veinte y treintañeras.

"Dogs",de Sun Kil Moon

Mark Kozelek es el bipolar de 2014. Cuando abre la boca para hablar alcanza cotas de vileza como la de su concierto en marzo en Barcelona, en que invitó a un espontáneo a vérselas con él en la calle después de tildarle sin piedad como “uno de esos solteros con mochila que vienen a todos mis conciertos”. Cuando elige cantar, en cambio, alcanza cotas de emoción inasequibles para casi cualquier otro cantautor con obra publicada en 2014, como acredita ampliamente el Dogsde su celebrado álbum Benji.

"Tijaniya",de Toumani & Sidiki Diabaté

Toumani y Sidiki Diabaté, padre e hijo y eslabones 71 y 72 de un linaje de contadores de historias que se remonta siete siglos en el tiempo, plantean en su disco de duetos de 2014 un rico diálogo intergeneracional asistido por las 42 cuerdas que suman sus dos koras. Fieles a su condición de griots y pese a la naturaleza instrumental del álbum, no eluden el comentario social al evocar una Bamako sobrecogida todavía por el fallido golpe de estado de 2012.

"Heather",de Univers

Los catalanes Univers entregan en L'Estat Naturalun trabajo que bebe de las escenas que obsesionan a la militancia indie de la ciudad condal (C86, noise pop...) pero que invita a la reescucha más que apear a su disco del estéreo o del playlist de turno para escuchar en cambio a The Jesus and Mary Chain. No descubren nada, pero sí redescubren con mucho mérito.

"A Simple Beautiful Truth",de Wild Beasts

Wild Beasts han convertido la amalgama de estilos que ha vuelto tediosos e ininteligibles a tantos de sus correligionarios británicos en una virtud, orientando su cóctel de influencias con mano firme y gusto impecable. En su sobresaliente álbum de 2014, Present Tense, fondean en el caladero de los ochenta menos acomodaticios, invocando en canciones como "A Simple Beautiful Truth" la delicatessen new wave de Talk Talk o Japan.

En 2014, la inescapable "Happy" de Pharrell sirvió de banda sonora para miles de lip dubs y reemplazó a la absurda pero estrictamente pautada coreografía de "Gangnam Style" por una invitación al baile más libre y heterodoxa. Su saldo creativo para los anales de la danza es dudoso, pero su condición de canción del año, aunque sea por sobreexposición, resulta indiscutible.

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