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La lista negra más deseada de Hollywood
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Blacklist, los mejores guiones sin producir

La lista negra más deseada de Hollywood

Todos los años Hollywood elige los mejores guiones que se han quedado sin rodar. Un escaparate de lujo para que los productores se fijen en ellos

Foto: Fotograma de 'La red social', guion incluido en la Blacklist en 2009
Fotograma de 'La red social', guion incluido en la Blacklist en 2009

No todas las listas negras son malas. En el mundo del cine cuando uno hace referencia a este término rápidamente se piensa en el senador McCarthy y en la caza de brujas,en esa famosa lista de nombres sospechosos de colaborar con el régimen comunista o, simplemente, de no pensar como lo hacía un gobierno rancio y represor.

Pero en Hollywood existe otra lista negra en la que todos quieren estar. Su nombre es exactamente ese: Black List (Lista negra), y es la publicación que cada año anuncia los mejores guiones que se han quedado sin producir por los estudios americanos.

Una oportunidad para los escritores, que ven cómo sus trabajos adquieren notoriedad y sus nombres son puestos en la órbita de muchos productores.

Efectivamente, Lo imposible, el filme español que más dinero ha recaudado en todo el mundo, formaba parte de esta lista negra. Su creador, Sergio G. Sánchez confesaba en un encuentro de guionistas el año pasado que todo el trabajo que tiene es gracias a que coló dos guiones en la Black List.

De hecho Juan Antonio Bayona se ha aficionado a elegir proyectos que se encuentran en la lista negra. Su próximo proyecto: Un monstruo viene a verme obtuvo el tercer puesto el año pasado, y ahora es Telecino Cinema la que ha colocado encima de la mesa los más de 20 millones de euros que se necesitan para darle vida.

No es de extrañar que los libretos que año tras año figuran en esta lista acaban siendo nominados a los Oscar. El discurso del Rey, el filme de Tom Hooper protagonizado por Colin Firth que logró el premio a la Mejor película, director y guion original salió de la Black List. Ese mismo año su gran rival y ganadora del premio al Mejor guion adaptado, La red social, también fue uno de los más votados en 2009.

Los mejores trabajos acaban girando por las productoras americanas, hasta que alguien se atreve a dar el paso y poner en marcha el proyecto.

Filmes como El luchador, de Darren Aronofsky, Margin Call de J.C. Chandor, o Juno de Jason Reitman encontraron su materia prima en la lista negra más deseada de Hollywood, que no siempre acierta y también incluye trabajos que luego dan lugar a malas películas. Es el caso de Abraham Lincoln: Cazador de vampiros, las revisiones de Caperucita Roja y Blancanieves que llegaron los últimos años o el dramón romántico Querido John.

El origen en la necesidad

La mente pensante detrás de la Black List es Franklin Leonard. Productor y ejecutivo en grandes compañías de Hollywood que en 2005, cuando trabajaba en la productora de Leonardo DiCaprio, Appian Way, creó, casi por azar la famosa lista.

Leonard llevaba meses leyendo malos guionessin encontrar uno que le gustara para dar luz verde al proyecto. Cansado, escribió un email a todos sus colegas del gremio pidiendo un top ten de libretos con los que se hubieran encontrado el último año. 90 personas contestaron y Franklin Leonard decidió hacer un ranking ordenando los votos de sus compañeros.

Esa lista se viralizó y al propio Leonard se la reenviaron 25 personas que ni siquiera habían votado en ella. El productor no tenía ninguna intención de crear la plataforma actual, sólo encontrar un buen guion para su empresa. Ese año el elegido fue Cosas que perdimos en el fuego, que luego rodaría Susanne Bier con Halle Berry y Benicio del Toro como protagonistas.

Muchas han sido también las críticas a la Black List. Lo que comenzó como algo altruista se ha convertido en un evento que cada vez concentra más miradas. Muchos guiones elegidos, aunque no han sido rodados, ya se encuentran en manos de una productora interesada, lo que muchos creen que está desvirtuando la propuesta original, a la vez que desconfían de los votantes, que podrían incluir trabajos de sus propias empresas para obtener una publicidad gratuita antes de que el filme llegue a las salas.

Sea como sea, por primera vez estar en una lista negra es rentable y prestigioso. Si McCarthy levantara la cabeza.

No todas las listas negras son malas. En el mundo del cine cuando uno hace referencia a este término rápidamente se piensa en el senador McCarthy y en la caza de brujas,en esa famosa lista de nombres sospechosos de colaborar con el régimen comunista o, simplemente, de no pensar como lo hacía un gobierno rancio y represor.