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Ciclos Iturgaiz: “No nos da ningún miedo que parezca que somos pedófilos”
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separación y despedida del dúo vasco

Ciclos Iturgaiz: “No nos da ningún miedo que parezca que somos pedófilos”

El dúo de irreverente techno-machaca Ciclos Iturgaiz ha decidido separarse y despedirse de sus acólitos con tres conciertos

Foto: La crisis del ébola pasada por el tamiz de Ciclo Iturgaiz
La crisis del ébola pasada por el tamiz de Ciclo Iturgaiz

El dúo de irreverente techno-machaca Ciclos Iturgaiz ha decidido separarse y despedirse de sus acólitos con tres conciertos (el primero, el pasado 18 de octubre en Donostia, y en Madrid el 7 y 8 de noviembre) que prometen pasar a la historia de la marginalidad más transgresora. Su legado, con forma de dos discos digitales y gratuitos, es puro punk no convencional, sin crestas ni imperdibles pero con algo mucho más peligroso: unas letras que jamás escucharás en televisión.

¿Por qué acaba Ciclos Iturgaiz?

Hay formatos musicales con los que, salvo que te reinventes o seas un genio, estás condenado. Y la verdad es que teníamos letras nuevas, pero seguramente sería un poco más de lo mismo.

La transgresión e irreverencia que volcasteis en Ciclos Iturgaiz, ¿la trasladaréis a otra cosa?

Además dela frustrada publicación en elDiario Vascode una esquela por Kim Jong Il,¿habéis vivido algún episodio que pudierais llamar de censura (en un sentido amplio, amplísimo)?

Conla canciónFlautas, putas y escopetassobreel Alardesí que ha habido sus cosas: mails o en alguna radio local de Irún poniéndonos a parir, diciendo que no teníamos pelotas de tocar en Irún. Qué más quisiéramos nosotros que poder tocar… y ver a los demócratas de toda la vida tirándonos de todo.Ah sí, en YouTube nos censuraron el video deLos payasos de la Euskal. Metíamos algunas imágenes porno. Sería por eso.

Y ahora que no mira nadie te contamos cómo nos queríamos vengar del periódico que nos censuró la esquela de Kim Jong Il. Por cierto, ese periódico, el más vendido en Gipuzkoa, ha venido publicando esquelas los 20N firmadas por la Fundación Francisco Franco. A lo que íbamos, tras el accidente de Michael Schumacher, que parecía que se moría, teníamos una esquela preparada y firmada por “Ciclos Iturgaiz Tuning Club” pero con la foto de Fermin Muguruza, que es un clon de Schumacher. La teníamos lista para darle salida. Habría sido la leche. Si hubiese colado nuestros fans se habrían muerto de la risa.

Las letras de Ciclos Iturgaiz dicen cosas muy salvajes que, aunque a mucha gente se les pueda pasar por la cabeza, jamás dirían en un ámbito público. ¿Cómo habéis conseguido romper con el miedo a las apariencias y la dictadura de lo correcto?

Cuando empezamos, la verdad es que era un subidón. Sabíamos que estábamos haciendo algo chungo, algo prohibido, rozando lo ilegal (o eso nos imaginábamos). Cuando grabamos las cuatro primeras canciones y las subimos al fenecido MySpace fue increíble. Bajo el total anonimato, aquello nos daba entre risas y miedo. Mucho morbo por verqué pasaba. Uno de los primeros grupos que nos añadió y nos hizo un comentario positivo fue Un pingüino en mi ascensor, del que éramos fans. Después, poco a poco y a medida que nos íbamos acostumbrando a las reacciones de la gente nos fuimos relajando, siempre con momentos puntuales de miedo a alguna denuncia o algo, pero bueno, qué más hubiésemos querido.

Con el tiempo te das cuenta de que no era para tanto. Y sí, lo que dices es verdad, en cuántas juergas hemos terminado diciendo chorradas y desfases con gente, pero que luego si esos desfases los plasmas en una canción parece que da miedo y es algo prohibido.

La de veces que hemos pensado, ya que uno de nosotros es profesor con niños y niñas y el otro, además de trabajador, es miembro de un comité de empresa… que las madres y padres nos ven en un vídeo y dicen joder, ¿tengo que confiar a mi hija a ese pedófilo que habla de Hannah Montana? O que tienes que intervenir en una asamblea de 1.000 trabajadores y trabajadoras y negociar un convenio… ¿Oiga pero ese tío de las canciones chungas nos va a defender delante de la patronal?

Hagamos un repaso de vuestros temas más recurrentes. Empezando por ETA. El terrorismo aparece en vuestras canciones con una mezcla de cotidiano y sátira y mucho antes deOcho apellidos vascos. ¿Os influyó el humor vasco (Vaya Semanita) o de donde viene esta, digamos, liberación?

Vaya Semanitaes cierto que rompió, sobre todo al principio, y sí, no vamos a negar que es una influencia natural, pero es que nosotros, y va a sonar un poco a “cuñado”, ya hacíamos risas con esos temas, y algún disgusto nos ha costado. Estar en un acto de la izquierdaabertzaley que la puta megafonía, para variar, suene a rayos y reírnos… y movida. Nos hemos pasado media vida haciendo chistes de la situación. Jo, la época de los lazos azules, risas, risas. En serio, siempre hemos querido hacer algo parodiable de la situación.

Se nos viene a la cabeza aquella Semana Grande en Donosti borrachos en el Arrano con un colega que era concejal de laIzquierda Abertzale, y este concejal con un mechero tratando de quemar una mini ikurriña de plástico, tócate las narices. Risas… y bueno… jo, qué sobrados. En general la gente siempre ha hecho parodias de las situaciones, lo que pasa es que si lo haces público ya da cosa…

Seguimos: los cocineros vascos. Estáis torpedeando una de las grandes fuentes de ingresos del Producto Interior Bruto vasco como son "Arzak y compañía". ¿Vuestra crítica a esos "charlatanes, forjados en la fama" es de kamikazes o hay una mayoría silenciosa en Euskadi harta de esta idea, tan exportable, de la gastronomía de lujo?

En el tema de la hostelería hay varias cosas. Por un lado está la gente que tiene una enfermiza necesidad de hacer vida social a base de salir a cenar, despedidas, jubilaciones, fin de curso, último día del curro en navidad, clases de euskera con quedada y poteo… es un sinvivir. El aburrimiento general es tan alto que se necesitan, es una simbiosis. Y de verdad, cansa. Lo peor son los recurrentes temas de conversación en la comidas, que si la carne está buena, que si estuvimos en tal restaurante, qué tal los hijos, “se oye cada cosa últimamente”. Oiga, que yo quiero hablar de sexo, drogas y política, pesados.

Y sobre la “alta” hostelería vasca, por así decirlo, hay mucho postureo y bluff.Es un puto escándalo ir a comer “delicias de verduras con lágrimas de nitrógeno edulcorada con berenjena del futuro” y que te cobren una pasta. Pues no. Se ha creado un negocio de unos pocos a cuenta de la buena cocina vasca. Por cierto, buena cocina vasca sostenida durante muchos, muchos años por nuestras madres. Ya es casualidad que ahora aparezcan todos estos “emprendedores de los fogones” y todos varones. La verdad es que preferimos pagar por un buen rodaballo en un restaurante menos mediático y punto. Que los hay, y muy buenos.

Y no, nunca hemos ido ni al Arzak ni al Berasategi. Además tiene un punto bastante de bobos de pueblo el poner bote durante el año en el trabajo para ir a esos restaurantes como si nunca hubieses comido caliente en la puta vida. ¡No me jodas!

La Hora Disney y la explotación sexualizada de las adolescentes. Abordáis el tema desde el punto de vista cafre, el del tío al que le pone todo esto, lo cual produce un efecto bestial. ¿Qué consecuencias tiene hablar de un tema como este, del que nadie quiere hablar, no vaya a ser que te acusen de pedófilo?

Las letras de Ciclos Iturgaiz tienen un punto autobiográfico, surrealistay realista. Eso es así, el porcentaje varía según la canción. La gracia o el efecto chungo que genera radica en darle un punto de sinceridad, de autenticidad. Ese punto es como la consulta del psicólogo, sincerarte y escarbar un poco en el lado sórdido que somos capaces de contar.

La Hora Disney es la mayor fascistada de la televisión. Treceañeras que zorrean en la tele como lo más normal del mundo y que lo disimulen con sobreactuaciones y muecas no deja de ser lo que es: una puta fábrica que asesina la niñez de las chavalas para que pasen a ser mujeres superficiales y consumidoras. Es terrible. No nos da ningún miedo que parezca que somos pedófilos. Los pedófilos son ellos. Si Selena Gómez o Hanna Montana nos ponen cachondos, no es nuestro problema.

Más: los montañeros vascos. Al final, vuestros dos discos son un desmontaje de la sociedad vasca más exportable y vendible. El equipo ciclista Euskaltel (antes de que quebrara), Edurne Pasabán, Fermín Muguruza... ¿qué pretendíais, con este repaso que no ha dejado títere con cabeza?

Queríamos desmitificar el chovinismo vasco, que no el nacionalismo. No es lo mismo. ¿Por qué voy a ser fan de una sórdida compañía telefónica vasca que patrocina a un equipo ciclista profesional? Me da igual si con 200 vascos o con 200 rusos. Petronor, Euskaltel… esas empresas-pistas de aterrizaje de cargos del PNV. Oiga, es que encima Madariaga, de la Fundación Euskadi, es medio bobo. El estereotipo de paleto que se ha hecho con dinero rápido. Mira, aquí nos hemos pasado toda la vida yendo a carreras ciclistas. Ver y animar. Y desde que se creó el Euskatel tomó todo una pinta de hooliganismo ciclista bastante desagradable.

Nos consta que Fermín Muguruza es un tío majo, es verdad. De hecho nos ha escrito en plan bien y sabe quiénes somos. Pero no nos gusta su “producto” de estar en todo, no te puedes pasar la vida colaborando con todo lo nuevo, que si Dub Fundation o yo que sé, que si una peli, que si una mani, que si el comunicado. Joder, que cansa. Que sí, que estás muy comprometido y todo eso pero, por Dios, un segundo plano a veces está bien. Y desafina y canta fatal, como nosotros, vale, pero a nosotros nos da igual. Había un sketch buenísimo en ETB de un programa llamado Wazemank que lo parodiaba. Genial.

La telebasura parece otro tema habitual. ¿Qué os provoca de la tele para hacer canciones?

La tele es mal-bien. La verdad es que la vemos muy poco, no lo decimos en plan guay. No tenemos tiempo y preferimos divertirnos por el Twitter o andar en bici. Pero la tele es lo peor, sale lo peor. Y repetimos, no lo decimos desde un ángulo de superioridad “es que soy intelectual y no veo la tele”. No. Gran Hermano y Mujeres y Hombres y Viceversa son el Amadís de Gaula de la telebasura. A partir de ahí se han clonado todos los demás. Mención especial al efímero, cachondo y genial Confianza Ciega de hace años. Éramos muy fans. Y lo que nosprovoca es atracción y odio. Estos programas incluso han creado hasta una estética propia, los tíos de gimnasio con pintas de seguratas y ellas con pintas de putas de lujo. Y así se viste ahora. Casi es preferible quedarse en casa viendo la tele que salir una noche por una ciudad en los bares de moda y encontrarte a toda esa gente. Genera mucha violencia.

Y, por último, yo diría que el otro tema sangrante de vuestros discos es internet. Vuestros dos discos no han salido a la venta, sino que los habéis puesto en descarga libre y gratuita. ¿No teníais ninguna aspiración dentro de la industria musical o pensáis que Ciclos Iturgaiz jamás podría tener cabida en ningún otro modelo salvo el que habéis utilizado?

Hace años leímos una interesante entrevista a Billy Childish. Venía a decir hazlo tú mismo, no esperes a nada, si quieres editar algo, hazlo. Llevamos años haciendo cosas, la verdad. Solamente hemos estado bajo una discográfica con el primer grupo que tuvimos, a partir de ahí todos los discos con los diferentes proyectos que hemos tenido los hemos autoeditado. A lo mejor podríamos haber tocado alguna puerta... pero entre que les dices, te contestan, que bueno, que ya veremos… Si tenemos que esperar a la “industria”… buah. No dudamos. Además internet es muy Ciclos Iturgaiz. Era para eso, difusión rápida y gratuita. Si alguna vez nos viene alguien, oye que queremos haceros un recopilatorio... pues sí, ningún problema. Pero el modelo Ciclos precisaba de frescura y sorpresa, y para eso internet es lo mejor.

El dúo de irreverente techno-machaca Ciclos Iturgaiz ha decidido separarse y despedirse de sus acólitos con tres conciertos (el primero, el pasado 18 de octubre en Donostia, y en Madrid el 7 y 8 de noviembre) que prometen pasar a la historia de la marginalidad más transgresora. Su legado, con forma de dos discos digitales y gratuitos, es puro punk no convencional, sin crestas ni imperdibles pero con algo mucho más peligroso: unas letras que jamás escucharás en televisión.

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