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Un póker de cantautoras del siglo XXI
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las nuevas voces del pop

Un póker de cantautoras del siglo XXI

¿Guitarra acústica y voz lánguida otra? No. La canción más personal se crea hoy desde la psicodelia o la reapropiación del folk y desterrando el tedio de su léxico

Foto: La cantante Lorena Álvarez (Pedro Moral)
La cantante Lorena Álvarez (Pedro Moral)

Lorena Álvarez, Aries, Mursego y Le Parody son cuatro de las propuestas más atractivas del pop que se hace en España en 2014. Son proyectos unipersonales que comparten, entre otras cosas, la voluntad de evitar injerencias: en la creación y gestión de su música las normas las ponen ellas.

La publicación de Anónimo, el primer disco de Lorena Álvarez y su banda municipal, provocó sorpresa hace un par de años. Sus canciones sencillas y con aire rural proponen una mirada distinta a lo que es importante en la música y en la vida.“Lo que más disfruto es el hecho de que cuando estás haciendo música o interpretándola, no estás en este mundo, estás en otro que me gusta más y en el que se aprende mucho, de otra manera distinta a la convencional”, señala la asturiana, quien asegura que una de las cosas más interesantes del arte es vencer la soledad mediante la compañía de gente que no conoces.

Yo nunca esperé que lo que hago le pudiera gustar a nadie. Por eso cada vez que alguien me dice que le gusta, o se emociona, yo me emociono más

“No me comparo con ellas, pero me inspiran algunas personas comoVioleta Parra, Wislawa Szymborska, Vainica Doble, Alan Lomax, Chicho Sánchez Ferlosio… Me siento lejosde algunas corrientes con las que a veces me relacionan, como la músicaindie”, indica.

Investigar el cancionero popular infantil y seguir presentando Dinamita, su último lanzamiento, ocupan su presente.

Visioneses una de las canciones del año. Incluida en Mermelada dorada, el segundo disco de Aries, es la perfecta puerta de entrada al mundo de su autora, Isabel Fernández Reviriego. Fogueada en el ruido durante su juventud en Bilbao, donde tocó en Electrobikinis, amplió la paleta en Madrid con Charades y en Vigo ha desarrollado un proyecto en el que da salida a su vena más psicodélica y personal.

“Creo que es una necesidad. Cuando me pongo a hacer canciones soy feliz, me olvido de todo y el tiempo no pasa: es mi manera de expresarme y mi diversión favorita. Me gustaría crear buenas canciones, básicamente. Asimismo, me gustaría que las canciones despertasen ganas de hacer cosas, la imaginación, ser uno mismo… Esto es muy ambicioso, lo sé, pero es lo que intento”, explica.

Reconoce que Drive my carde los Beatles le cambió la vida. “Me pasé todo 6º de EGB escuchando eso en el walkman. Después ha habido muchos discos que me han abierto la mente, desde MC5 a J. Dilla pasando por Os Mutantes. En cuanto a conciertos, recuerdo especialmente inspiradores los de Nuevo Catecismo Católico, Dead Moon, Teenage Fanclub, Animal Collective y Black Dice”, asegura.

En su agenda, otra orientación. “Estoy empezando a hacer canciones nuevas, tratando de conjugar bases electrónicas un poco feas y atronadoras con melodías bonitas y clásicas, escuela Byrds y todo eso que me gusta tanto”.

Hiru, tercer disco de Mursego, alias de la vasca Maite Arroitajauregi, es un crisol de sonidos, idiomas y sensaciones: pellizca, conmueve e hipnotiza desde sus canciones creadas a partir de un chelo y cantadas en euskera, castellano y hasta finés inventado.

“En el plano personal, hay un estímulo primario, casi físico. Una necesidad que no está cubierta... Y por otro lado, es difícil explicarlo sin sonar pretenciosa, pero hay una especie de deuda o compromiso social con mi entorno, la idea de que alguien ahí fuera pueda recibir algo positivo con mi música es algo muy potente y que me retroalimenta para seguir haciendo cosas”, revela Arroitajauregi sobre sus motivos para hacer música.

Las letras de Mursego, algunas firmadas por Víctor Iriarte, rebosan una rara poesía. En la deEusnobse describe al “homo sapiens conceptual, melómano empedernido, doctorado en sociología, artista frustrado, comelibros insaciable,...”. ¿Retrato de su propio público?“A mis conciertos vienen muchas señoras mayores o familias con niños que no encajan para nada en el perfil de eusnob. Claro que también habrá quienes conozcan toda la filmografía de Garrel y encima sean macrobióticos... Al final, esa canción no es más que una pequeña autoparodia, una excusa para reírnos de nosotros mismos y, de paso, homenajear a muchos amigos”.

Su nuevo proyecto es musicar poemas deGloria Fuertes. “Lo que más me gusta es lo que hace con un lenguaje lleno de ternura y sobre todo, con ironía y humor. Me parece una incomprendida”.

Sole Parody confiesa que escribe canciones con retales. Un ukelele, una trompeta y samples variados son ingredientes de la música de Le Parody, un viaje sonoro en busca del placer. “Hacer y escuchar música es lo que más me gusta en el mundo. Creo que el placer es suficiente impulso para hacer cualquier cosa, si se le da rienda suelta”, cuenta.

Lo que más disfruta es “el momento de intimidad de ponerse a componer, ahí pasan cosas dentro de la cabeza que no se dan con ninguna otra experiencia. También los raros momentos de conexión total en los conciertos, cuando sientes que las personas que tienes delante están entendiendo y viviendo exactamente lo mismo que tú sin ni siquiera conocerlas”.

En cuanto a sus coordenadas, Le Parody se encuentra “cerca de la gente que mezcla cosas, Buraka Som Sistema, Juana Molina, Mursego, Soleá Morente y Los Evangelistas, Tinariwen... Es una cercanía de intención, no de resultados, claro. Me siento lejos del rock and roll o el pop-rock, la música anglosajona de guitarras y batería. Lo cual no quiere decir que no me guste, sino que no le veo mucha conexión con mi mundo”.

Tiene el segundo disco prácticamente terminado, todo hecho a partir de samples de otras músicas. “Me propuse componer sin tocar, y llevar lo del reciclaje al extremo. Ha sido todo un descubrimiento hacer canciones con los oídos más que con las manos”.

¿Qué harías por llegar al gran público?

Le Parody: “Tiene que ser una experiencia increíble tocar para miles de personas. Pero ésa no es mi meta, lo único a lo que aspiro como música es a hacer cada vez mejores canciones y mejores directos. Y no se llega al gran público haciendo buena música, sino con una buena estrategia de marketing, y ahí yo me pierdo, porque ése no es mi campo. En cualquier caso, por lo que he ido observando, el tipo de música que hago es muy difícil que llegue al gran público en España: aquí la industria cultural es muy conservadora y no se arriesga, sólo vende cosas que suenan a cosas que ya han funcionado antes”.

Aries: “Si llegase al gran público a fuerza de tocar y hacer buenos discos -sólo eso-, encantada porque me emociona que la gente escuche mi música. Si fuese así. Pero la industria musical y el mundo en general funcionan de una manera despiadada, cutre y fea: me dan miedo”.

Ella sabe de lo que habla, ya lo sufrió en carne propia. “Mi primera experiencia con la industria musical -con Subterfuge- supuso una entrada triunfal por la puerta grande de los demacres; cosas como el anuncio de Radical con Electrobikinis. Al mismo tiempo, fue un gran aprendizaje: cuando empecé Charades con 21 años ya tenía bastante claro lo que no quería para mi grupo nunca jamás. La línea roja creo que es que tu pulsión creativa se vea sometida a intereses como el dinero, el ego, la repercusión mediática…Todo eso. Entonces es cuando tu música apesta porque estás fuerísima de la realidad”.

Mursego: “Sigo mi camino y lo único que me preocupa es mantener un compromiso con mi manera de hacer las cosas, ser fiel a mí misma, a la realidad en la que vivo en mi día a día, a la gente que me rodea. Supongo que de una manera u otra, con aciertos, con errores, eso termina transformándose en música. Que el resultado de eso llegue a la gente y le pueda aportar algo, claro que me hace feliz. Mucho. Pero no por el número al que alcance”.

Lorena Álvarez: “Más que al gran público, lo que me gusta es llegar a un gran público y eso ya lo he conseguido (risas). Quiero decir que yo nunca esperé que lo que hago le pudiera gustar a nadie y por eso cada vez que alguien me dice que le gusta, o se emociona, yo me emociono más”.

¿Música y política?

Lorena Álvarez: “Soy partidaria de que la música sea un reflejo de quien la hace, y si esa persona tiene inquietudes políticas y le apetece plasmarlas en sus canciones, pues me parece muy bien. Aunque también creo que el compromiso político va más allá de las letras explícitas y se puede mostrar de maneras muy distintas”.

Aries: “Me parece normal e importante que haya grupos cantando sobre la abominable coyuntura que vivimos. Lo normal es que tu contexto y el entorno influyan, es difícil que tus canciones permanezcan impermeables. Pero también pienso que las preocupaciones e inquietudes políticas no se manifiestan únicamente a través de letras más o menos explícitas. Yo veo un video de Jonathan Richman y aunque esté cantando sobre una vampiresa, siento una carga ideológica brutal y valiosísima”.

Mursego: “A mí particularmente no me salen letras explícitamente políticas pero soy consciente de que cada pequeña decisión que tomo en relación a la música es política. Creo que dice mucho más de un artista y de cómo percibe su realidad social lo que hace y cómo lo hace que lo que dice”.

Por ejemplo, el precio de las entradas, “más en la situación actual de precariedad general. Intento que cuando toco yo sola oscile alrededor de los 5-7 euros , no más. Creo que es un precio más razonable para compensar el trabajo y los gastos del artista ( en mi caso yo y el técnico que me acompaña) y no penalizar en exceso al público”.

¿Qué te interesa de la música tradicional?

Le Parody: “Cómo se siente (se escucha, en andaluz) que está todo conectado. Podríamos ir del flamenco a la música tradicional china de canción en canción, hilando Andalucía con Marruecos, con los Balcanes, con Irán, con India... Y apenas se notaría la transición. Son músicas que pertenecen al común, son lo opuesto a la cultura del individualismo. Y a la vez contienen la historia de las identidades de cada región. Que algo pueda ser a la vez tan colectivo y tan particular, tan complejo en los detalles de expresión y tan sencillo en las melodías, me fascina. Yo el sentido de la vida humana lo encuentro en cosas así”.

Mursego: “Todo. La música tradicional es el reflejo más puro de una cultura. Es aprendizaje porque te lleva a una manera de ver y entender la realidad genuina, sin artificios. Tal como era. Y es sorpresa. A mi me sigue impactando mucho más oír cosas de Maurizia (una panderetera bizkaitarra) que música de ahora”.

Lorena Álvarez: “Su sencillez, su permanencia a lo largo de generaciones, la cualidad de que la gente pueda participar de ella, el que sea un arte que está unido a la vida cotidiana y que no se necesiten unos conocimientos especiales para apreciarla o disfrutarla, e incluso para interpretarla... No intento actualizar el folclore, lo que hago es acercarme a esa manera de hacer música por una atracción personal y de paso observar si puede seguir sirviendo para expresar algunas inquietudes contemporáneas”.

Lorena Álvarez, Aries, Mursego y Le Parody son cuatro de las propuestas más atractivas del pop que se hace en España en 2014. Son proyectos unipersonales que comparten, entre otras cosas, la voluntad de evitar injerencias: en la creación y gestión de su música las normas las ponen ellas.

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