Del 'No a la guerra', al 'No a la Ley Lassalle'

La industria cultural: autores, creadores, productores y técnicos… han abarrotado el Círculo de Bellas Artes de Madrid esta mañana, donde se han reunido para señalar a su peor enemigo en estos momentos, José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura, al que han responsabilizado del desarrollo de una reforma de la Ley de Propiedad Intelectual contraria a sus derechos. Ni la piratería ni las industrias tecnológicas, la cultura unida ha gritado: “No a la Ley Lassalle”, en una convocatoria consensuada por todas las entidades de gestión de derechos de autor y que los más veterano, como Asunción Balaguer, no veían “desde tiempos de Franco, cuando nos juntamos para pedir más derechos”.

La cita se ha legitimado al hilo del auto del Tribunal Supremo, que cuestiona la ley en el apartado de la compensación por copia privada y su adecuación a la directiva europea. En ese sentido, José Luis Acosta, presidente de la SGAE, ha pedido, en nombre de los 500.000 trabajadores culturales de España y del 3,5% de PIB que aporta la industria, “la retirada inmediata del proyecto, ya que el texto nos aísla clarísimamente de Europa, porque no cuenta con el apoyo de los titulares de los derechos que representa, y abrir un proceso real de debate con todos los sectores y los estudios técnicos para hacer una ley del siglo XXI”.

Además, ha reclamado la participación e implicación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en el desarrollo y ejecución de una nueva ley, porque la que entra ahora en el Senado “ha sido usurpada por otros ministerios implicados”. Es decir, la cultura retira de manera tajante su apoyo a José María Lassalle, factótum del proyecto que “deja indefensos a los actores culturales”, en un acto multitudinario que no se recordaba desde aquellas marchas de 2003 por el No a la guerra.

Acosta, en un tono mucho más decidido al que tiene acostumbrados, añadió que la conocida como Ley Lassalle “ha impuesto una regulación arbitraria e injusta vía Presupuestos Generales del Estado para compensar a los autores y eso sólo favorece a las empresas tecnológicas de aparatos reproductores”. “Ha impedido que las entidades mantengan sus actividades dedicadas a la formación, por eso es una ley perjudicial para todos los ciudadanos. Tampoco aporta el final de la piratería. La secretaría ha despreciado el derecho al trabajo de los artistas en España”. El acto ha finalizado con todo el patio de butacas de pie y gritando: “No a la Ley Lassalle”.