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Lars Von Trier apuesta por internet para estrenar su versión porno de Nymphomaniac
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Se estrenará el 2 de octubre en todo el mundo

Lars Von Trier apuesta por internet para estrenar su versión porno de Nymphomaniac

La versión extendida de última película del polémico director no se podrá ver en cines. Se estrenará únicamente en plataformas de vídeo online.

Foto: Cartel promocional de 'Nymphomaniac' de Lars Von Trier.
Cartel promocional de 'Nymphomaniac' de Lars Von Trier.

Hace menos de un año todo el mundo hablaba de Nymphomaniac, el último proyecto de Lars Von Trier. Una película de alto contenido erótico que reuniría estrellas de la talla de Uma Thurman o Shia Labeouf. Por enésima vez en la carrera del director se encendía la polémica a raíz de broncas con los actores, declaraciones polémicas y, por último, el rechazo a realizar el montaje final de la película para su distribución comercial.

Confirmaba así la existencia de dos versiones: una destinada para su distribución en salas comerciales, que contaría con dos partes más ligeras; y otra de casi seis horas, que sería la propuesta personal de Lars Von Trier. Las dos entregas de la primera versión se pudieron ver el invierno pasado en las salas españolas, mientras que el montaje del director verá la luz el próximo 2 de octubre en todo el mundo, y lo hará únicamente a través de plataformas online.

Esta versión extendida también se divide en dos entregas. La primera se pudo ver en la última edición de la Berlinale y la segunda tuvo su primera proyección en el Festival de Toronto hace unas semanas. La duración total del filme es de 325 minutos, casi hora y media más que la anterior versión, lo que la convierte en un producto incompatible con distribución en salas e idóneo para su visionado on-line.

"Internet es la alternativa más flexible que da una segunda oportunidad a este tipo de montajes alternativos. Filmes que se salen del canon pero que encajan perfectamente aquí", explica a El Confidencial Jaume Ripoll, director editorial y co-fundador de Filmin, plataforma en la que se podrá visionar esta película.

Además de tener mayor número de escenas de sexo con un contenido más explícito, esta versión aporta mayor contraste a la historia. “En esta segunda versión no todo lo nuevo son escenas de sexo. Como espectadores, recibimos más información sobre las relaciones sentimentales y personales entre los personajes, que tienen mayor profundidad psicológica. Es una película más completa”, comenta Ripoll.

placeholder Von Trier en la última edición del Festival de Berlin

Pese a tratarse de una de las películas más esperadas del año pasado, Nymphomaniac no tuvo buena respuesta por parte del público. La rumorología y la controlada campaña de marketing no fueron suficientes y el resultado de sus películas en taquilla acabó defraudando.

La primera entrega logró aproximadamente unos 60.000 espectadores pero la segunda no llegó ni a la mitad, con tan solo 30.000 espectadores. Datos negativos, ya que ni sumando los resultados de ambas películas se superaban los 100.000 espectadores del anterior filme de Von Trier, Melancolía .

A nivel global también se aprecia una diferencia sustancial entre las dos partes de la película. Mientras que la primera parte logró recaudar casi 8 millones de euros, la segunda entrega se tuvo que conformar con 1,7 millones de recaudación. Puede que el principal inconveniente fuera presentar la película al público en dos entregas y estrenarlas con menos de un mes de separación o, simplemente, que la primera entrega no convenció y la gente no quiso volver al cine.

Unos antecedentes que, junto a la extrema duración del nuevo metraje, convierten su estreno en salas en una operación inviable y hacen que internet sea la opción más adecuada.

Hace menos de un año todo el mundo hablaba de Nymphomaniac, el último proyecto de Lars Von Trier. Una película de alto contenido erótico que reuniría estrellas de la talla de Uma Thurman o Shia Labeouf. Por enésima vez en la carrera del director se encendía la polémica a raíz de broncas con los actores, declaraciones polémicas y, por último, el rechazo a realizar el montaje final de la película para su distribución comercial.

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