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'Breaking Bad' contra todos

La serie de Vince Gilligan es, con su última temporada, la gran favorita para los premios Emmy. 'True detective 'intentará mientras dar la campanada

Seamos claros, Breaking Bad tiene todo a favor para ganar esta madrugada el Emmy a la mejor serie dramática. El premio gordo de la noche. Aunque en sus primeras cuatro temporadas la serie de Vince Gilligan tuvo que claudicar frente a Mad Men y la primera tanda de Homeland, con su último curso nadie ha dudado de la superioridad de la serie que ha narrado la creación de un antihéroe como el Heisenberg al que ha dado vida Bryan Cranston.

La decisión de AMC de partir la última temporada en dos ha funcionado a la perfección. La producción ya se alzó el año pasado con el premio a la mejor serie del año por sus ocho primeros episodios y ahora pretende repetir con los capítulos finales. Además, se han asegurado el camino libre para que el año que viene otra serie de la misma cadena, Mad Men, pueda despedirse ganando también el premio Emmy.

En una carrera tan sosa como la de este año, se ha agradecido que HBO decidiera poner un poco de sal al asunto haciendo que la joya de su corona esta temporada, True Detective, compita en la categoría de drama en vez de en miniserie, una categoría donde habría arrasado sin problema.

La revelación del año tiene muy complicado dar la sorpresa, pero tras su triunfo en los premios creativos otorgados el otro día (donde logró el premio al mejor reparto) da la impresión de que los Emmy pueden estar más repartidos de lo que parece. Este culto por la serie creada por Nic Pizzolato puede hacer que Matthew McConaughey recoja su Emmy al mejor actor el mismo año que ha logrado su ansiado Oscar. En detrimento quedaría Bryan Cranston, que tras tres Emmy ya cedió su trono el año pasado frente a Jeff Daniels y que este año parece que se despedirá de Walter White sin un último premio.

Será interesante ver quién de los dos showrunners de moda en EEUU se alza con el premio al mejor director. Vince Gilligan por su episodio cumbre para Breaking Bad, ‘Felina’, o Cary Fukunaga por su plano secuencia en el final del cuarto episodio de True Detective. Un duelo de titanes que marcará el pulso de la noche. Si Gilligan vence, la gala puede darse por terminada; si Fukunaga consigue el premio, se puede esperar un último giro.

La ausencia de protagonistas femeninas en estas series (nadie duda que Anna Gunn conseguirá el premio a la mejor secundaria por su Skyler White) hace que la categoría a la mejor actriz esté más reñida que nunca. Robin Wright parece la favorita por House of Cards, pero puede que la Academia de Televisión quieracompensar la ausencia de The Good Wife en la categoría reina y premiar su quinta temporada con un nuevo Emmy para Julianna Margullies. Cualquier opción es válida en unode los premios más abiertos de la noche.

Juego de tronos tendrá que conformarse de nuevo con los premios técnicos a pesar de haber firmado su temporada más redonda. Un galardón para Peter Dinklage sería una buena forma de refutar su calidad, más allá de su potencial como fenómeno de masas.

Una familia para hacer historia

En toda la historia de los Emmy sólo una comedia ha conseguido cinco premios a la mejor serie de forma consecutiva: Frasier. Rockefeller Plaza tenía todo a favor para batir ese récord hasta que en su camino apareció una comedia de ABC, con formato de falso documental y tres familias con ganas de revitalizar las series de las cadenas en abierto. Era Modern Family, que irrumpió como un ciclón hace cinco años. Desde entonces nadie ha conseguido bajarla de su pedestal.

No pudo Glee el primer año de ambas, y tampoco lo consiguió Girls el pasado cuando Modern Family bajó su calidad. Este año la serie ha vuelto con sus mejores armas y ha recuperado el nivel. Sin embargo, tiene muy difícil hacer historia e igualar el listón de Frasier (con quien comparte uno de sus productores insignia: Christopher Lloyd).

Este año hay otra serie que, como True Detective, ha conseguido convertirse en algo más que en show televisivo, en un evento que hay que ver para comentar: Orange Is the New Black.

La serie de Netflix ya se ha alzado en los premios previos con el del Mejor reparto y a la Mejor actriz invitada, y saca la delantera en las nominaciones al haber conseguido ser candidata al Mejor guion,premioque esta vez no se ha otorgado aModern Family.

La serie, creada por Jenji Kohan, autora de Weeds, se basa en la biografía de Piper Kerman, y en su contra juega que no es una comedia pura, sino una tragicomedia que pasea por el filo que separa lo gracioso de lo dramático, y que podría haber entrado como mejor drama sin problema.

En las categorías de miniserie todo hace indicar que otra de las sorpresas de la temporada, Fargo, basada en la película de los hermanos Coen, conseguirá batir a American Horror Story, y que HBO arrasará con su película para televisión A Normal Heart, segundo producto de Ryan Murphy nominado y que seguramente verá como varias de sus estrellas (Mark Rufallo, Julia Roberts, Matt Bomer...) suban a recoger su premio.

Un año de inflexión para las ficciones americanas, que comienzan a despedir a sus pesos pesados y que deben comenzar a buscar nuevos buques insignia para los próximos años.

Seamos claros, Breaking Bad tiene todo a favor para ganar esta madrugada el Emmy a la mejor serie dramática. El premio gordo de la noche. Aunque en sus primeras cuatro temporadas la serie de Vince Gilligan tuvo que claudicar frente a Mad Men y la primera tanda de Homeland, con su último curso nadie ha dudado de la superioridad de la serie que ha narrado la creación de un antihéroe como el Heisenberg al que ha dado vida Bryan Cranston.

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