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De canción del verano a fiasco del año
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robin thicke se estrella con su nuevo disco

De canción del verano a fiasco del año

Robin Thicke ha pasado en menos de doce meses de reventar las pistas de baile con 'Blurred Lines' a estrellarse con las ventas de su nuevo disco 'Paula'

Foto: Robin Thicke junto a Miley Cyrus (Reuters)
Robin Thicke junto a Miley Cyrus (Reuters)

Las canciones del verano son fácilmente olvidables y pocas acaban traspasando el umbral de chiringuitos y vacaciones. Si uno hace memoria sobre qué singles rompieron las pistas de baile el año pasado seguro que termina acordándose de Blurred Lines,de Robin Thicke. Por varios motivos. 1) Las radios la metieron con calzador hasta que todo el mundo la cantaba aunque no se supiera la letra. 2) Su vídeo vino con polémica, en él se mostraba a mujeres ligeras de ropa (e incluso hubo versión con ellas desnudas) perreando al cantante y se le acusó de misógino y 3) Miley Cyrus.

La canción ya estaba en boca de todos cuando llegó el escándalo, la famosa actuación con Cyrus en losMTV Music Video Awards que dio la vuelta al mundo y en la que la ex niña Disney puso de moda el ‘Twerking’.

Los números cuadraban y sólo el single tuvo 14 millones de descargas legales y en su primera semana su álbum despachaba 177.000 copias para llegar finalmente a las 740.000 unidades vendidas.

El fenómeno Blurred Lines funcionaba como un rodillo mediático, al que le salieron enemigos a su paso. Entre ellos la familia del fallecido cantante de soul Marvin Gaye, que demandó a Thicke junto a Pharrel Williams (sí, el mismo que el de Happy) por apropiarse de parte del éxito Got to give it up.

Aún había más, Nona Marvisa Gaye, la hija del cantante también argumentó en la demanda que la canción de Thicke de 2011 Love after war era una “copia ilegal” de otro tema de Gaye, After the dance.

Durante los siguientes meses Robin Thicke fue pasto de la prensa del corazón por sus idas y venidas con su ahora ex mujer, la actriz Paula Patton.

Tras todo este maremoto el cantante ha sacado este año, también en pleno verano, su nuevo disco, titulado Paula, en un arrebato despechado hacia su antigua pareja. Ni el single se ha oído ni el disco ha llamado la atención de nadie. La crítica, además, lo ha destrozado.

Según cifras de la web Showbiz411 el disco ha vendido en su primera semana 23.000 copias en EEUU. Es la cifra más baja de cualquier “estrella” del pop en 2014. Por debajo incluso de las 33.000 de Jennifer López y uno de los mayores fracasos del último año. Es decir casi nadie ha comprado el álbum de Thicke, y la poca repercusión de su single no hace prever una recuperación.

Peor ha ido al artista en Reino Unido, donde según The Guardian en su primera semana su disco ha vendido sólo 530 copias. Una cifra ridícula que supone un 2% respecto a las unidades vendidas de su anterior disco.

Los caminos de la música son inescrutables, y del éxito al fracaso hay menos de 12 meses, Thickle tendrá que recurrir pronto a Pharrel Williams o a Miley Cyrus si quiere que la industria no termine por borrarlo del mapa.

Las canciones del verano son fácilmente olvidables y pocas acaban traspasando el umbral de chiringuitos y vacaciones. Si uno hace memoria sobre qué singles rompieron las pistas de baile el año pasado seguro que termina acordándose de Blurred Lines,de Robin Thicke. Por varios motivos. 1) Las radios la metieron con calzador hasta que todo el mundo la cantaba aunque no se supiera la letra. 2) Su vídeo vino con polémica, en él se mostraba a mujeres ligeras de ropa (e incluso hubo versión con ellas desnudas) perreando al cantante y se le acusó de misógino y 3) Miley Cyrus.

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