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La danza no tiene dónde bailar
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los bailarines buscan un lugar para ensayar

La danza no tiene dónde bailar

La Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza lanza una campaña para denunciar la falta de espacios de ensayo y exhibición en nuestro país

Foto: Pase gráfico del espectáculo "Flamenco feeling" del ballet flamenco de madrid (EFE)
Pase gráfico del espectáculo "Flamenco feeling" del ballet flamenco de madrid (EFE)

Imaginen una bailarinaejecutando sus pasos en la cabina de un sexshop. O a una pareja bailando danzas folclóricas en la barra de una pizzería en el centro de Madrid. Unescenarioextrañoque puede llegar a producirse si las compañías de danza nacionales siguen sin encontrar un lugar en el que poder desarrollar su actividad. Esta sensación de abandono es la que denuncia la Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza (FECED) en su nueva campaña Un lugar para la danza.

Desde la FECED quieren concienciar a la sociedad (denunciar la negligencia de la política) sobre una situación que consideran dramática, y que amenaza el futuro de la danza en nuestro país. Para ello han difundido un vídeo, realizado por la artista Yolanda Domínguez,en el que se muestra a bailarines “descontextualizados en un espacio que no es el adecuado”. “Quería que el mensaje se entendiera con una sola imagen. Ver a una gran bailarina en la cabina de un sexshop creo que lo explica todo” cuenta la autora a El Confidencial.

En Españalas compañías de danza no tienen una sede fija donde poder ensayar, crear e investigar para sus próximos espectáculos, sino que se les va cediendo lugares.Algunos de ellos no acondicionados para la labor de un bailarín. Sólo la Compañía Nacional de Danza y elBallet Nacional tienen un lugar fijo de ensayo, pero en su caso lo que todavía no han conseguido es un local permanente de exhibición. Una sede que todo el mundo asocie a su labor, como es el Auditorio Nacional para la música.

Claudia Morgana, Coordinadora de la FECED explica a este periódico la situación en la que se encuentran las compañías de danza y lo que ha llevado a tomar medidas para que la gente visibilice el problema: “Llevamos muchos años pidiendo que se ceda el uso de esos equipamientos públicos que se han construido tan generosamente por todo el país y que en muchos casos están cerrados y en desuso. Que se cedan porque necesitamos espacios con unas determinadas características para realizar nuestra disciplina. No solo para exhibir, sino para investigar y continuar con nuestra formación”.

Las promesas del Ayuntamiento de Madrid

Morgana denuncia que en el mejor de los casos consiguen una cesión de espaciospor los que pagan doblemente, con sus impuestos y su trabajo: “Yo no puedo pagar al casero o al carnicero con una cesión de espacio. Tenemos que tener una actividad remunerada con moneda de curso legal. Además,hay espacios ya construidos y en muchos casos cerrados y vacíos. Que los pongan a disposición de las compañías y que habiliten unas partidas presupuestarias, muy inferiores a las que requirió su construcción, para que podamos desarrollar una actividad allí”.

Estaba previsto que una de las naves del Matadero fuera La Casa de la Danza. Luego llegó la crisis y ese proyecto se ha quedado en un cajón. Queremos que salga de ahí y se haga la inversión que falta

El vídeo de Yolanda Domínguez termina con una imagen de una nave del Matadero de Madrid en obras. Una imagen simbólica que materializa otra de las demandas de la FECED: que se retome el proyecto iniciado en 2008, dondeel Ayuntamiento de Madridles prometió una Casa para la Danza en esas instalaciones y que no se ha cumplido.Un lugar comoel que ya disfrutan en otros países como Alemania o Francia, y de los que en España no tenemos noticias.

“Estaba previsto que la última nave del Matadero, la más grande, fuera La Casa de la Danza. Luegollegó la crisis y ese proyecto se ha quedado en un cajón. Queremos que salga de ahí y se haga la inversión que falta. Yo no sé si están buscando un mejor postor, pero el recinto del Matadero ha sido rehabilitado con mucho dinero público. No se puede dar al mejor postor mientras los profesionales de la cultura de este país no tienen un lugar en el que desarrollar su actividad” añade Morgana.

Una solución que permitiría que nuestros profesionales no huyeran del país en busca de unas condiciones mejores. La fuga de cerebros llega a la danza, tanto en bailarines como en creadores: “En España siempre ha habidofuga de ejecutantes, porque en un ecosistema saludable es una forma de desarrollar su carrera profesional. Pero luego volvían. El drama es que ahora no tienen dónde volver, se tienen que quedar fuera. Ahora no se van solo los ejecutantes, sino también los coreógrafos, porque aquí están en condiciones pésimas de espacio, no hay continuidad y los programas de danza son esporádicos”.

placeholder Pase gráfico del ballet de la cenicienta

Esta situación se ve agravada por los recortes en las partidas destinadas a la cultura, que ha hecho que haya habido una disminución drástica en el número de festivales de danza nacionales. En Madrid actualmente, como recuerdo Claudia Morgana, sólo existe un festival de danzay otros con una trayectoria de más de diez años han tenido que bajar el telón, lo que impide que el público llegue a estas propuestas.

Por ello piden más accesibilidad para la danza, que tenga un lugar físico, pero también que tengan su hueco en la sociedad.Quepuedan establecerse en la actividad cultural de un ciudadano para que ellospuedan disfrutar de los profesionales de este país antes de que emigren.

El futuro no es esperanzador, la FECED cree que si estas condiciones no cambian llegará un momento en el que la calidad de nuestras producciones baje y no haya garantías para presentar un producto digno ni en España, ni fuera de nuestras fronteras.

Imaginen una bailarinaejecutando sus pasos en la cabina de un sexshop. O a una pareja bailando danzas folclóricas en la barra de una pizzería en el centro de Madrid. Unescenarioextrañoque puede llegar a producirse si las compañías de danza nacionales siguen sin encontrar un lugar en el que poder desarrollar su actividad. Esta sensación de abandono es la que denuncia la Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza (FECED) en su nueva campaña Un lugar para la danza.

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