Es noticia
Paco León, el nuevo Pedro Almodóvar
  1. Cultura
EL CINE DEL MANCHEGO PLANEA SOBRE 'CARMINA'

Paco León, el nuevo Pedro Almodóvar

La secuencia del funeral de Carmina y Amén, la segunda cinta como director de Paco León, es probablemente una de las más potentes que se han

Foto: El actor y director Paco León. (Jorge Fuembuena)
El actor y director Paco León. (Jorge Fuembuena)

La secuencia del funeral de Carmina y Amén, la segunda película como director de Paco León, es probablemente una de las más potentes que se han rodado en el cine español de los últimos años. Cámara lenta, 3.000 fotogramas por segundo. Una captación sobresaliente de los sonidos (y el silencio) de un momento tan dramático. Un detallismo increíble que pone la piel de gallina, que hace aflorar los sentimientos, que traslada al espectador a uno de esos tristes momentos vividos en el pasado. Lírica en esta puro.

Una poesía sólo comparable a la secuencia inicial de Volver, donde Pedro Almódovar captaba con maestría cómo se vive y entiende la muerte en un pueblo. La Agustina arreglando su propia tumba por costumbre. Esa misma costumbre que obliga a no descuidar las tumbas de los difuntos por el miedo al qué dirán. Costumbrismo, esa palabra que une a Almódovar y León.

Carmina Barrios. (Jorge Fuembuena)

Los dos bucean en anécdotas o vivencias reales para llegar a la ficción. Los dos acuden a la mujer, a sus madres, a sus hermanas, a sus vecinas, para alumbrar retratar la España más tradicional, más cercana, la España del bloque de vecinos, la España de pueblo. El surrealismo más real. Esa realidad que supera a la ficción.

Los dos acuden a su familia para sus trabajos. Pedro nunca se ha separado de su hermano Agustín, quien ha producido todas sus películas y con quien fundó su propia productora, El Deseo. Paco no sólo ha contado con su madre y su hermana María, sino con una gran parte de su familia. Sólo hay que echar un vistazo a los créditos de sus dos películas.

Pero, sobre todo, los dos resaltan la fuerza de sus madres. Los dos quieren colocarlas en el lugar que se merecen. Resaltar su coraje. El manchego siempre que pudo incluyó a su progenitora en sus cintas. Una vez fallecida, le dedicó Volver, probablemente la mejor cinta de su filmografía. El segundo ha ido más allá: la ha convertido en absoluta protagonista. Ha creado un movimiento, el carminismo.

Vivos y muertos conviven tanto en Volver como en Carmina y Amén provocando situaciones delirantes. En la primera, Raimunda no se puede permitir que se descubra el cadáver de su marido. En la segunda, Carmina convence a su hija de no dar parte de la defunción de su marido hasta pasados dos días y así cobrar la paga doble que él tenía pendiente. En ambas, la cotidianidad de la muerte, la mezcla de tragedia y comedia.

Los homenajes en Carmina

Por ello no es de extrañar que el cine del director manchego sobrevuele las dos obras del sevillano. En Carmina y Amén, la escena de Carmina en moto es un claro homenaje a la de Julieta Serrano en Mujeres al borde de un ataque de nervios, como también lo es la banda sonora que acompaña a otra secuencia inspirada en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

En Carmina o Revienta, el momento escatológico de Carmina en el coche junto a su hija María recuerda, salvando las distancias, a aquella escena ya mítica de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón en la que Pepi (Carmen Maura) le pide a Bom (Alaska) que se mee encima Luci (Eva Siva). Y lo hace porque pocas veces el humor escatológico consigue la aprobación del espectador y la crítica.

“Cuesta mucho ser auténtica, señora. Y en estas cosas no hay que ser rácanas. Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”, sentenciaba la Agrado en Todo sobre mi madre como si de una verdad absoluta se tratase. “Yo no miento, yo todo lo que digo se convierte en verdad. Y amén”, dice Carmina en Carmina y Amén.

placeholder Fotograma de 'La ley del deseo'.

Frases para la historia. “Riégueme”, decía Carmen Maura en La ley del deseo. “Se está muriendo gente que no se ha muerto nunca”, reflexiona un vecino en Carmina y Amén. Sentencias. Verdades absolutas. Frases que aparecen de forma alternada en el guion o incluidas en monólogos llenos de joyas.

Monólogos como los de Verónica Forqué en Kika, Carmen Maura en Volver o Carmina en Carmina o Revienta. También su charla con Yolanda Ramos, aquella periodista sin escrúpulos que le soltaba a Agustina en Volver: “Agustina, tiene cáncer. Venga un fuerte aplauso”; y que en Carmina y Amén descubre a Carmina lo que es “comerse un coño”. Dos personajes, los de Ramos, legendarios. Dos creaciones al alcance de muy pocos.

Todos quieren a Paco

Y es por ello que, durante la fiesta del estreno de la segunda cinta del sevillano en Málaga, una fiesta donde los asistentes pudieron sentirse como en una celebración familiar, con todo el mundo cantando y bailando, se escuchó: “Muchos han venido para ver si Paco se fija en ellos para su próxima película”.

“Paco es el próximo Almodóvar”, se repetía una y otra vez. “Pedro Almodóvar es carminista”, había dicho horas antes el propio Paco León, quien en más de una ocasión ha confesado que no pensaba continuar en esto de ninguna manera. Tras sus dos primeras cintas, cuesta entender que alguien con tanta soltura y ojo para narrar, abandone el viejo oficio de contador de historias.

La secuencia del funeral de Carmina y Amén, la segunda película como director de Paco León, es probablemente una de las más potentes que se han rodado en el cine español de los últimos años. Cámara lenta, 3.000 fotogramas por segundo. Una captación sobresaliente de los sonidos (y el silencio) de un momento tan dramático. Un detallismo increíble que pone la piel de gallina, que hace aflorar los sentimientos, que traslada al espectador a uno de esos tristes momentos vividos en el pasado. Lírica en esta puro.

El redactor recomienda