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Amaral se posiciona, Serrat y Sabina callan
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el nuevo pop-rock se pasa a la canción protesta

Amaral se posiciona, Serrat y Sabina callan

Vetusta Morla, Amaral, Bunbury, Nacho Vegas... todos ellos vuelven con sus letras más combativas. Mientras, los clásicos de la música no se pronuncian

Foto: Acto conmemorativo del 11 aniversario de la muerte de José Couso, frente a la embajada de Estados Unidos.
Acto conmemorativo del 11 aniversario de la muerte de José Couso, frente a la embajada de Estados Unidos.

Amaral. Bunbury. Vetusta Morla. Nacho Vegas. Todos ellos están firmando ahora mismo las letras más explícitamente políticas de sus carreras. Textos que hablan de la crisis como estafa, de la imposibilidad de perdonar a los políticos o de la desesperación de las personas que se quedan sin nada.

El debate social se ha animado, con un sector del público aplaudiendo y otro hablando de "oportunismo", "panfleto" y "estrategia de márketing". ¿Se vive un despertar político de nuestro pop-rock? Intentamos averiguarlo.

Ausencias clamorosas

Desde los años ochenta, Diego Manrique es el periodista musical de referencia en España. Aprovechando su amplia perspectiva, preguntamos cómo ve la situación. "Lo que más me ha chocado estos años es la ausencia de los abajo firmantes: me refiero a los Serrat, Sabina y compañía, que apenas se han manifestado. Callarse también es tomar postura, ¿no? El 15M ha cambiado las coordenadas y supongo que no saben dónde situarse. Al final, me temo que saldrán del paso haciendo gracietas en conciertos, pero que no hayan escrito nada sobre lo que está pasando me parece una ausencia clamorosa".

A veces, el silencio suena más alto que cualquier proclama. Dicho esto, Manrique no parece especialmente impresionado por el giro del pop-rock español hacia letras sociales. "El problema es que no ha surgido todavía una gran canción. Golpe maestro, de Vetusta Morla, está bien hecha, pero carece de arrastre. No sé qué puede cambiar, aparte de qué algunos de sus fans la canten puño en alto. El disco de Bunbury lo he escuchado y no me llamó la atención su contenido político. Con Nacho Vegas, me falla el aire de superioridad moral. La canción Actores poco memorables tiene una música que funciona, estropeada por la letra, que tira de imágenes de brocha gorda. En realidad, es muy complicado hacer una buena canción política. Tiene que conmover y proporcionar un sentido de unidad. Por ejemplo, el Free Nelson Mandela de Special AKA” explica.

“En España hemos tenido Campanades a mort, de Lluís LLach, que sonaba como una patada en los cojones. También A Cántaros, de Pablo Guerrero. Fueron letras que saltaron por encima de la barrera de los convencidos. No creo que algo así esté ocurriendo ahora. Las canciones que han salido reflejan la situación social, pero no te iluminan. Al menos yo no tengo esa sensación".

¿Y la Ratonera de Amaral? "Para mí, el videoclip eclipsa por completo a la música. Es una idea muy cruel, bien realizada, con grandes dosis de sarcasmo. Ratonera no está entre las treinta mejores canciones de Amaral".

Poner nombre y apellidos

Hablamos con Alberto González, guionista y realizador de El Intermedio, responsable del vídeo de Ratonera. "Amaral me dejaron libertad en el proceso creativo. Cuando les enseñé la propuesta, la aprobaron de inmediato", explica. El resultado tuvo un gran impacto en las redes y medios de comunicación. Hubo mucho entusiasmo, pero también críticas. Tanto el PSOE como UPyD reprocharon que no apareciese ningún cargo de Izquierda Unida.

"Para mantener cierta coherencia, decidí que los personajes debían cumplir dos reglas: ser conocidos y haber tenido algún tipo de responsabilidad ejecutiva. No conozco a nadie en Izquierda Unida que satisfaga esos dos criterios", explica Alberto. Algunos activistas de movimientos sociales lamentaron la ausencia de personajes del mundo empresarial, tipo Juan Rosell, Emilio Botín o Rodrigo Rato. "Lo consideré en algún momento germinal del desarrollo, pero lo descarté rápidamente. Pensé que restaba cohesión a la idea. Tampoco se trataba de elaborar una hipótesis sobre el funcionamiento del poder y sus ramificaciones. Estamos hablando de una canción pop que dura tres minutos. Estas cosas funcionan mejor si te ciñes a reglas sencillas. En realidad, no se trata de una selección muy meditada. Podría decirse que a veces fue incluso arbitraria. Llegué a hacer búsquedas de imágenes con la palabra ‘políticos’ con el fin de dar con expresiones faciales que se adaptaran a las situaciones que tenía en mente. Solo tuve tres semanas de plazo", recuerda. A pesar de todo, estamos ante el vídeoclip con más pegada en lo que va de 2014.

El problema del sistema

También se habla mucho de Golpe maestro, el nuevo himno de Vetusta Morla. La letra, muy cercana a las tesis del 15M, denuncia que vivimos una estafa económica a gran escala, perpetrada por las élites políticas y económicas. Algunas rimas son contundentes, pero Guillermo Galván -guitarra y letrista- rehúye el discurso exaltado.

Vivimos un momento en el que parece que hablar de justicia y de derechos te convierte en un antisistema. Nosotros solo somos ciudadanos. Básicamente, quien hace música popular es un cronista. Estamos reflejando los problemas de la gente con la que tomamos café, los amigos, la familia y los conocidos

"Vivimos un momento en el que parece que hablar de justicia y de derechos te convierte en un antisistema. Nosotros solo somos ciudadanos. Básicamente, quien hace música popular es un cronista. Estamos reflejando los problemas de la gente con la que tomamos café, los amigos, la familia y los conocidos. Creo que la fuerza de estas letras -las de Amaral, Nacho Vegas o las nuestras- es que llegan escritas por artistas que en principio no te esperas que las hagan. Si las firmaran grupos tipo Kortatu o La Polla Records no pasaría nada porque ya están etiquetados. Hablar contra políticos y banqueros entra en lo previsible de sus planteamientos. Ahora ciertos grupos estamos tomando decisiones que no tienen que ver con ser músicos, sino con ser personas. El 15M ha ayudado a que miremos más a nuestros vecinos y a nuestros barrios. Sentimos la necesidad de hacer algo, aunque no sepamos qué. O no lo sepamos bien del todo".

Galván afirma que quien se ha radicalizado no son ellos, sino el sistema político. "El último gobierno del PSOE dio un zarpazo terrible a los derechos laborales, el del PP ha ido un poco más allá. Hay una sensación de aturdimiento porque no sabes por dónde te la van a meter. Nos vendieron que el modelo neoliberal nos iba a salvar la vida y ahora se ha visto que es un engaño muy gordo", remata.

Activismo o barbarie

Todo parece indicar que seguirá la lluvia de canciones combativas. Al menos, mientras duren los desahucios, despidos masivos y la creciente desigualdad. Tiene toda la lógica, aunque Manrique se muestra escéptico.

placeholder Serrat y Sabina en la presentación de su gira por Cataluña.

"La historia de la música pop en este país responde a una serie de automatismos. El metal te habla de la lucha de clases, pero usa letras y conceptos que son caricaturas. La Nueva Ola, luego llamada Movida, no estaba interesada en el mundo exterior, sino en exprimir las libertades individuales. Por eso nunca hubo conexión social. El músico español tiende a ser pájaro solitario y rehúye la voluntad de representar. Posiblemente, Rosendo ha hecho más canciones políticas que los artistas de los que estamos hablando, pero no te lo imaginas en una manifestación. Yo tampoco voy mucho, pero estuve en la que reclamaba la bajada del IVA cultural frente al ministerio yallí solo había gente del mundo del cine y la literatura. Si acudió algún músico, se quedó en las barra de los bares cercanos. En los genes del rock está el individualismo. Cuesta pasar del "yo" al "nosotros". También tiene que ver con la idiosincrasia de los músicos españoles, que tienden a no implicarse ni comprometerse". ¿Logrará cambiar las cosas la generación del 15M?

Amaral. Bunbury. Vetusta Morla. Nacho Vegas. Todos ellos están firmando ahora mismo las letras más explícitamente políticas de sus carreras. Textos que hablan de la crisis como estafa, de la imposibilidad de perdonar a los políticos o de la desesperación de las personas que se quedan sin nada.

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