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¿Quiere José Frade rodar una versión de 'Ocho apellidos vascos'?
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EL FENÓMENO DEL CINE EXPLOIT

¿Quiere José Frade rodar una versión de 'Ocho apellidos vascos'?

El productor niega querer lucrarse con el fenómeno, pero en EEUU existe toda una industria alternativa de películas de serie B que clonan los blockbusters de éxito

Foto: Fotograma del filme de Emilio Martínez-Lázaro
Fotograma del filme de Emilio Martínez-Lázaro

A vueltas con el culebrón José Frade. El lunes adelantamos que el productor registró el pasado 4 de abril los nombres Ocho apellidos madrileños y Ocho apellidos catalanes en la Oficina Española de Patentes y Marcas. El martes supimos que los productores de Ocho apellidos vascos -Telecinco Cinema y LaZona Films- habían respondido a la noticia registrando apresuradamente el nombre Ocho apellidos. Y más tarde llegó la versión de José Frade sobre los hechos, enviada por sus abogados a este periódico vía correo electrónico:

1) "No hemos tenido ninguna intención de utilizar la 'picaresca empresarial' como usted la denomina, porque si hubiésemos tenido esa miserable intención, nos habría bastado con solicitar el registro de la marca Ocho apellidos vascos, que en ese momento, no sabemos si hoy y ahora, estaba sin registrar".

2) "Hasta que no termine la explotación comercial del largometraje Ocho apellidos vascos, no podemos informar de los motivos por los cuales, JOSE FRADE PRODUCCIONES CINEMATOGRÁFICAS S.A., ha solicitado en la Oficina Española de Patentes y Marcas, la inscripción de las marcas nacionales Ocho apellidos catalanes y Ocho apellidos madrileños".

Frade no ha aclarado por qué ha solicitado el registro de dos nombres parecidos al título del mayor fenómeno comercial del cine español

El problema es que Frade no aclara por qué ha solicitado el registro de dos nombres parecidos al título del mayor fenómeno comercial del cine español, sino que se limita a negar que quiera lucrarse con un futuro remake oficial de Ocho apellidos vascos,.

No obstante, la palabra clave aquí puede ser "oficial". Porque la otra hipótesis que circula estos días por las redes sociales es que Frade tenga en mente realizar un exploit del exitoso filme de Emilio Martínez Lázaro.

Y es que aquí donde tenemos que explicar qué es eso del "exploit". Se trata de una variación de bajo presupuesto y hechuras de serie B (o incluso serie Z) de una película de éxito. Un obra inspirada en, con un aire a, pero que no pueda ser considerada exactamente un remake y, por tanto, no dé lugar a reclamación alguna por infracción de derechos de autor.

En EEUU existe toda una industria paralela dedicada al exploit y hasta un productora/estudio de referencia: Asylum. Fundada en 1997 en Hollywood, Asylum se ha especializado en buscar las cosquillas a los blockbusters de Hollywood con películas/réplicas ideadas, escritas y rodadas a una velocidad de vértigo. En 2007, por ejemplo, lanzaron un filme llamado Transmorphers dos días después del estreno mundial de Transformers.

Los grandes estudios han demandado algunas veces a Asylum. Universal lo hizo en 2012 a cuenta de American Battleship, filme en la onda del blockbuster Battleship. Asylum reculó cambiando el título del filme: de American Battleship a American Warships. Warner, por su parte, logró frenar el estreno de Age of the Hobbits, sucedáneo de la multimillonaria saga de Peter Jackson. Asylum, con todo, suele salirse con la suya la mayoría de las veces.

Cualquier estudio podría hacer una película de robots gigantes parecida a Transformers y llamarla Robot Wars, mientras que nosotros la llamamos Transmorphers

Y es que la productora estadounidense se mueve bien en el filo que separa el homenaje de la copia. David Michael Latt, fundador de la empresa, lo ha explicado así: "Yo no quiero engañar a nadie. Sólo estoy tratando de que mis películas tengan más público. Otros hacen adaptaciones todo el tiempo, solo que son más sutiles que nosotros. Cualquier estudio podría hacer una película de robots gigantes parecida a Transformers y llamarla Robot Wars, mientras que nosotros la llamamos Transmorphers".

En otras palabras: situarse bajo la ola de un fenómeno comercial mainstream y recoger las miguitas que vayan cayendo.

Más variaciones de títulos de películas de Asylum: Serpientes en el avión (Hollywood) contra Serpientes en el tren (Asylum), El código Da Vinci contra El tesoro Da Vinci, Paranormal Activity contra Paranormal Entity, Battle: Los Angeles contra Battle of Los Angeles, Los tres mosqueteros contra 3 mosqueteros y Pacific Rim contra Atlantic Rim.

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Asylum son los autores incluso de una película llamada Titanic 2. Atención a su argumento: Coincidiendo con el centenario del hundimiento más célebre de la historia, un crucero realiza el mismo trayecto que el del Titanic, pero a la inversa... Y, sí, como se pueden ustedes imaginar, el crucero acaba zozobrando en todo un extraño caso de mala suerte.

¿Qué ocurre si uno ve por error Titanic 2 pensando que es una película de James Cameron? ¿Se sentirá engañado y ultrajado? Pues quizás se sienta como cuando está en una discoteca a las 5 de la mañana, pide un Gin Larios y le sirven (aposta o sin querer) un Gin Lirios. Y luego pide un Ron Bacardí... y le sirven un Ron Bacalí. Resultado: uno se pilla el ciego del siglo y lo pasa muy bien, pero a la mañana siguiente tiene la peor resaca de su vida y un agujero en el estómago. Resumiendo: uno se puede reír bastante con las películas de Asylum, si se lo toma como una parodia a tiempo real de las tendencias comerciales de Hollywood, aunque a los grandes estudios le generan más de una jaqueca.

Como bien saben los numerosos fans internacionales de Asylum, la productora no se dedica únicamente al exploit, sino también a realizar enloquecidos homenajes a la historia de la serie B con películas disparatadas de argumentos imposibles. Como la ya mítica Sharknado, con uno de los argumentos más delirantes de todos los tiempos: tornados con miles de tiburones en su interior aterrorizando a los sufridos ciudadanos por tierra, mar y aire. Barroquismo low cost elevado a la máxima potencia.

Los secretos planes de Frade

¿Significa todo esto que Frade podría estar en su derecho de hacer un exploit de Ocho apellidos vascos? Puede ser. También estarían en su derecho los abogados de Telecinco de intentar crujirle. claro, pero el caso Asylum parece demostrar que hay margen para la creación de obras derivadas con títulos similares al original.

Aunque quizás lo que está ocurriendo con el filme de Emilio Martínez-Lázaro sea mucho más sencillo. Es evidente que el extraordinario éxito de Ocho apellidos vascos va a dar lugar a una oleada de películas y series repletas de humor costumbrista y autonómico. Vamos a tener Ocho apellidos vascos hasta en la sopa. Eso es así, y ningún abogado va a poder impedirlo, a no ser que el parecido con el original sea demasiado evidente. Frade, viejo zorro del negocio, ha sido el primero en abrir fuego.

No obstante, lo interesante de la hipótesis exploit quizás sea el mero hecho de elucubrar sobre ella. Es decir, el triunfo está en hablar de la posibilidad de un exploit de Ocho apellidos vascos, algo que solo tiene sentido para películas convertidas en fenómenos populares. El filme ha trascendido ya su taquilla para convertirse en tendencia cultural. ¿Capaz incluso de impulsar una industria cañí de filmes de explotación? Sería ya el acabose.

A vueltas con el culebrón José Frade. El lunes adelantamos que el productor registró el pasado 4 de abril los nombres Ocho apellidos madrileños y Ocho apellidos catalanes en la Oficina Española de Patentes y Marcas. El martes supimos que los productores de Ocho apellidos vascos -Telecinco Cinema y LaZona Films- habían respondido a la noticia registrando apresuradamente el nombre Ocho apellidos. Y más tarde llegó la versión de José Frade sobre los hechos, enviada por sus abogados a este periódico vía correo electrónico:

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