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'Orgía en Intereconomía': el 'indie' español pierde el miedo a la política
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el pop sale de la burbuja

'Orgía en Intereconomía': el 'indie' español pierde el miedo a la política

Artistas como Los Ganglios, El Pardo y Le Parody cambian el tono del discurso y las prácticas pop. Efectos culturales del 15M

Foto: Los ganglios (Diego Cabezas)
Los ganglios (Diego Cabezas)

Hace dos décadas que la escena indie española tiene fama de apática, ensimismada y egocéntrica. El grupo El Pardo se atreve a resumirlo en un estribillo: "Yono soy de izquierdas, tampoco de derechas / tan sólo soy indie, fan de Los Planetas" (fragmento de su canción "¡Son los 90!").

No hablamos de un caso aislado, sino que estamos ante una oleada de nuevos artistas que no tienen alergia a las letras sociales ni a formas comunitarias de funcionamiento (optan por la autogestión, la cultura copyleft o por una relación más horizontal con el público).

Hace veinte años, hubieran sonado marcianas rimas como las de "El héroe de la Transición" (Los Ganglios), "El político neoliberal" (Pony Bravo) o "Huelga de alquileres" (Ultramort).

Raúl Querido, miembro de El Pardo, también ha firmado en solitario canciones tan explícitas como "Orgía en Intereconomía", "Sostres Sostres" o "Rubalcaba (todo lo bueno se acaba)". Es evidente que algo ha cambiado.

Hace pocos días, en una entrevista con el programa de televisión Mapa Sonoro, la artista Le Parody explicaba que sentía el 15-M como la cultura folk a la que pertenecía. "¿Qué llevo yo en la sangre? ¿Qué raíces culturales tengo? Pues, como clase media blanca acomodada en una sociedad de consumo…ninguna. Y el 15-M me dio eso, esa visión de que hay un colectivo y está pasando algo fuerte y nuevo que afecta a ese colectivo al que pertenezco y que a mí me configura como persona".

Para aclarar conceptos, mandamos tres preguntas a algunos de estos artistas que están contribuyendo al deshielo social del indie.

PREGUNTA: ¿Dirías que se ha perdido el miedo a hablar de política en la escena pop-rock independiente española?

El 15M marca un nuevo inicio que también afectó a quienes llevábamos años implicados en la música

RESPUESTA: Marc Balfagón (Ultramort, Fundación Robo): En los años noventa se tenía la impresión de que una cosa era la música y otra la música política. Para practicar la segunda tenías que pertenecer a los mestizos, los punkis o los calimocheros que escuchan, no sé, Reincidentes. Es una visión totalmente errónea. El 15-M marca un nuevo inicioque también afectó a quienes llevábamos años implicados en la música. Se ponen sobre la mesa nuevas formas de tejer relaciones. Hoy estamos menos aprisionados por géneros musicales, tribus urbanas y el mimetismo respecto a la música anglosajona.Tengo amigos en grupos que dicen que el 15-M fue la primera vez que la política les apelaba. No era una cosa escindida de su vida cotidiana, estaba integrado, hablaban ese mismo lenguaje. Entonces te vuelves a hacer preguntas sobre qué es la música política.

Los Ganglios:Hay un grupo que nos gusta, Las Ruinas, que habla de la crisis, pero no de forma prosaica, sino a través de una historia poética personal: un hombre al que echan del trabajo y se siente arropado por las risas de los demás clientes de un bar. Otros como Os Gru son más directos a la hora de abordar la actualidad política. Pero basándonos en lo que conocemos, nos da la impresión de que la política no está muy presente en las letras pop de hoy.

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Pony Bravo: Los reparos siguen, parece que la cosa está cambiando, pero continúan vivos muchos de los prejuicios y los clichés de antes. Todavía son una minoría los gruposque abordan asuntos políticos y sociales. Más bien se huye de ellos.

Le Parody: En Madrid estoy viviendo una vuelta al underground que no tiene tanto que ver con lo que dicen las canciones sino con las formas de hacer. Me refiero a gente montando salas en garajes, festivales autogestionados, raves en solares, naves en las periferias que programan desde flamenco hasta bakalao, y las fronteras entre músicos, DJs y público están bastante diluidas.A partir del 15-M, todo el mundo se ha puesto a hacer algo. Son las mismas cosas que estábamos haciendo antes, pero con una contundencia y una urgencia nuevas.

P: El indie español de los noventa ha pasado a la historia como una generación ensimismada, ajena a la realidad social y con tendencia a mirar al público por encima del hombro. ¿Hasta qué punto vuestra música es una reacción contra eso?

R: Los Ganglios:Hemos oído decir que la 'escena indie española de los 90' fue un movimiento hueco y sexista. Es posible que haya algo de eso, por supuesto con honrosas excepciones. Nosotros, dentro de lo posible, intentamos evitar las poses, el egoísmo y el sexismo. Y dialogamos con el público entre las canciones de los directos, esperamos su respuesta, les presentamos las historias antes de cada canción, en detrimento a veces de la velocidad del espectáculo, pero siempre apostando por la humanidad y la comunicación. No es una reacción contra el individualismo indie, es nuestra manera de hacer las cosas.

Pony Bravo:Sobre el individualismo de los noventa, yo creo que en esos años era algo que sucedía en todos los sectores, no sólo en la música.Hoy día en España ha mejorado mucho la calidad de los grupos. Creo que en esto tiene mucho que ver internet, ya que la gente puede educarse musicalmente de una forma sencilla y barata, y eso siempre hará que la música en general mejore, tanto el público como los grupos, sellos y festivales. La cultura copyleft y las licencias Creative Commons que usamos van un poco de eso. Se trata de compartir cultura y salir de la burbuja individualista en la que hemos andado. Así todos avanzamos.

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Javi (El Pardo): Bueno, no sé si era una cuestión tanto de los grupos como del público. Hay muchos artistas indies de los noventa que nos gustan, pienso por ejemplo en Beef o El Niño Gusano. Musicalmente, algunas canciones nuestras beben de esa época. ¿Reacción contra eso? En parte sí, pero el discurso sonoro tampoco es tan distinto.

Raúl Querido (El Pardo): Cualquier grupo de hoy tiene poco que perder por hablar de política. La industria cultural en España es muy precaria y el objetivo es la magra supervivencia. La mayor parte de las personas, cuanto menos tenemos que perder, más nos aferramos a nuestra dignidad.

P: ¿Qué sentido le ves a la palabra 'independencia'en 2014?

R: Paula (El Pardo): El otro día me preguntaba qué significa ser 'indie' hoy en día. Antes tenía más sentido, mientras que hoy el 'hazlo tú mismo' ha pasado de ser una forma de hacer a una necesidad.

Le Parody: En el plano práctico, evito firmar contratos que marquen plazos y compromisos sobre obras que no he hecho todavía. Tampoco me gusta trabajar con gente que pretende hacer cambios en la parte creativa de mi trabajo. Muchas veces nos dicen "vais a triunfar, vais a triunfar" y yo por dentro pienso, pero... ¿triunfar no es ya esto, poder estar todo el tiempo haciendo música y dando conciertos?

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Marc Balfagón: Independencia a veces quiere decir que aspiras a ser como una pyme. O que sólo hablas para tu comunidad y, por tanto, que el resto de la sociedad te la pela. Puede ser un reducto para elitistas que no se mezclan con el vulgo. Son conceptos tan abiertos que pueden designar hasta cosas contrarias. Para nosotros escena independiente tendría que ser aquella que no funciona con criterios de empresa, que entiende la música como actividad humana y de calado social y que funciona a través de la cooperación. Si no hay nada de eso, fácilmente entran las marcas a rellenar los espacios en blanco. El aterrizaje de Converse en el circuito alternativo de conciertos es un ejemplo.

Pony Bravo: Se puede conseguir independencia sin aislarse. Hay sellos tradicionales que son honestos y dejan tranquilos a los grupos dándoles independencia, es cuestión de dar con ellos y cuidarlos. Lo ideal es conseguir las cosas poco a poco, porque en un grupo los atajos son peligrosos si quieres que haya buen ambiente y diversión.

Raúl Querido: Hay que hacer cosas, hay que colaborar, dejarnos ayudar, liberarnos del engaño de la clase media, cuidarnos entre los que somos clases populares. En realidad, lo somos casi todos, porque tendremos que trabajar hasta que nos muramos.

Hace dos décadas que la escena indie española tiene fama de apática, ensimismada y egocéntrica. El grupo El Pardo se atreve a resumirlo en un estribillo: "Yono soy de izquierdas, tampoco de derechas / tan sólo soy indie, fan de Los Planetas" (fragmento de su canción "¡Son los 90!").

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