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"El sur de Europa no tiene dinero para comprar arte"
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SE VENDEN PATRIMONIOS NACIONALES

"El sur de Europa no tiene dinero para comprar arte"

El vicepresidente de arte moderno de Christie’s analiza la venta de 85 cuadros de Miró por parte de Portugal

Foto: Olivier Camu, vicepresidente de Christie´s, junto a un Miró
Olivier Camu, vicepresidente de Christie´s, junto a un Miró

Portugal vende sus miró. No todos pero sí la mayoría, 85 para ser exactos, una colección que la casa de subastas Christie’s considera el mayor acopio de obras del artista mallorquín que jamás haya llegado al mercado de golpe. Las pone a la venta el gobierno de Portugal pero en el mundo de la cultura de ese país se habla de "expolio patrimonial". La subasta se celebrará en Londres los próximos 4 y 5 de febrero, frente a la flor y nata del coleccionismo internacional, que acudirá a la capital británica a la llamada de lo que, a juzgar por las cifras que se manejan, sigue siendo la única inversión segura de la actualidad: arte con pedigrí.

La casa de subastas anunciaba precisamente esta semana que había batido todos sus récords en 2013, con ventas por valor de 5500 millones de euros, superando en un 16% sus ventas del año anterior. Y no debería sorprender, sobre todo cuando la crisis financiera no sólo ha llevado a que millonarios que antes invertían únicamente en bolsa inviertan cada vez más en arte, sino a que afloren golosas colecciones víctimas de esa misma crisis, como la que ahora ofrece el gobierno portugués.

Siempre se han nacionalizado bancos y se han vendido sus colecciones

"Es verdad que una de las consecuencias de la crisis financiera es que los países ponen a la venta algunas de sus colecciones públicas pero eso es algo que siempre ha ocurrido, no hay nada en esta crisis que no haya ocurrido antes. Siempre se han nacionalizado bancos y se han vendido sus colecciones. No es inusual que un gobierno venda parte de su patrimonio. Lo que es inusual es que tanto volumen de obras del mismo artista salga a la venta en bloque” explica a El Confidencial Olivier Camu, vicepresidente de arte impresionista y moderno de Christie’s.

Portugal olvida su patrimonio

Antes de que desaparezcan de manos públicas para pasar a decorar salones privados las obras de Miró estarán expuestas hasta el próximo 26 de enero en el cuartel general de Christie’s en el barrio de Mayfair en Londres y del 30 de enero al 4 de febrero también se mostrarán en su sede de King’s Street, en la misma ciudad. Los portugueses en cambio, nunca tuvieron la suerte de verlas.

¿Por qué un país decide desprenderse de un tesoro valorado en 36 millones de euros? Seguramente porque necesita el dinero a corto plazo y no hubo que invertir ni un euro en las obras, en teoría, aunque en Portugal, donde hay abierta una gran polémica ante la venta, la percepción no sea precisamente esa.

La maltrecha economía del gobierno portugués busca rentabilizar lo que considera un regalo que le cayó del cielo junto a la losa del crash financiero en 2008. La colección de mirós era propiedad del Banco Portugués de Negocios (BNP), que tras su quiebra fue nacionalizado y después vendido al Banco BIC Portugués. La factura le salió al erario público por 1800 millones de euros.

Desde entonces la colección ha permanecido en almacenes, que también ha pagado el contribuyente. Hace un año se anunció que se vendería y hace un mes se supo que ya había fecha para su subasta. Fue entonces cuando los portugueses se alzaron en armas.

Se trata de una expoliación del patrimonio nacional que pertenece a todos los portugueses

El galerista Carlos Cabral Nunes organizó una recogida de firmas online contra la venta de lo que se considera "una expoliación del patrimonio nacional que pertenece a todos los portugueses, recientemente llamados a pagar la factura de BNP".

Cabral Nunes llevó su preocupación hasta el parlamento portugués, donde el partido socialista y el comunista han votado dos resoluciones en contra de una transacción que califican de "dañina e irreversible".

No hay dinero

Sin embargo desde el gobierno se ha contestado a las protestas escuetamente: "La adquisición de la colección Miró no es considerada una prioridad en el actual contexto de organización de colecciones del estado" ha dicho el secretario de Estado de cultura Jorge Barreto, una declaración que ha sorprendido: la colección ya es suya, no hay que gastarse un euro en adquirirla.

Desde la casa de subastas tratan de quitarle hierro al asunto: "El gobierno portugués está haciendo lo que considera más conveniente para sus ciudadanos. Además, si se va a vender una colección pública no hay modo mejor de hacerlo que en una subasta transparente. Es lo más responsable", afirma Camu.

Quienes se oponen a la venta también demandan una valoración "real" de la colección, que en 2008 se tasó entre 80 y 150 millones de euros, más del triple de lo que ahora dice Christie’s.

"Aquello fue una valoración que se hizo hace años para una aseguradora, que es muy diferente al valor frente al mercado. Nosotros le hemos dado una valoración que no es agresiva, normal en el lenguaje de las subastas aunque eso no significa que no pueda haber gratas sorpresas" asegura Camu.

"La subasta ha despertado muchísimo interés. Y al abarcar siete décadas de trabajo atrae tanto al coleccionista de arte moderno como al de arte contemporáneo. Hay lienzos de Miró de grandes dimensiones como Painting (1953), que pueden resistir perfectamente en un salón frente a un De Kooning, algo que no ocurre con todos los artistas", explica este experto.

Ante la pregunta de si el gobierno español ha mostrado algún interés por la colección, Camu contesta con una mezcla de diplomacia y contundencia: "No creo que en estos momentos exista un país europeo alrededor del mediterráneo con dinero para comprar arte. Y tampoco sus museos”.

Ahora los bancos son cada vez más pequeños y ya no están interesados en hacer crecer sus colecciones

Ni siquiera los bancos, hasta hace pocos años importantes coleccionistas de arte, parecen acercarse ya a las subastas para comprar. "Eso es parte del pasado. Ahora los bancos son cada vez más pequeños y ya no están interesados en hacer crecer sus colecciones", dice Camu.

Eso sí, suelen vender las obras que les quitan a sus propios clientes. "Los bancos reciben muchas obras de arte como garantía en préstamos e hipotecas. Cuando el cliente no puede pagar, las obras se las queda el banco pero por poco tiempo. Suelen venderlas".

Los que ganan con la crisis

¿Podría decirse entonces que las casas de subastas son las grandes beneficiadas de las crisis? Camu se resiste a reconocer que la situación actual sea algo fuera de lo normal, aunque reconoce lo inusual del caso de Detroit, una ciudad que se ha declarado en bancarrota y que, presionada por sus acreedores, los bancos, contempla la posibilidad de vender la colección de arte del Detroit Institute of Arts, en la que hay más de 60.000 obras.

Christie’s ha sido invitada a hacer un inventario y valoración de cerca de 3000 obras: si se llegaran a vender probablemente sería uno de los mayores expolios patrimoniales legales de la historia, puesto que, valorando por lo bajo, Christie’s le ha puesto precio a Caravaggios, Rembrandt, Van Goghs, Picassos.. en total unos 650 millones de euros, pero los expertos coinciden en que en la colección hay obras que no tienen precio.

La situación es tan extrema que ha provocado algo aún más sorprendente: un grupo de millonarios se ha ofrecido a pagar parte de las deudas de Detroit de su bolsillo para salvar la colección. En Portugal en cambio, nadie ha levantado la mano para evitar la subasta de los mirós. "Ya no hay marcha atrás", confirma Camu.

Portugal vende sus miró. No todos pero sí la mayoría, 85 para ser exactos, una colección que la casa de subastas Christie’s considera el mayor acopio de obras del artista mallorquín que jamás haya llegado al mercado de golpe. Las pone a la venta el gobierno de Portugal pero en el mundo de la cultura de ese país se habla de "expolio patrimonial". La subasta se celebrará en Londres los próximos 4 y 5 de febrero, frente a la flor y nata del coleccionismo internacional, que acudirá a la capital británica a la llamada de lo que, a juzgar por las cifras que se manejan, sigue siendo la única inversión segura de la actualidad: arte con pedigrí.

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