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Cómo cargarse el cine en España en cuatro sencillos pasos
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del recorte de la subvención a la subida del iva

Cómo cargarse el cine en España en cuatro sencillos pasos

Hacienda se hace de oro con las entradas de cine. Cómo el Gobierno asfixió a la industria en 2013 con una combinación de medidas económicas y políticas

Foto: Wert y Montoro en el Congreso (EFE)
Wert y Montoro en el Congreso (EFE)

Origen, desarrollo y culminación de un chiste. PP y PSOE aprobaron en 2007 una Ley del Cine que incluía el siguiente compromiso económico: subir cada año el Fondo de Ayuda a la Cinematografía hasta superar los 100 millones de euros en 2013. El BOE lo tituló así: "LEY 55/2007, de 28 de diciembre, del Cine". Por raro que parezca, la palabra clave no era ni "ley" ni "cine" sino "28 de diciembre": subir las ayudas al cine hasta dicha cantidad resultó ser una inocentada. Un gran bromazo cultural. En efecto, llegó 2013 y el presupuesto bajó hasta los 39,1 millones. Bienvenidos a 2013, cuando el Gobierno decidió llevar hasta el final la broma de acabar con el cine en España en cuatro sencillos pasos.

1) Liquidar las subvenciones

Involución del Fondo de Ayuda a la Cinematografía: 89,3 millones de euros (2010), 76 millones (2011), 49 millones (2012), 39,1 millones (2013) y 33,7 millones (2014). Una imparable cuenta atrás que el ministerio de Cultura no llama liquidación, sino "modelo mixto": las deducciones fiscales a la producción deberán complementar a las subvenciones. Los incentivos fiscales, que pasarán del 18% al 30%, se aprobarán, en principio, en unas semanas. Y luego ya veremos. Porque el gran problema del cambio de modelo de financiación no son los retrasos, ni siquiera que nadie sepa a ciencia cierta si va a funcionar o no, sino que las apelaciones a la iniciativa privada suenan a argucia gubernamental para sellar para siempre el grifo del dinero público. Es como si la casa del cine español tuviera goteras y el Gobierno hubiera decidido acabar con ellas volando el edificio. Sólo así se entiende el siguiente punto:

2) No pagar las deudas

Si recortar las subvenciones tras anunciar que se subirían parece un chiste, qué decir de la segunda parte de la historia: no pagar las ayudas concedidas en años anteriores. El Estado debe ahora mismo 61 millones de euros en ayudas a películas estrenadas desde 2011. El dinero debería salir del Fondo de Ayuda a la Cinematografía, pero el hachazo que ha sufrido (33,7 millones de euros para 2014) no da siquiera para pagar una parte de la deuda de los años anteriores. Tras las quejas de los productores y en medio de un enfrentamiento creciente entre el Gobierno y el cine, los ministros de Cultura, José Ignacio Wert, y Hacienda, Cristóbal Montoro, decidieron rebajar la tensión el pasado 9 de octubre al comprometerse a pagar la deuda "pronto". De momento, no lo han hecho. Es posible que lo hagan, sí, pero también es posible que no: a finales de 2012, Wert ya se comprometió a liquidar dicha deuda con una partida extraordinaria... que nunca llegó.

3) Freír a impuestos

Se ha hablado tanto de la subida del IVA cultural del 8% al 21% que la cifra casi ha dejado de tener sentido. Hasta que uno la convierte en dinero y se produce el shock: Hacienda se llevará 86,8 millones de euros de las entradas de cine en 2013. ¿Es mucho o es poco? Pues es, ni más ni menos, la cantidad más alta obtenida nunca por Hacienda. Exactamente 48,2 millones más en un año que si el IVA hubiera permanecido al 8%.

Justo cuando los cines españoles han recaudado su cifra más baja en un cuarto de siglo, decenas de salas han cerrado por falta de dinero para digitalizar y los espectadores se han quedado en casa debido al alto precio de unas entradas afectadas por el IVA (las colas de la Fiesta del Cine demostraron que hay futuro para un cine más barato).

En efecto, la subida de dicho impuesto ha activado el siguiente mecanismo: cuanto menos dinero factura el cine, más dinero se lleva Hacienda. Es la traca final del bromazo. El fin de la relación entre el cine y los recursos públicos. Todo un cambio de paradigma cultural. El cine ha pasado de industria subvencionada por el Estado a industria que subvenciona al Estado, una evolución reflejada en el siguiente gráfico:

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4) Difama, que algo queda

Estos números tienen también una lectura política. En 2013 se cumplieron diez años de la controvertida gala del "no a la Guerra" en los Goya. Una década de artículos de prensa y declaraciones políticas inflamadas contra la farándula cultural. La idea del cine español como nido de pedigüeños ha calado tanto que nada, ni siquiera gráficos como el anterior, que muestra cómo Hacienda recauda ahora más del doble de lo que Cultura gasta en cine, puede con ella.

Aunque en las últimas semanas ha matizado su discurso, los exabruptos de Cristóbal Montoro contra el cine español han marcado el curso cultural. 2013 pasará a la historia como el año en el que Montoro asaltó el Ministerio de Cultura, convirtió a Wert en el chico de las fotocopias y dinamitó el sistema de subvenciones. La culminación del gran bromazo. Unos se partirán de risa con el chiste y otros se llevarán las manos a la cabeza. Es lo que tiene el humor, que depende de la subjetividad de cada cual. Y si es humor político, ya ni digamos.

Origen, desarrollo y culminación de un chiste. PP y PSOE aprobaron en 2007 una Ley del Cine que incluía el siguiente compromiso económico: subir cada año el Fondo de Ayuda a la Cinematografía hasta superar los 100 millones de euros en 2013. El BOE lo tituló así: "LEY 55/2007, de 28 de diciembre, del Cine". Por raro que parezca, la palabra clave no era ni "ley" ni "cine" sino "28 de diciembre": subir las ayudas al cine hasta dicha cantidad resultó ser una inocentada. Un gran bromazo cultural. En efecto, llegó 2013 y el presupuesto bajó hasta los 39,1 millones. Bienvenidos a 2013, cuando el Gobierno decidió llevar hasta el final la broma de acabar con el cine en España en cuatro sencillos pasos.

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