“El teatro tiene que ser un bien público, no como el agua, pero sí como un buen zumo”

¡No! El juez de silla canta la pelota fuera y el marcador se sitúa en 30/40. Un resultado complicado, a un punto de la derrota, pero también sólo a uno de igualar y poder ganar el partido. El teatro en España se encuentra jugando un encuentro similar, a punto de perder el juego y el set por culpa de los recortes y el IVA al 21%. A pesar de todo ello Sergi López y Jorge Picó, que han presentado hoy en el Teatro de la Abadía de Madrid su obra 30/40 Livingstone, se han mostrado optimistas, “podemos remontar” han confesado a El Confidencial.

A pesar de la esperanza de que la situación mejore ambos saben que el momento actual es duro, y que las últimas medidas no ayudan a mejorar. Como comenta López “La cultura está sufriendo un ataque de demagogia brutal y frontal. Están ligándola constantemente con las subvenciones, cuando lo más subvencionado de este país son los bancos, las eléctricas, las empresas de automóviles… ¿Por qué entonces la cultura no? En España se asocia el arte con un solo color, un solo lado”.

Esta opinión es refrendada por su compañero en las tablas y junto al que ha escrito y dirigido la obra “Ahora mismo hay demasiada economía, somos el ‘Homo Economicus’, parece que el trabajo sea lo primero, pero también tiene que haber una idea de ocio y tiempo libre sin el que la cultura lo tiene muy complicado en este entramado. El teatro es un bien público, no como el agua, pero sí como un buen zumo”.

Su obra, que cuenta el encuentro de un hombre en constante huida con un ciervo que le hará descubrirse a sí mismo (con un partido de tenis en medio de la selva como telón de fondo), no duda en mezclar el humor gestual e incluso absurdo con la crítica social “Es que es imposible no hacerla, aunque habláramos sobre dos camareros algo tendrá que ver con el dolor de la gente y lo que está pasando. Además nos hemos dado cuenta de que el humor es un arma brutal. Puedes hablar de la corrupción y de temas tabú” opina Sergi López.

Por ello Jorge Picó es de la opinión de que el teatro sirve para crear un conflicto necesario para provocar un cambio social. Aunque se muestra humilde al atribuir esa característica a 30/40 Livingstone “Eso sería otorgarnos demasiados galones. Nosotros recogemos un momento existente y el sentir de una gente que está diciendo ¡No! Y hay que dar una respuesta, pero tiene que ser colectiva y creativa. Nosotros le decimos al público que el humor es una forma de resistencia. Hay obras más políticas, pero nosotros lo hacemos con la humildad de los payasos”.

Humor, tenis y antropología

A pesar de llevar casi dos años interpretando la obra, Sergi López y Jorge Picó se encuentran con la ilusión del primer día, ya que siempre van mejorando e improvisando cosas. Además es la primera vez que 30/40 Livingstone se representará en un teatro de Madrid. Por ello ambos se muestran nerviosos, una sensación que ni la experiencia quita y que califican como necesaria “Siempre antes de empezar la función te preguntas, para qué te lías con lo bien que estarías en el bar o en el patio de butacas” añade con ironía un Sergi López que en la entrevista, como en la obra, lleva la voz cantante de este dúo creativo.

Ambos se conocieron durante su formación en la prestigiosa escuela de interpretación de París de Jacques Lecoq, pero no fue hasta 2005 cuando coincidieron en un escenario. Fue en Non solum, un monólogo interpretado por López y dirigido por Picó que supuso el inicio de lo que promete ser una relación larga y fructífera “Somos una pareja de hecho un poco hippie, podemos ir con otras pero nos entendemos” como lo define el actor de El laberinto del fauno.

En esta ocasión los dos han participado en el proceso creativo desde el primer momento, ya que ambos han escrito y dirigido este montaje que supone una metáfora de la necesidad de acercarse a la otra persona para conocerse a uno mismo. Para ello han decidido no basarse sólo en la palabra, sino dar prioridad al gesto, al movimiento, algo que entronca su obra con el clown y la mímica “es que somos muy payasos, a las tres frases que escribimosya hay algo de humor” asegura Sergi López. Esta comicidad física funciona entre el espectador, que ríe, se involucra e incluso participa durante los noventa minutos de función que, según Jorge Picó, es como si fuera un pequeñoteatro de marionetas.