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“El Quijote transforma la realidad”
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Elena Poniatowska, premio cervantes 2013

“El Quijote transforma la realidad”

“DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DlA-LO-GO-DI”. Es el coro de la manifestación del 13 de agosto. No es el único grito que se escucha en la calle. “¡NO QUEREMOS OLIMPIADA! ¡QUEREMOS

Foto: Poniatowska galardonada con el Premio Cervantes. (Efe)
Poniatowska galardonada con el Premio Cervantes. (Efe)

“DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DlA-LO-GO-DI”. Es el coro de la manifestación del 13 de agosto. No es el único grito que se escucha en la calle. “¡NO QUEREMOS OLIMPIADA! ¡QUEREMOS REVOLUCIÓN!”. Otra exhortación estudiantil. “SOLDADO, NO DISPARES, TU TAMBIÉN ERES EL PUEBLO”, se lee en una manta que acompaña a la marcha. “ESTOS SON LOS AGITADORES: IGNORANCIA, HAMBRE Y MI SERIA”, en otra manta. “Amo el amor”, en un botón hippie encontrado en la Plaza de las Tres Culturas. “La sangre de mi hija se fue en los zapatos de todos los muchachos que corrían por la plaza”, dijo Dolores Verdugo de Solís, madre de familia.

Elena Poniatowska hizo todo lo que debía hacer para que el dos de octubre de 1968 no se olvidase: mirar, escuchar y escribir. El testimonio se fraguó en La noche de Tlatelolco (1971), un libro que ya ha debido de superar las sesenta ediciones, pero no ha sido desbancado de los hitos del periodismo literario más descarnado, oral, coloquial, directo, en el que la autora recorta los estados de ánimo, los gritos, los silencios y los gestos, la marcha de los estudiantes contra el Gobierno y la salvaje represión de este.

Poniatowska rima con periodismo, México y compromiso. Es la creadora de las nuevas maneras periodísticas, que nunca renunciaron al telón social como punto de vista ni a las fórmulas literarias como recurso. Según el jurado del Premio Cervantes –el Nobel de la literatura en español– es “una de las voces más poderosas de la literatura en español en estos días”.

¿Qué versión tiene del Quijote? “Es un gran humanista y filósofo”. ¿Cervantes o su personaje? “Ambos. Todo el tiempo nos da lecciones para querer y saber que las cosas que vemos, los molinos de viento, pueden ser otra cosa. La lectura del Quijote es la mejor herramienta para transformar la realidad. Es el mejor transformador de la realidad. Incluso es un libro científico, porque se adelanta a la ciencia: reinventa y descubre y nos hace ver algo nuevo siempre en lo que creíamos común”, explicó a El Confidencial la recién galardonada, adscrita a la llamada "generación del medio siglo", junto conCarlos Fuentes, Salvador Elizondo, Carlos Monsiváis o Inés Arredondo.

El premio, dotado con 125.000 euros, le ha sido concedido por su “brillante” trayectoria literaria y una dedicación “ejemplar” al periodismo, desde “un firme compromiso con la historia contemporánea”. Desde 1954, año en el que entra a trabajar en su primera redacción (el Excelsior) y su primera novela (Likus Kikus), ha sido fiel a la línea de intervención literaria a partir de la defensa de los más vulnerables y sus Derechos Humanos Fundamentales.

Derecho a reunirse libremente

El pasado septiembre, miles de maestros se manifestaban en las calles de la ciudad de México en contra de la reforma educativa impulsada por el Gobierno. Elena Poniatowska animaba a la gente a salir a las calles. “Es muy importante que la gente se manifieste, salir a la calle, decir, hablar, estorbarle al Gobierno”, explicó la autora en Nueva York. El punto de partida de El tren pasa primero (2006) es la huelga que los sindicatos de los obreros del ferrocarril organizaron en 1959, que logró paralizar todo el país y tener en vilo al Gobierno corrupto del PRI. Elena estuvo allí como periodista y, con el tiempo, la memoria y la hemeroteca retomó los acontecimientos, salpicados de ficción. Vía telefónica, la escritora reconoce a este periódico que “a pesar de que las manifestaciones causen disturbios, no se puede prohibir que la gente se manifieste, porque todo el mundo tiene derecho a hacerlo”.

Derecho a la educación

El universo o nada es el título de la última novela de la escritora, publicada ya en México, que aparecerá el próximo marzo en España, en Seix Barral. Es la historia de Guillermo Haro (1913-1988), un filósofo, un astrónomo, investigador y académico, un revolucionario, el esposo de Poniatowska. La biografía es un homenaje a las personas que se vuelcan en su comunidad para favorecerla y hacerla crecer. Su obra avanza por el idealismo, el sacrificio y la solidaridad, contra la capacidad corruptiva del poder y la explotación de los desvalidos. Una biografía que encierra la historia de México del siglo XX y una defensa a la educación y la ciencia. “Muchas veces pensamos que no debemos hacer nuestra propia ciencia, que es mejor traerla de otras naciones y dejar que crucen las fronteras mexicanas. Creemos que, por estar al lado del país más adelantado del mundo, sale más barato importarlo todo de allá, pero eso es una idea falsa”, explicaba la autora en la presentación del libro hace unas semanas.

Derecho a la libertad de expresión

“Perder el miedo a escribir, es perder el miedo a expresarse y expresarse es un acto de libertad, es liberarse a uno mismo y también, liberar al que te está oyendo y leyendo”, dice la escritora. Esa libertad es la que encuentra en el Quijote, obra que tendrá que ensalzar en su discurso del 23 de abril al recoger el premio. “Aprendí algo que no ejerzo, a ser muy libre, a ver que se puede decir casi todo. Y a no tener miedo al ridículo. El Quijote está ahí siempre, enseñando sus miserias. Sancho quiere taparlas, pero no puede. Es una lección de lenguaje y también una lección de cómo ser la mejor gente posible sobre la Tierra”.

Derecho a la libertad de decidir

Se queja de la corrupción. Es muy crítica con el uso del poder que utiliza al país para enriquecerse. Propone la reducción de los cargos políticos en las cámaras, la rebaja de sus sueldos; la decepción la golpeó cuando tras felicitarse por la caída del poder infinito del PRI llegaron las nuevas formas de gobierno. “Cambiaron las siglas y los colores, de PRI pasamos a PAN, pero los políticos siguieron saqueando a los más necesitados”, explica a este periódico vía telefónica. Amanecer en el Zócalo: los 50 días que enfrentaron a México (2007) es la crónica que narra la resistencia civil que se plantó en el año 2006 en las calles del centro histórico de México DF, una historia de la acción relatada desde el interior y apasionada. Incluso en La herida de Paulina: crónica del embarazo de una niña violada, podemos leer la denuncia de la prohibición de los anticonceptivos y el derecho al aborto.

Derecho a la autodeterminación de los pueblos

“México es un país en el que pensamos que somos los condenados de la Tierra, que nunca vamos a salir adelante. Además, en este país no tomamos en cuenta los Derechos Humanos Fundamentales de los indígenas. Por eso no han tenido los mismos privilegios que los blancos”, ha explicado por teléfono Poniatowska, que ha ejercido en su labor la protección y fomento de las lenguas autóctonas como reconocimiento a la identidad de un pueblo. “Ojalá en México se conservaran las lenguas indígenas”, enfatiza en relación a las que se conservan en España. Elena apoya abiertamente el reconocimiento de los derechos culturales de los indígenas.

“DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DIA-LO-GO-DIÁ-LO-GO-DlA-LO-GO-DI”. Es el coro de la manifestación del 13 de agosto. No es el único grito que se escucha en la calle. “¡NO QUEREMOS OLIMPIADA! ¡QUEREMOS REVOLUCIÓN!”. Otra exhortación estudiantil. “SOLDADO, NO DISPARES, TU TAMBIÉN ERES EL PUEBLO”, se lee en una manta que acompaña a la marcha. “ESTOS SON LOS AGITADORES: IGNORANCIA, HAMBRE Y MI SERIA”, en otra manta. “Amo el amor”, en un botón hippie encontrado en la Plaza de las Tres Culturas. “La sangre de mi hija se fue en los zapatos de todos los muchachos que corrían por la plaza”, dijo Dolores Verdugo de Solís, madre de familia.