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Llega el 4D, el nuevo fiasco del cine
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las salas de japón experimentan con este formato

Llega el 4D, el nuevo fiasco del cine

Niebla, lluvia, olores, vibración del asiento... cualquier cosa es posible con este nuevo formato que pretende romper la taquilla en la industria nipona del séptimo arte

Foto: Feria internacional de la electrónica de consumo (EFE)
Feria internacional de la electrónica de consumo (EFE)

El cine ha visto, desde su nacimiento, como a lo largo de los años se iban incorporando a su lenguaje las innovaciones tecnológicas que se producían a su alrededor. Algunas de ellas supusieron un punto de inflexión en la historia del séptimo arte, como la llegada del sonido en 1927 con la proyección de El Cantor de Jazz, y posteriormente la irrupción del color (aunque en la época muda ya se habían dirigido películas en Technicolor como The toll of the sea).

A partir de ese momento, la forma de los directores de contar una historia cambia radicalmente y comienzan a usarse los nuevos recursos de forma narrativa. Eso es lo que casi 80 años después intentó conseguir la introducción de la tercera dimensión en las salas, el famoso 3D. Filmes como Avatar, La vida de Pi o Gravity han utilizado esta nueva tecnología inmersiva como un elemento más del filme y han intentado que este supusiera un antes y un después.

En pleno debate sobre si las tres dimensiones aportan algo al cine o son sólo un sacacuartos para el espectador (ya se sabe, suplemento por la proyección y aparte las gafas) en Japón ya ha comenzado el funeral por el 3D. Antes de enterrarlo ya le habían encontrado sustituto… ¡El 4D!

Aunque realmente la cuarta dimensión sea el tiempo, en el cine las cosas siguen otras leyes y aquí se trata de elementos físicos (viento, lluvia) e interactivos que hacen que la experiencia del espectador sea más intensa. Hasta este momento este invento se había limitado a las ferias y parques temáticos, pero los nipones ya han comenzado a producir y estrenar películas comerciales en este formato.

Cartel de Sadako 3D2 Suma 4D  El último ejemplo ha ocurrido con Los excéntricos misterios de Madam Marmalade. Antes de la proyección, el público recibe un cuestionario que debe rellenar tratando de resolver los enigmas que se plantean en el filme. Antes de que termine la proyección han de entregarlo, y los ganadores aparecerán en los créditos de la secuela que se estrenará a finales de este mes.

Anteriormente se estrenó otro título: Sadako 3D2 Suma 4D, en el que el espectador tenía que haber descargado una aplicación en su móvil para poder acudir a la proyección. Antes de que comenzara encendían sus smartphones y el teléfono comenzaba a emitir sonidos y luces durante la película con el fin de aumentar la sensación de terror.

A pesar de que el desarrollo que el 4D está adquiriendo en Japón no se conocía hasta ahora, sí que existían varios antecedentes de salas comerciales que habían experimentado con esta tecnología. En 2009, en Corea del Sur se comenzó a proyectar en una sala de 88 butacas películas en este formato. Comenzaron con Viaje al centro de la tierra, y posteriormente la empresa encargada abrió otras tres salas.

En EEUU también han probado suerte con la nueva dimensión y en 2010 se reestrenó Pesadilla antes de Navidad en este formato en el cine El Capital, en Los Ángeles. Sin embargo, Hollywood no ha apostado por esta tecnología, y más cuando todavía no se sabe si el 3D conseguirá aguantar en el mercado. En Sudamérica también han realizado experimentos en México y Chile (este 2013 con la película Los Pitufos 2), sin que se consiga extender en ningún país.

Parece que Japón es, por ahora, el único mercado en el que interesa vivir la experiencia cinematográfica sintiendo la niebla del paisaje, la vibración del coche en el que viaja el protagonista, o incluso oliendo los aromas que se apreciarían en la escena.

¿Y qué pasa en España?

La precaria situación de las salas de cine en nuestro país hace que sea difícil la irrupción de este formato. Además, de momento ningún mercado similar al nuestro ha decidido apostar por el 4D, como destaca Borja de Benito Porto, Responsable de Comunicación y Marketing de la Federación de Cines de España (FECE), que cree casi imposible que la nueva dimensión triunfe aquí “Son dos mercados opuestos, no tiene nada que ver uno con otro y que haya funcionado allí no quiere decir que aquí lo vaya a hacer. Además en Europa ni siquiera se han hecho pruebas todavía”.

placeholder Imagen promocional de Sadako 3D2 Suma 4D

El auge de la película de James Cameron produjo un efecto rebote por el que todo filme se tenía que convertir al 3D para aprovechar el boom creado y el extra del precio, pero la burbuja explotó pronto. La mayoría de títulos ofrecían una calidad del formato bastante negativa que produjo un rechazo en el público. El argumento es claro, cualquier innovación en el cine tiene que estar justificada dentro de la historia si no la gente deja de acudir, como opina el Responsable de Marketing y Comunicación de FECE “La gente sabe diferenciar, cuando algo merece la pena responden, por ejemplo El Hobbit introdujo los 48 frames por segundo y la gente respondió, pero en esa película como evento”.

Lo que parece claro es que para que el espectador entre por el aro tiene que venir alguien de mucho peso en Hollywood que diga que el 4D puede revolucionar el cine. ¿O es que si James Cameron preparara Avatar 2 con olores, sensaciones y vibración la gente no acudiría a ver lo que ha conseguido?

El cine ha visto, desde su nacimiento, como a lo largo de los años se iban incorporando a su lenguaje las innovaciones tecnológicas que se producían a su alrededor. Algunas de ellas supusieron un punto de inflexión en la historia del séptimo arte, como la llegada del sonido en 1927 con la proyección de El Cantor de Jazz, y posteriormente la irrupción del color (aunque en la época muda ya se habían dirigido películas en Technicolor como The toll of the sea).

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