Robert Rodriguez no saca punta a su nuevo 'Machete'

Desde la Revolución Francesano se jaleaban tanto las decapitaciones como en el Festival de Sitges. En Machete Kills se rebanan muchas cabezas, unas pocas más que cameos de famosos hay en la película. RobertRodriguez sirve la segunda entrega de las aventuras de Machete, ese héroe de acción mexicano con el rostro de ex presidiario de Danny Trejo nacido como uno de los falsos tráilers de Grindhouse, el homenaje a los programas dobles de cine de barrio que se marcaron Rodriguez y Quentin Tarantino en 2007. Machete Kills arranca con el ex agente federal viendo como matan a su novia de la primera entrega (Jessica Alba) en una operación contra un cártel de droga. Al vengador impecable le acaba contratando el mismísimo presidente de los EEUU(Charlie Sheen) para que les ayude en la lucha contra un mafioso mexicano. Además, le otorga la ciudadanía estadounidense, lo que sin duda resta gracia a un personaje cuyo encantoresidía en parte en ser uninmigrante ilegal en EEUU. La película conserva ese punto de reivindicación chicana característica del cine de Rodriguez, pero más diluida que en otros filmes. A pesar de las críticas a las políticas de inmigración, Machete acaba abogando por colaborar con las máximas autoridades del país.

Del surtido de cameos destacan los de Antonio Banderas como americano que pretenden no saber hablar bien el español y el de Lady Gaga como... Lady Gaga en cualquiera de sus videoclips

Machete Kills tampoco soluciona la paradoja de ser un homenaje a la serie B con factura de serie A. Rodriguez despliega todos los elementos que admiraba del grindhouse: héroes testosterónicos de pocas palabras y cara de granito, violencia juguetona, chicas guerreras, villanos locos... pero no consigue insuflar al filme el encanto de las originales. Ni tiene la capacidad de Quentin Tarantino para apropiarse de los referentes a los que pretende homenajear y ofrecer algo totalmente nuevo. Machete Kills por momentos parece una parodia involuntaria de las películas de James Bond donde el agente secreto británico ha sido sustituido por un guerrero mexicano. Hay un abundante despliegue de gadgets armamentísticos, con premio para la pezonera-ametralladora de la prostituta que encarna Sofia Vergara (la Gloria de la sitcom Modern Family). El malvado que encarna Mel Gibson presenta la típica obsesión con acabar con el planeta. Y el desfile de chicas espectaculares con pistola, desde la que va vestida de participante de un concurso de belleza hasta ese grupo de prostitutas guerreras que parecen escapadas de Sin City, es interminable. Además, el cineasta invita a muchos de sus amigos y colegas a que aparezcan brevemente en el filme. Del surtido de cameos destacan los de Antonio Banderas como americano que pretenden no saber hablar bien el español y el de Lady Gaga como... Lady Gaga en cualquiera de sus videoclips. Aunque Machete Kills demuestra que el personaje ya agotaba todo su potencial en el primer tráiler, Rodriguez apunta a posible nueva secuela. Próximamente... Machete en el espacio.

Recuperando Passion

La película que inauguró esta edición del Festival de Sitges, Gran Piano de Eugenio Mira, dejaba clara la influencia de Brian De Palma no solo en este cineasta en particular sino en varias generaciones de aficionados al género. Este reconocimiento, sin embargo, no ha resultado suficiente para que en nuestro país se haya estrenado su última película, Passion, que data del año pasado. El Festival de Sitges la ha recuperado en la sección Seven Chances programada en colaboración con la asociación catalana de críticos de cine y dedicadaa rescatar títulos de calidad, no necesariamente de cine fantástico, menospreciados por la exhibición convencional. La proyección contó además con la presencia de Pino Donaggio, ese artista que empezó como uno de los nombres más populares de la canción melódica italiana y, después de firmar la banda sonora de Don't Look Now de Nicolas Roeg, se ha convertido en una de las referencias de la música del cine de terror, sobre todo por sus colaboraciones con el director de Carrie. Donaggio agradeció el premio de honor La máquina del temps que le concedió el festival arrancándose a cantar unas estrofas de uno de sus temas más famosos.

Passion nos devuelve al mejor De Palma, aquel que retuerce las estructuras convencionales del thriller para ofrecer un juego pesadillesco de cajas chinas, de personajes y situaciones que se replican. La película se ambienta en la jungla de las altas esferas de una empresa dirigida por una femme fatale propia del siglo XXI: su desinhibición sexual va pareja a su ambición y absoluta falta de escrúpulos en el mundo del trabajo. Su principal víctima es su mano derecha, otra mujer igual de ambiciosa pero más ingenua. La película deviene así un tratado sobre las dinámicas del poder tanto en el mundo laboral como en el sexual. Mientras que la primera parte avanza por caminos más bien convencionales, en su segunda mitad entra directamente en el terreno del sueño inescrutable y ofrece una de las mejores secuencias de la filmografía del director: un montaje paralelo en pantalla partida entre la representación de un ballet clásico y la antesala de un asesinato. Uno de esos momentos que diferencia al maestro de unos discípulos hábiles a la hora de emularle su virtuosismo pero incapaces de mostrar su valentía formal.