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“El Prado de Texas” compra el último retrato pintado por Goya
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el museo lo considera un precedente de manet

“El Prado de Texas” compra el último retrato pintado por Goya

El último retrato pintado por Goya ha ido a parar a Dallas, al Museo Meadows, y muy lejos de su lugar natural: Museo Nacional del Prado

Foto: Retrato de Mariano Goya, pintado en 1827 por Francisco de Goya.
Retrato de Mariano Goya, pintado en 1827 por Francisco de Goya.

Mariano Goya fue el nieto preferido del pintor. Le retrató hasta en tres ocasiones: en 1810, con cuatro años; en 1815, con nueve; y en 1827, con 21 años, siete meses antes de la muerte del artista. Probablemente sea el último de los retratos del artista, realizado en su último viaje a Madrid desde Burdeos, entre julio y septiembre de 1827. El cuadro pasó por Sotheby’s el pasado mes de enero, en la subasta del legado del magnate griego George Embiricos, fallecido en 2011. El retrato apareció con un precio estimado entre 4,4 millones de euros y 5,8 millones de euros, lideró la venta de pintura antigua del lote.

Pero nadie quiso al adolescente. La subasta devolvió a los almacenes al cuadro y Sotheby’s buscó un comprador privado para Mariano. El Estado español no se presentó en la subasta y dado el nuevo destino del cuadro, tampoco el Ministerio de Cultura luchó por quedárselo para El Prado, como ya hizo con anterioridad en El vino de la fiesta de San Martin, de Peter Brueghel, por el que se pagaron 7 millones de euros. El Museo Meadows de Dallas ha comunicado la compra del último retrato de Goya.

El museo ha dado a conocer, a bombo y platillo, el retrato que ha sido adquirido con los fondos de la Fundación Meadows y el “regalo” de la señora Eugene McDermott, en honor del cincuenta aniversario del museo. La pinacoteca ha anunciado que la obra se exhibirá a partir del 9 de octubre, después de pasar 40 años lejos de la luz pública. Según la dirección de la institución la adquisición marca un paso decisivo en la consecución del sueño de Algur H. Meadows (fundador del Museo y la Fundación) de “crear un pequeño Prado en Texas”. De hecho, “meadows” puede traducirse al castellano como “prado”.

No obstante, las relaciones entre el museo español y el norteamericano son inmejorables tras la exposición que el Meadows alquiló alPrado hace un año, sobre los retratos tempranos de la corte española. Hasta allí llegó, entre otros, el retrato de Felipe IV (de 1623) de Velázquez, como protagonista de la muestra Diego Velázquez: The Early Court Portraits.

Entre ambos museos también existen acuerdos de colaboración de investigación y becas remuneradas para estudiantes. En 2010 también viajó a Dallas Pentecostés, la obra que pintó El Greco y propiedad del Prado. A nadie se le escapa el potencial de un Estado dedicado a la extracción petrolífera y dado el balance de las cuentas del museo español, no es extraño que los vaqueros disfruten en brevede una muestra dedicada a Goya.

Precedente de Manet

El museo ha comunicado su orgullo señalando el cuadro como precedente del impresionismo: “La imagen de Mariano posee una cualidad etérea que suaviza los rasgos y sugerencias en el profundo amor de Goya por su nieto. Este retrato representa la transición entre la tradición y la modernidad. Pintado cinco años del nacimiento de Édouard Manet, una figura clave en la transición del realismo al impresionismo. El retrato de Mariano anticipa muchas de las características de la modernidad, como la calidad pictórica de las pinceladas, la técnica, la capacidad para representar la psicología del niño”, ha explicado Gerald Turner, presidente de la Southern Methodist University.

Para la dirección del Meadows es “difícil encontrar un mejor ejemplo de este cambio” y ven la pieza como una “obra fundamental para entender la transición entre los maestros antiguos y la pintura moderna”. Por todo, se adelantan a señalarla como una obra clave de su la colección.Linda Perryman, directora general de la Fundación, añadió que la obra “refuerza el papel del museo como una de las instituciones líderes del arte español en los EEUU”. La institución cuenta con otras cinco obras de Goya y ha duplicado sus fondos desde la muerte del fundador, en 1978.

Goya, pintor de niños

Mariano Goya (1806-1874) era hijo de Javier Goya y Gumersinda Goicoechea. De los tres retratos que el abuelo Goya hizo de su nieto ninguno se conserva en El Prado: el más viejo se halla en la colección del Marqués de Larios y el segundo en la colección Alburquerque, en Madrid. En el cuadro del Meadows se puede leer en su reverso: “Goya á su / nieto en 1827 / á/ los 81 de su / edad”.

Este texto fue transcrito por el historiador Diego Angulo, en 1948, quien recuerda que a Goya le gustaba poner la edad como un “alarde de sus muchos años, típico de esta última etapa del pintor”. Además, el investigador comentaba que “Goya, pintor de niños como pocos, al retratar a su nieto escala grados de ternura y de belleza admirables”.

Lamentablemente, a pesar de que el gusto de Goya por el retrato infantil ha sido apreciado y ponderado por muchos otros historiadores, la actual voz soberana sobre Goya en el Museo Nacional del Prado, Manuela Mena, desestima como mano del maestro el anterior retrato realizado a su nieto. Ahora, el ágil retrato se ha ido a vivir lejos de su casa.

Mariano Goya fue el nieto preferido del pintor. Le retrató hasta en tres ocasiones: en 1810, con cuatro años; en 1815, con nueve; y en 1827, con 21 años, siete meses antes de la muerte del artista. Probablemente sea el último de los retratos del artista, realizado en su último viaje a Madrid desde Burdeos, entre julio y septiembre de 1827. El cuadro pasó por Sotheby’s el pasado mes de enero, en la subasta del legado del magnate griego George Embiricos, fallecido en 2011. El retrato apareció con un precio estimado entre 4,4 millones de euros y 5,8 millones de euros, lideró la venta de pintura antigua del lote.

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