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El Museo Británico se convierte en la casa de los horrores
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Los centros de arte mutan en salas de cine

El Museo Británico se convierte en la casa de los horrores

El centro de antigüedades abre sus puertas a los clásicos del cine de terror británico en un fin de semana desenfadado festejo gótico

Foto: Fotograma del filme del 'Drácula' de Fisher (1958)
Fotograma del filme del 'Drácula' de Fisher (1958)

No hay visitante del Museo Británico que no se quede boquiabierto ante lo esplendidode sus ruinas y lo colosal de sus templos. Es lo más parecido a transitaruna ruta antropológica sin salir de casa. El grado de verismo del museo puede entrar pronto en una nueva era cuando sus visitantes empiecen a cruzarse por sus pasillos con momias y vampiros. Quién sabe si el uniforme oficial de sus celadores será pronto el de Indiana Jones. Échenle la culpa al cine. El British Museum se convertirá a partir del jueves en la inesperada sede del Monster Weekend, el Fin de Semana de los Monstruos, evento inaugural del cicloGothic: The Dark Heart of film, repaso monumental a lahistoria del terror cinematográficoorganizado por el British Film Institute (BFI).

placeholder Fotograma del clásico de terror de Jacques Tourneur

El British proyectará al aire libre tres clásicos del cine de terror británico de los años cincuenta: La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957), Drácula (Terence Fisher, 1958) yLa momia (Terence Fisher, 1958). Las tres en relucientes versiones restauradas nunca vistas hasta ahora. Las tres en un entorno lúdico: no sólo se servirácomida y alcohol, sino que el British y el BFI animan a los espectadores a que asistanataviados con sus mejores galas góticas. Juzguen ustedes mismos si se trata de un genial experimento divulgativo, un hito de las relaciones cine/museos o un modo desesperado por atraer visitantes en época de recesión. Posiblemente un poco de todo.

Las cintas se proyectarán frente a la entrada principal del centro, el mayor museo de antigüedades del mundo, que alberga piezas trascendentales como la piedra Rosetta. Es la segunda colaboración entre el British y el BFI tras la exitosa proyección de Chantaje(Alfred Hitchcock, 1929) el pasado año.

Se trata de un nuevo ejemplo de la cada vez más estrecha relación entre el cine y los museos y centros culturales mundiales de referencia

Se trata de un nuevo ejemplo de la cada vez más estrecha relación entre el cine y los museos y centros culturales mundiales de referencia. Un vínculo que va desde las exposiciones monográficas dedicadas a directores como Stanley Kubrick (se vio este año en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles) y David Cronenberg (se verá en unos meses en el TIFFBell Lightbox de Toronto) a los ciclos de cine clásico (British), pasando por los estrenos de cine de autor contemporáneo (Museo Reina Sofía). Una alianza entre artes con múltiples significados. En el frente cultural, el cine, género popular por excelencia, da el salto a la Academia. En el frente económico, las películas encuentran nuevas salas y nuevos espectadores en mitad de la crisis; los museos, por su parte, aprovechan el tirón cinematográfico para aumentar sus visitantes locales (la presencia masiva de turistas ya está garantizada en el British sin necesidad de proyectarpelículas).

El ciclo de terror gótico del British, fundado en 1753, tiene también una lógica cultural y folclórica indudable. El museo, cuya colección de antigüedades egipcias es la envidia de medio mundo, ha sido una presencia habitualdel género de terror, como tema, personaje o lugar de trabajo de susprotagonistas, los típicos científicos que tratan de desentrañar un misterio, pero también como plató de rodaje, desde La noche del demonio, que se verá en el ciclo, hasta Tale of the Mummy (La sombra del faraón, Russell Mulcahy, 1998), recuperación contemporánea del mito de la momia viviente. La demoniaca Posesión (Neil LaBute 2002), protagonizada por Gwyneth Paltrow y Aaron Eckhart, también se rodó en parte en el museo.

Chantaje, el filme de Hitchcockque inauguró las proyecciones al aire libre del museo, también rodó allí su escena crucial: la de la persecución final, con la cúpula de la Sala de Lectura del British en todo su esplendor. Exactamente la misma sala en la que Bram Stoker se documentó para escribir Drácula (1897). Stoker era ese tipo que pedía a los bibliotecarios del British que le sacaran libros sobre las supersticiones de los campesinos de la Europa oriental, además de una ingente cantidad de textos y mapas sobre un lugar llamado Transilvania. Todo lo necesario para preparar su viaje (mental) a las ignotas tierras del conde Drácula. El British es, por tanto, un museo icónico del cine y la literatura de terror.

La próxima proyección de clásicos góticos no es la única innovación cinematográfica hecha por el British en los últimos meses. Su principal exposición de la temporada primavera-verano, Life and Death in Pompeii and Herculaueum, un recorrido histórico por la ciudad romana de Pompeya, vino acompañada de un curioso experimento: la retransmisión en streaming de la misma. El museo llegó a un acuerdo con tres cadenas de cine británicas (Vue, Odeon y Picurehouse) para proyectar en sus cines una visita guiada a la muestraen la que participaban, entre otros, Neil MacGreggor, director del British, Paul Roberts, comisario de la muestra y Bettany Jughes, historiador, convertidos en improvisados actores. La cinta se proyectó en directo el pasado 18 de junio en 41 cines, todos ellos repletos. O cómo transformar una exposición en película.

Una experiencia novedosa cuyo antecedente hay que buscarlo en 2011, cuando la National Gallery convirtió en documental su exposición sobre Leonardo da Vinci.

Pompeii, dirigida por el documentalista Phil Grabsky, se estrenaráen 1000 cines de todo el mundo este jueves. Grabsky prepara ahora una película sobre la exposición de Monet, que se inaugurará en septiembre en la Royal Academy. La cinta también se podrá ver en salas. En opinión de Grabsky, se trata de llevar las exposiciones a los hogares de aquellos que no pueden acercarse a Londres, pero también de experimentar con los límites de las exposiciones físicas. "No se trata de replicar a las galerías, sino de una experiencia que bascula entre la divulgación artística y el placer de ver obras de arte en la gran pantalla".

Otro curioso experimento de las posibilidades cinematográficas del arte tuvo lugar hace unos meses en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que convirtió en imágenes su exposición sobre Walter Benjamin, aunque en su caso no se trataba tanto de un documental sobre la muestra como de un elemento más de la misma.

No hay visitante del Museo Británico que no se quede boquiabierto ante lo esplendidode sus ruinas y lo colosal de sus templos. Es lo más parecido a transitaruna ruta antropológica sin salir de casa. El grado de verismo del museo puede entrar pronto en una nueva era cuando sus visitantes empiecen a cruzarse por sus pasillos con momias y vampiros. Quién sabe si el uniforme oficial de sus celadores será pronto el de Indiana Jones. Échenle la culpa al cine. El British Museum se convertirá a partir del jueves en la inesperada sede del Monster Weekend, el Fin de Semana de los Monstruos, evento inaugural del cicloGothic: The Dark Heart of film, repaso monumental a lahistoria del terror cinematográficoorganizado por el British Film Institute (BFI).

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