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Los ecologistas quieren crucificar a Christo
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el artista ve interrumpida su idea de forrar de plástico el río arkansas

Los ecologistas quieren crucificar a Christo

Después de dos décadas de luchas, peleas y papeleo no logra poner en marcha su proyecto de cubrir a lo largo de casi 25 kilómetros un río en Colorado (EEUU)

Foto: El artista búlgaro en su estudio, con los dibujos del proyecto a sus espaldas y una foto de su mujer Jeanne-Claude.
El artista búlgaro en su estudio, con los dibujos del proyecto a sus espaldas y una foto de su mujer Jeanne-Claude.

Nunca antes empaquetar un río fue tan difícil. Dos décadas después de luchas, peleas y desengaños, el Gobierno estadounidense concedía al artista búlgaro Christo en 2011 el deseo que culminaría una de las carreras más sonadas y polémicas de todos los tiempos: cubrir el río Arkansas, en Colorado, bajo una tela transparente (polipropileno) de casi diez kilómetros interrumpidos por los puentes y rocas del cañón de las Montañas Rocosas, en un tramo de más de 25 kilómetros. Casi 2.000 páginas de informe que analizaba el impacto medioambiental de Over the River, la obra de arte que pasó por el aro de la burocracia y convenció a los políticos… Pero no a los ecologistas.

Over the River tiene en contra a Rags Over the Arkansas River o Alfombras sobre el río Arkansas, que en su acrónimo suena a ROAR, es decir, rugido. Rugen los vecinos de dos condados, que no se dieron por vencidos cuando el Gobierno Federal dio la razón a Christo y a los 92 millones de euros que, según el departamento del interior, generarían para los habitantes los miles de visitantes que se desplazasen a ver el espectacular montaje.

Dibujo de Christo del proyecto 'Over the River'.El mes pasado los ROAR presentaron una versión modificada de la demanda original, alegando que los administradores de tierras habían subestimado los riesgos ambientales del curioso proyecto. Este grupo asegura que “tendrá un impacto significativo a corto y largo plazo sobre la vida silvestre en el cañón del río Arkansas”. Y lo que es peor, la llegada de los trabajadores y las maniobras provocarán el desplazamiento de su hábitat natural de la joya de este río de aguas bravas: el borrego cimarrón. Un duro hueso de roer; no para ROAR, para Christo.

Christo mueve el mundo

Rugido regresa a la corte federal y el sueño de Christo y Jeanne-Claude (su mujer, fallecida en 2009) vuelve a sufrir un parón importante, una vez las obras habían comenzado y cuyo final estaba programado para 2014. En los planes de la construcción (de 38 millones de euros pagados por el artista) se incluían la participación de más de 3.000 operarios, que perforarían más de 9.000 agujeros a lo largo de la orilla del río. “Este proyecto de arte es más parecido a una gran operación de extracción de mineral y la ley federal debe tratarlo como tal”, escribe en su comunicado el grupo.

Entre los problemas que detallan está la interrupción de la vida silvestre y la interferencia en su alimentación, reproducción, etc; la destrucción del medio ambiente; la imposibilidad de la policía, los bomberos y ambulancias a dar una respuesta rápida debido a la congestión por los múltiples accidentes de coche que provocarían los conductores que se quedarían “embobados” deteniendo y fotografiando a las máquinas trabajar sobre el río; la basura y los desechos humanos que generaría la multitud de curiosos; la imposibilidad de miles de residentes a trabajar o para comprar alimentos, beber agua potable, recibir el correo, tener asistencia médica y veterinaria; la interrupción del flujo habitual de turistas a la zona y la paralización de la oferta recreativa local; el impacto económico negativo sobre aquellos cuya vida depende de cruzar el cañón…

El borrego cimarrón a su paso por el cañón del río Arkansas (Colorado). Christo tiene a su favor más de 50 organizaciones y particulares. En contra, el tiempo, su edad (casi 80 años) y las demandas que no le pondrán fácil forrar el río, como forraron (él y ella) el edificio del Reichstag de Berlín, el Puente Nuevo de París, los más de cuatro kilómetros del parque Loose (Kansas City) con 12.500 metros cuadrados de un brillante nylon de color amarillo azafrán, o los 603.850 metros cuadrados de polipropileno rosado con los que rodearon once islas de la bahía de Miami. No ha podido cubrir ni la Puerta de Alcalá de Madrid, ni la estatua de Cristóbal Colón de Barcelona. Menos complicaciones tendrá para crear una mastaba de 150 metros de alto, 225 metros de profundidad y 300 de ancho, construida con 390.500 barriles de aceite apilados, porque el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos pagará íntegramente esta construcción más grande que la pirámide de Guiza. En medio del desierto no encontrará borregos cimarrones ni águilas pescadoras a las que molestar.

Nunca antes empaquetar un río fue tan difícil. Dos décadas después de luchas, peleas y desengaños, el Gobierno estadounidense concedía al artista búlgaro Christo en 2011 el deseo que culminaría una de las carreras más sonadas y polémicas de todos los tiempos: cubrir el río Arkansas, en Colorado, bajo una tela transparente (polipropileno) de casi diez kilómetros interrumpidos por los puentes y rocas del cañón de las Montañas Rocosas, en un tramo de más de 25 kilómetros. Casi 2.000 páginas de informe que analizaba el impacto medioambiental de Over the River, la obra de arte que pasó por el aro de la burocracia y convenció a los políticos… Pero no a los ecologistas.