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El Thyssen, una máquina superventas sin mecenas
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EL MUSEO PIERDE UN 38,1% DE INGRESOS POR PATROCINIO EN 2012

El Thyssen, una máquina superventas sin mecenas

Las cuentas de la institución señalan que los ingresos por entradas crecen un 13%, también la venta en tienda, pero cae en apuesta de patronos

Foto: Inauguración de la exposición de Gauguin en el Museo Thyssen, con los reyes. (EFE)
Inauguración de la exposición de Gauguin en el Museo Thyssen, con los reyes. (EFE)

La cuenta de resultados del Museo Thyssen de 2012 no deja lugar a dudas: la política artística de los últimos cuatro años ha convertido a la institución en el blockbuster de referencia de los museos españoles. La fórmula del director, Guillermo Solana, es la del doble pivote: hiperrealistas e impresionistas. La dedicada a Hopper ha conseguido que las mejores previsiones de visitantes del museo se quedaran cortas y empujó la cifra total del año a 1.256.209 de personas, según señala el BOE, que pasaron por el Palacio de Villahermosa (en vez de los 811.050 que habían previsto).

El pintor norteamericano, Gauguin y la impresionista Berthe Morisot han fulminado las cifras acumuladas, en 2011, por las visiones realistas de Antonio López y las fotos de moda de Mario Testino: los ingresos por entradas suben hasta los 8.051.875 euros, un 13% más. Si las entradas funcionan, la tienda funciona. Con cada inauguración de impacto, el merchandising y los suvenires hacen saltar la máquina superventas, que en 2012 roza los cinco millones (4.965.261 euros) de beneficios y se convierte en el comercio más rentable de los museos españoles (es el único en el que no hace falta pagar entrada para comprar alguna chuchería). El imperio de la vieja diapositiva ha muerto.

A pesar de estos datos, el ejercicio de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza –pública y estatal– asciende en ingresos a 19.201.337 euros, una suma algo menor a lo recaudado en 2011, 19.323.932 euros. La razón está, fundamentalmente, en la caída dramática del 38,1% del apoyo de los mecenas (patrocinadores y colaboradores), que pasaron de los 2.906.843 euros a 1.798.594. Los éxitos de visitantes, taquilla y recuerdos no parecen ser un reclamo suficiente para que las empresas apuesten por el Thyssen.

Mucha masa, poco mecenas

Paradójicamente, la fórmula del éxito atraemasa, pero no el mecenas. Tampoco avalan un año de gestión sin deudas. Fruto de todo lo anterior y de la subida en los gastos de explotación (sobre todo en la contratación a terceros) el resultado total del patrimonio neto en el ejercicio es una pérdida de 655.682 euros. En 2011 tuvo una ganancia de 661.893 euros.

Un visitante durante la exposición de Gauguin. (EFE)Sin embargo, ni la fundación ni el museo corren peligro, puesto que anualmente reciben una subvención para costear el déficit que se genera en el ejercicio. En el año 2012 la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte aportó 3.975.060 euros para dotar esta cobertura.

Entre los gastos más abultados del año se encuentra el transporte de cuadros para exposiciones (1.442.481 euros), el pago de sueldos y salarios de los 129 empleados (4.907.500), el desembolso de 5.090.589 euros para la limpieza y la seguridad de la colección del barón y de la cuestionable cesión 'gratuita' de Carmen Cervera, así como la liquidación a los comisarios de las exposiciones… y a los abogados. Un total de 501.180 euros. En el informe se detallan tres causas abiertas contra el Thyssen: la reclamación del cuadro de Camille Pissarro Rue Saint-Honofre, après midi, effet de pluie por la familia dueña de la pintura antes de su robo por los nazis.

Borja Thyssen-Bornemisza aparece en los papeles de los balances del museo por la querella interpuesta contra, entre otros, el anterior director gerente de la Fundación, Miguel Ángel Recio Crespo (actual director general del INAEM en la Secretaría de Estado de Cultura), por un supuesto delito de apropiación indebida de los cuadros Una mujer y dos niños junto a una fuente, de Goya, y El bautismo de Cristo, de Corrado Giaquinto. También demandaron al museo Kosme de Barañano y Mercedes Prado por un supuesto incumplimiento de contrato de comisariado por la exposición "Darío de Regoyos y Valdés".

Gratis, ni en pintura

En el apartado de curiosidades enigmáticas, llama la atención la inversión de la Fundación estatal en compra bibliográfica, por valor de 20.712 euros, 1.040 títulos nuevos que han ido a parar a la biblioteca del museo, de 25.039 títulos. Un notable fondo prohibido al público y restringido al personal de la Fundación (pública) y “excepcionalmente” a algún investigador.

Al Museo Thyssen también se le perdona la tasa de residuos sólidos de 2008 por valor de 38.506 euros. “La tasa por prestación de servicios de gestión de residuos sólidos a grandes generadores de 2008 se encuentra impugnada. La baja de dicha tasa, correspondiente a 2008, se debe a la prescripción de la misma al no haberse producido ningún tipo de resolución a fecha de cierre de 2012”.

Por último, el balance publicado en el BOE hace repaso de lo aportado por el Estado a la colección de Carmen Cervera. El coste de la ampliación del museo ascendió a 21.034.165 euros, correspondientes a la compra de los dos edificios de la calle Marqués de Cubas, adyacentes al museo, y su rehabilitación, finalizada en 2004. El objetivo de la compra era albergar la colección de Cervera, que desde 2011 –cuando se cumplió el contrato de cesión– ha ido mermando cada año. Además, para la rehabilitación y adaptación de una parte de la ampliación, el Ministerio de Cultura invirtió 3.446.960 euros. A ello hay que sumarle el importe devengado por la conservación, la seguridad, así como la garantía del Estado, que asegura cada uno de los cuadros cedidos.

La cuenta de resultados del Museo Thyssen de 2012 no deja lugar a dudas: la política artística de los últimos cuatro años ha convertido a la institución en el blockbuster de referencia de los museos españoles. La fórmula del director, Guillermo Solana, es la del doble pivote: hiperrealistas e impresionistas. La dedicada a Hopper ha conseguido que las mejores previsiones de visitantes del museo se quedaran cortas y empujó la cifra total del año a 1.256.209 de personas, según señala el BOE, que pasaron por el Palacio de Villahermosa (en vez de los 811.050 que habían previsto).