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Adiós a J.J. Cale, el ecléctico padre del sonido Tulsa
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AUTOR DE ‘COCAINE’ Y ‘AFTER MIDNIGHT’

Adiós a J.J. Cale, el ecléctico padre del sonido Tulsa

Si se estableciera un ranking del músico más vago entre los grandes, el primer puesto se lo habría llevado, con toda gloria un tal J.J. Cale

Foto: El músico J.J. Cale. (Getty)
El músico J.J. Cale. (Getty)

Si se estableciera un ranking del músico más vago entre los grandes, el primer puesto se lo habría llevado, con toda gloria un tal J.J. Cale, que acaba de fallecer en California de un ataque cardiaco, tras una vida dedicada a su gran pasión por los cachivaches electrónicos, a dejar pasar tranquilamente los días tras haber dejado atrás una cierta adicción a la cocaína y a realizar alguna de la música más tirada y al mismo tiempo enérgica (sí, en J.J. Cale tal cosa es posible) que haya dado algo que se llamó rock sureño, versión Sonido Tulsa, el del mismo J.J. Cale.

Cale nació en 1938 en Oklahoma City, aunque se crió en la susodicha Tulsa, otra ciudad del mismo Estado. En busca de la promesa del rock, se trasladó a Los Angeles a principios de los años sesenta, aunque de aquella aventura le aprovecharía sobre todo su experiencia en el estudio, trabajo que compaginó en la agitada megalópolis del Oeste con la composición y algunas apariciones aisladas en clubs de no mucha monta. Excepto, quizás, el Whisky a Go Go.

En realidad la experiencia no parecía nada positiva. Cale regresó a casa y pensaba abandonar la música cuando en 1970, ya con unos poco adolescentes 32 años, dios le vino a ver en forma y manera de Eric Clapton, que ese mismo año incluyó su After Midnight en su primer disco absolutamente en solitario. Y no solo eso, la canción salió también como primer sencillo que alcanzó un muy radiado nº 18 en las listas de ventas estadounidenses.

Carrera retomada

Si alguien siente curiosidad por como un artista inglés de fama mundial llegó a conocer una canción de un provinciano americano absolutamente desconocido, fue así: Cale había grabado una maqueta de After Midnight en 1966. Un amigo de Tulsa, Carl Radle, era bajista en la banda Delaney & Bonnie and Friends, con la que estaba trabajando Clapton tras la disolución de Derek & the Dominoes. Total, que Radle le pasaría la demo. Otra versión dice que fue Delaney pero, francamente, ¿por qué dudar de la vía más directa?

Cale regresó a casa y pensaba abandonar la música cuando en 1970, ya con unos poco adolescentes 32 años, dios le vino a ver en forma y manera de Eric Clapton

Cale se tomó la noticia cómo una alegría en su entonces miserable vida, pero no se le ocurrió que podría retomar su carrera musical. Por suerte, su amigo y productor Audie Ashworth le convenció para que aprovechara el momento y grabara lo que sería su primer álbum aparecido en 1971: Naturally.

Naturally era un disco brutal. Brutal de bueno, quiero decir, porque el ambiente general era ese ligero ritmo, ese ambiente laid-back, esa voz sureña… Parecía surgido de un porche en una casa al borde de cualquier rancho o plantación mientras se va poniendo el sol. Si alguien duda del calificativo, no tiene más que escuchar canciones como Call Me The Breeze, Call the Doctor, After Midnight o Crazy Mama.

A Naturally, que tuvo cierto éxito le siguieron Really (1973), Okie (1975) y Troubadour (1976), momento en el cual Eric Clapton volvió a aparecer en escena al incluir en su álbum Slowhand (1977) una canción de Troubadour: Cocaine. Cocaine se convirtió en un éxito mundial y arrastró a Cale en su estela. Por así decir, tras la canción (que retomaría en Devil In Disguise del Grasshopper (1982) la carrera de Cale tomaría el rumbo que el mismo decidiera. Y parece que se decidió por una vida creativa pero tranquila y sin mayores ambiciones materiales o de fama. Suficiente para vivir con comodidad.

J.J. Cale siguió editando discos con una cierta regularidad hasta mediados de los años 90. Luego seguiría un gran hiato hasta el 2004 (To Tulsa and back) y finalmente un colofón, ya definitivo, en el 2009: Roll On.

Una amalgama propia

Musicalmente Cale era un híbrido de muchas cosas: boogie, rock, blues, country, blue grass… Pero todo eso acababa en una amalgama propia e instantáneamente reconocible, una música muy ligera pero algo áspera, muy compleja pero de apariencia muy simple, como muy larga es la lista de instrumentistas para un sonido generalmente muy claro. Cale introdujo también cajas de ritmo junto a baterías, usaba cinco o seis guitarristas para lo que al final parecía un solo tan desnudo como uno de Buddy Holly. Un tipo que adivinas rarísimo pero te presenta su trabajo con una sencillez pasmosa.

Cale introdujo también cajas de ritmo junto a baterías, usaba cinco o seis guitarristas para lo que al final parecía un solo tan desnudo como uno de Buddy Holly

Cómo compositor su curriculum también es curioso. Le han versioneado, además de Eric Clapton, Randy Crawford, Waylon Jennings, Kansas, Lynyrd Skynyrd, Tom Petty, Carlos Santana, Herbie Manncon Cissy Houston e incluso Captain Beefheart.

En fin, se fue este señor que deja tras de sí una música sensacional y también una actitud envidiable. Pude verle en una de sus dos gira europeas, iba avisado y la cita respondió a las expectativas: J.J. Cale no llegó a cantar ni media hora. El resto lo rellenaba como podía su banda. Y, sin embargo y por mucho que se echara en falta un poco más de esfuerzo, el genio operaba su magia: un concierto inolvidable.

Si se estableciera un ranking del músico más vago entre los grandes, el primer puesto se lo habría llevado, con toda gloria un tal J.J. Cale, que acaba de fallecer en California de un ataque cardiaco, tras una vida dedicada a su gran pasión por los cachivaches electrónicos, a dejar pasar tranquilamente los días tras haber dejado atrás una cierta adicción a la cocaína y a realizar alguna de la música más tirada y al mismo tiempo enérgica (sí, en J.J. Cale tal cosa es posible) que haya dado algo que se llamó rock sureño, versión Sonido Tulsa, el del mismo J.J. Cale.

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