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"Si el Gobierno no cuida al cine, ¿quién va a querer invertir?"
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IÑAKI ELIZALDE PRESENTA SU ÓPERA PRIMA 'BAZTAN'

"Si el Gobierno no cuida al cine, ¿quién va a querer invertir?"

Durante ocho siglos ha existido en España un grupo que ha sido fruto de la marginación sin que nadie pareciera enterarse. Como si de fantasmas se

Foto: "Si el Gobierno no cuida al cine, ¿quién va a querer invertir?"
"Si el Gobierno no cuida al cine, ¿quién va a querer invertir?"

Durante ocho siglos ha existido en España un grupo que ha sido fruto de la marginación sin que nadie pareciera enterarse. Como si de fantasmas se tratara, este pequeño grupo social ha pasado desapercibido para la historia a pesar de que fue recluido en su propio gueto en el valle de Baztan. Allí vivieron bajo las normas impuestas por aquellos que se encargaron de discriminarles creando leyendas urbanas como que descendían del demonio y prohibiéndoles poseer tierras y ararlas, así como casarse con gente que no fuera uno de los suyos. Contribuyeron así a crear una endogamia que favorecía el rechazo social. Se trata de los agotes, y ahora una película viene para traer del olvido su historia.

El filme, que toma como nombre el valle donde vivían (Baztan), es la ópera prima de Iñaki Elizalde, reconocido cortometrajista que da el salto a la pantalla grande con una historia arriesgada que mezcla presente y pasado y que se ha rodado en los sitios donde los verdaderos agotes desarrollaron su leyenda. 

Nervioso por el recibimiento que dé el público a su película este viernes en su estreno en salas de Madrid y Barcelona, Elizalde reconoce a El Confidencial que la idea original no surge de su mente, sino que son los propios vecinos del valle los que llegan a su productor y le plantean que por qué no se había realizado nunca una película sobre los agotes. El director no tiene ningún reparo en afirmar que hasta que le proponen este punto de partida su conocimiento de esta parte secreta de la historia era bastante escaso, por lo que se trasladó allí cuatro meses para empaparse de la cultura y de la vida de esa gente. Pero hay algo de la historia de los agotes que le capturó desde el principio: “su carácter universal me atrapó. A lo largo de la historia hemos vivido muchas situaciones de discriminación y creación de guetos. El más visible el del nazismo, lo extraño de este tema es cómo pudo estar tanto tiempo oculto. Los abuelos del pueblo aún recuerdan cómo les tiraban piedras para que no fueran al colegio”.

Pero Elizalde no quería contar una historia más ni caer en los lugares comunes del cine para tener que explicar con letreros al final del filme cómo todo esto había repercutido en la historia actual del valle. Por ello el director y su guionista Michel Gaztambide (premio Goya por No habrá paz para los malvados) decidieron introducir una historia situada en el presente. Como él mismo explica “cuando algo se ha mantenido oculto hay que mirarlo desde fuera, desde el punto de vista de un observador ajeno. Por eso introdujimos un virus, un rodaje de cine en el valle”.

Este rodaje servirá para que el director realice un homenaje a la cultura vasca, a sus símbolos (como las lumias) e incluso a su cine. Y es que la gran influencia del filme es Vacas, la película de Julio Medem con la que el director afirma tener hasta escenas en común que han querido ser un homenaje a una obra que también marcó la vida rural vasca. Una historia que está presente en los habitantes del valle ya que “todos conocen a alguien que participó en la película”. El homenaje a Vacas es llevado al extremo por Elizalde, que no duda en utilizar a los mismos actores (entre ellos Carmelo Gómez) de la película de Medem. Estos, en un ejercicio de metalenguaje, se interpretan a sí mismo reunidos para intervenir de nuevo en la película sobre los agotes. Estas referencias al cine dentro del cine son una de las líneas maestras de la obra.

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Para interpretar a los habitantes del pueblo no hizo falta realizar un extenso casting en busca de las mejores caras. Los mismos vecinos del valle han sido los encargados de dar voz a Baztan. Algo que Elizalde siempre tuvo claro y que nunca le asustó, aunque reconoce que la complicación fue el integrar a los actores profesionales con los que no lo eran, llevándose la parte más difícil del trabajo Unax Ugalde.

Difícil situación

El realizador no tiene ningún problema en comentar la difícil situación del cine en la actualidad “es desastrosa. Levantar una película es un esfuerzo ímprobo. Hemos visto los datos de la taquilla de junio y son terribles. La gente ya no va al cine. Hemos perdido el contacto con los espectadores y tenemos que preguntarnos ¿qué está pasando? Si a esto le sumas la subida del IVA… Además las dos próximas generaciones vienen con el convencimiento de que la cultura es gratuita ya que desde los 11 años están descargando películas. Así que ¿por qué van a querer pagar por algo que durante toda su vida han tenido gratis?”.

Para él este problema tiene difícil solución, ya que está muy incrustado en la sociedad y tiene que ser un cambio educacional. Pero cree que se podría empezar porque el Gobierno aplique la legislación vigente, “aunque ha demostrado que eso para ellos no es un problema principal”. Otra de las acciones que Iñaki Elizalde ve imprescindible es hacer entender a la gente qué es eso de los derechos de autor “explicarles cómo es nuestro trabajo, hacerles comprender que la gente vive de esto y que el cine no son sólo fiestas y premios”.Si a una persona que está acostumbrada a ver algo por Youtube se lo quitas de golpe va a pensar que somos unos cabrones

Algo que el realizador de Baztan considera esencial es crear ya una Ley de Mecenazgo. Aunque sus esperanzas de que esto ocurra disminuyen según pasan los días ya que “si el Gobierno no cuida el cine, ¿quién va a querer invertir dinero en nosotros? El cine es moderno, dibuja al país, a su sociedad y hay que cuidarlo. Hay que mimarlo un poco para que empresas privadas inviertan y se genere una verdadera industria”.

Sin embargo Elizalde tiene claro que en estas situaciones lo más importante es no ser tajante, ya que lo único que se crea es animadversión hacia el cine español “si a una persona que está acostumbrada a ver algo por Youtube se lo quitas de golpe va a pensar que somos unos cabrones. Esto es porque él piensa que realmente la cultura es gratuita. Lo que habría que intentar es que poco a poco cambiara ese concepto e ir introduciéndole en que se puede pagar un precio razonable por ver una peli. Mientras no se actúe en ese sentido todo esto será sólo un parche temporal”.

A pesar de todo este contexto desfavorable para la industria cinematográfica Iñaki Elizalde reconoce que hay proyectos en su futuro, aunque lo primero que tiene en mente es acabar la promoción de Baztan y cargarse de energías otra vez. Este viernes sus agotes se enfrentarán de nuevo a una sociedad que poco a poco también está condenando a un colectivo: las salas de cine.

Durante ocho siglos ha existido en España un grupo que ha sido fruto de la marginación sin que nadie pareciera enterarse. Como si de fantasmas se tratara, este pequeño grupo social ha pasado desapercibido para la historia a pesar de que fue recluido en su propio gueto en el valle de Baztan. Allí vivieron bajo las normas impuestas por aquellos que se encargaron de discriminarles creando leyendas urbanas como que descendían del demonio y prohibiéndoles poseer tierras y ararlas, así como casarse con gente que no fuera uno de los suyos. Contribuyeron así a crear una endogamia que favorecía el rechazo social. Se trata de los agotes, y ahora una película viene para traer del olvido su historia.