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"Quien cierra Alta Films es Televisión Española"
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ADOLFO BLANCO, FUNDADOR DE A CONTRACORRIENTE FILMS, CARGA CONTRA LA FALTA DE FINANCIACIÓN

"Quien cierra Alta Films es Televisión Española"

No cerraría cualquiera, sino "el escaparate natural de nuestro cine, que son los cines Renoir". Así se expresa el presidente de A contracorriente films, Adolfo Blanco,

Foto: "Quien cierra Alta Films es Televisión Española"
"Quien cierra Alta Films es Televisión Española"

No cerraría cualquiera, sino "el escaparate natural de nuestro cine, que son los cines Renoir". Así se expresa el presidente de A contracorriente films, Adolfo Blanco, tras conocer la noticia de que su inmediato competidor español en el mercado de la distribución nacional, la Alta Films de Enrique González Macho, amenaza con echar el cierre en dos meses si no encuentra antes la manera de cuadrar sus cuentas.

Hoy no se habla mucho, asegura Blanco, en su oficina de Barcelona, en donde nunca vieron al también presidente de la Academia de cine como un verdadero competidor. "Era un referente", admite. "El que empujaba, el que tiraba del carro. El que te hacía pensar que se puede salir de esta". Para ellos y para su negocio, dice, el punto final que González Macho escenifica este jueves en los medios trasciende la condición de noticia. "El algo que te obliga a replantearte la vida", sentencia.

Aún no hay fecha exacta, pero este desinflado drástico de Alta Films –que se quedaría, de momento, solo en algunas de sus salas más emblemáticas en Madrid– es inminente. El último estreno que sacará Alta Classics, la división en la distribución de la compañía, será la comedia argentina Dos más dos, el próximo 1 de mayo. Después Dios proveerá, si es que no lo hace antes alguna autoridad humana que se dé oportunamente por aludida tras el artículo publicado este jueves por el diario El País, en el que González Macho da a conocer por sorpresa su calamitosa situación financiera y pone en conocimiento de quien proceda que, si nada lo remedia, tendrá que cerrar. La baja de la primera distribuidora española de cine de autor, explica su responsable, se produce por el descenso de la asistencia a las salas, la subida del IVA, la ruina absoluta del mercado de DVD y el nulo apoyo de las televisiones, en particular la pública, al cine español.

Adolfo Blanco no lo pone en duda: "Si Enrique ha salido a la palestra, será porque no ha tenido otro remedio". Admite que hoy es un mal día para impostar optimismo y suscribe una por una las afirmaciones de González Macho, empezando por la de que cierra por la falta apoyo financiero desde el ámbito público. "El cierre de Alta Films, si llega a producirse, tiene un nombre: Radio Televisión Española". La situación del sector es tan calamitosa, asegura, que solo un cambio radical en las políticas de apoyo a la cultura conseguirá salvar a la distribución española del desastre. "O hacen algo o vamos a perder un mercado para siempre y toda una generación para el cine", sentencia. "Es hora de que los poderes públicos se planteen definitivamente si quieren que en España se vea cine bueno. Y cuando digo los poderes públicos digo, lógicamente, Televisión Española".

Pero Televisión Española podría no querer o, más grave, no poder. En calidad ahora de presidente de la Academia de cine, el propio González Macho arremetió en febrero, durante la gala de los premios Goya, contra la política de TVE. “Estamos preocupados por el deterioro progresivo que está sufriendo", aseguró. "España se merece una televisión pública con los recursos necesarios para, además de ser competitiva, cumplir su esencial función social”.

Lo hizo porque el cine, como tantos otros sectores, recibe ahora del Estado menos dinero que nunca. Si en 2010 la industria audiovisual española  recibió de RTVE 72 millones –cuando manejaba un presupuesto de de 1.200 millones–, los recortes en la financiación de la Corporación le han dejado en 2013 con un montante de entre 800 y 850 millones, lo que reserva a la industria adyacente a la que RTVE contribuye por ley a financiar con entre 45 y 50 millones de euros.

“Durante muchos años, la colaboración entre Televisión Española y la industria cinematográfica ha sido, cuando menos, muy beneficiosa para ambas partes y es esencial que esto siga siendo así”, aseguró González Macho durante la gala de los Goya. Adolfo Blanco va hoy más lejos y carga contra otros apartados de gasto de la Corporación, como la adquisición durante años de derechos de emisión de eventos deportivos. "Si hay crisis, hay crisis para todos", sentencia. "Lo que se impone cuando hay poco dinero es priorizar".

Una tarta desigual

Adolfo Blanco sabe de lo que habla y no solo por dedicarse a la distribuir cine. Tras su paso por Filmax y Planeta y después de fundar Notro Films –una marca que acabó en Vértice 360–, Blanco se lanzó a la piscina en 2010, en plena recesión económica, y recicló parte del equipo de la primera Notro para fundar A contracorriente films, una productora y distribuidora de cine. Su compañía, radicada en Barcelona, sumó más de cinco millones de espectadores en 2012 y la recaudación de sus títulos en taquilla superó los 21 millones de euros.

Pero en distribución ni siquiera ya estas cifras rentan. "A lo que aspiramos hoy los distribuidores españoles es a resistir", sentencia Blanco. "Y lo que nos mantiene abiertos es la esperanza de que esto cambie". Aun así, el distribuidor  comprende a quienes deciden cerrar por el camino incluso antes de un derrumbe económico definitivo –"es un acto de sensatez", dice–, en particular si lo hacen, como asegura sobre su cierre el propio González Macho, para conseguir firmar un final digno y laboralmente responsable. "A nadie le gusta trabajar en un negocio que te obliga a caminar constantemente por la cuerda floja", zanja Blanco.

Pero no todos están obligados a hacer funambulismo. De las 10 distribuidoras que más negocio movieron en 2012 solos dos –la propia Alta Films y A Contracorriente Films– son españolas. La estadounidense Warner, con 143 millones de euros, ocupó la primera posición de la lista y se llevó de largo el cetro de la distribución en nuestro país, un escenario en el que acapara el 23% de la cuota de mercado. A esta le siguieron Sony –73 millones–, Universal –72 millones– y Fox –67 millones–.

Solo después de Buena Vista –la distribuidora de Disney–, Aurum –actualmente Eone– y Paramount consiguieron colarse las españolas. A contracorriente, de Adolfo Blanco, fue la octava distribuidora en España y sumó con sus 12 estrenos algo más de 21 millones de euros, de los que 16 fueron recaudados por la película Intocable. La de Enrique González Macho, Alta Films, fue novena, estrenó 26 películas y sumó casi 14 millones de euros.

Blanco lo tiene claro. "Si Enrique cae, hay quienes ganan con su caída, y esas son los primeros estudios estadounidenses, que ahora tendrán todavía una porción mayor de la tarta". Una tarta en la que el origen del desequilibrio no está el propio cine español, explica, ya que recaudar, recauda. De las diez películas más taquilleras de 2012 tres –la primera, Lo imposible; la cuarta, Las aventuras de Tadeo Jones; y la novena, Tengo ganas de ti– son españolas, aunque fueron distribuidas por las filiales en nuestro país de majors estadounidenses –Warner y Paramount–. La película española más taquillera de lo que llevamos de año, Los amantes pasajeros, también ha sido distribuida por Warner.

No cerraría cualquiera, sino "el escaparate natural de nuestro cine, que son los cines Renoir". Así se expresa el presidente de A contracorriente films, Adolfo Blanco, tras conocer la noticia de que su inmediato competidor español en el mercado de la distribución nacional, la Alta Films de Enrique González Macho, amenaza con echar el cierre en dos meses si no encuentra antes la manera de cuadrar sus cuentas.